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Inmigrantes que aportaron a un pueblo en crecimiento
Pedro y Ángela Pascualón figuran entre los primeros inmigrantes que se afincaron en lo que hoy es el pueblo de Ramayón. Además de ser protagonistas de esa historia, ella fue quien tuvo a su cargo traer al mundo a muchos de los bebés de la zona.


Este relato de De Raíces y Abuelos refiere a la historia de Pedro Pascualón y Angela Guzzo, ambos nacidos en el pueblo de Enegó, Visenza, Italia, quienes dejaron su país de origen en 1885 -con su primer hijo de dos años- para buscar un mejor porvenir en lo que actualmente es el pueblo de Ramayón, provincia de Santa Fe.

Un descendiente del matrimonio -que no quiso que se diera a conocer su identidad- aportó muchos datos a esta rica historia, en donde se destaca el solidario y humano trabajo de Ángela -partera de profesión, a quien llamaban la abuela Pascualón- quien asistió el nacimiento de cientos de niños pobres, en pleno monte santafesino.

La familia Pascualón llegó de Italia y fue a radicarse a Ramayón, que tenía otro nombre por entonces. "Viajaron a Argentina porque la situación en Europa se tornaba difícil, con guerras e inestabilidad social. Decidieron venir porque les decían que acá iban a encontrar un lugar de porvenir, lo que fue cierto porque encontraron muchas tierras ricas para trabajar", contó su descendiente.

Incluso mencionó que recuerda haber escuchado que "a veces comían la radicheta que nacía en el campo, que es parecida a la zanahoria, cuando todavía era una pequeña planta. También hacían la polenta con un mortero, luego de las cosechas".

Ángela se radicó en aquel pueblo -hoy Ramayón- trayendo como único oficio sus conocimientos de partera, en una zona donde había muchos indios. Su esposo Pedro se dedicó a las labores agrícolas en las 200 hectáreas que recibió la familia por parte del gobierno provincial, pero también construyó su propia casa. En el pueblo también se fueron instalando otros colonos emigrantes, a quienes se les brindaba un terreno para trabajar.

Pedro y Ángela tuvieron diez hijos: Luis (nacido en Italia), Ángel, Rosa, María, Roberto, Angelina, Matilde, Rodolfo, Carolina y Juan (argentinos). Es de destacar que, ayudada por su marido, ella se asistía sola en los partos.

Ayudó a dar vida


En el mismo barco que llegó desde Italia la familia Pascualón viajaba el señor Pedro Operto, que tenía dos años, junto a sus padres Francisco Operto y Lucía Giraudo.

Esta familia se radicó en Angeloni y luego en Calchaquí, pero posteriormente se estableció definitivamente en Ramayón. Allí tuvo relación con "la abuela Pascualón", ya que ella fue la que asistió los 22 partos de Catalina Busularo, quien fuera la esposa de Pedro Operto.

Respecto de esta actividad, el descendiente de la partera comentó que "la venía a buscar la gente humilde de los montes. Iba con su carro y muchas veces se quedaba varios días y su esposo no sabía adónde la habían llevado, pero nunca tuvo problemas. Dejó gran cantidad de pañoletas (usaba las ropas largas, como en Italia) y pollerines para envolver a los recién nacidos".

También destacó que "Ángela trabajaba sin cobrar, trayendo al mundo a los chicos. Tenía un baúl que trajo de Italia y su maletín con una jeringa y aguja de oro para los partos. En una piecita de la casa tenía remedios porque la gente pobre del pueblo recurría a ella. Durante los partos, si veía que necesitaba un médico porque era difícil, trasladaba a la futura mamá en el Ford T de su esposo, el primero del pueblo. Le retribuían el trabajo con donaciones, como cortes de telas para vestidos".

Homenajes de un pueblo


Era tanta la unión y el amor que se profesaba esta pareja que 14 días después de que Ángela falleciera -afectada por una gripe que se complicó por sus problemas de coronarios y diabetes- su esposo murió de la angustia, por un paro cardíaco.

Su descendiente recordó que "cuando fueron sacados de la casa en la carroza fúnebre, la empresa de San Justo llevó caballos y tuvieron un gran cortejo. Cuando entraron al pueblo, los vecinos llevaron el cajón a pulso hasta el lugar donde se le iba a rezar una misa. Todo el pueblo los despidió".

Al año de haber fallecido, el pueblo le rindió un sentido homenaje al matrimonio Pascualón el 1° de septiembre de 1938 y se descubrió una placa donde los vecinos recordaban a "estos nobles ancianos que fueron fundadores de este pueblo, protagonistas de una epopeya". Actualmente, esas placas se encuentran al costado de la gruta Nuestra Señora de Lourdes de esa localidad, sobre la ruta 11.

Posteriormente y al recordarse el centenario de la fundación de Ramayón por parte de Benito Lope Ramayón, también se recordó a estos inmigrantes que se asentaron en el lugar.

Una crónica de El Litoral del 5 de enero de 1990 recordaba que "los inmigrantes fueron los primeros pobladores que se radicaron en este pueblo, cuando aún no existía el ferrocarril. Así llegaron don Pedro Pascualón, Luis Busularo y Francisco Morán, entre otros, quienes a punta de hacha, machete y arado comenzaron a trabajar esta tierra"

También explicaba que "un tiempo después llegó a la Argentina don Benito Lope Ramayón y se estableció en el norte porque sostenía que allí estaba la riqueza del país. Ramayón se dedicó al desmonte y cría de ganado salvaje, lo que después sería una fortuna y construyó una estancia en 1865, que llamó Santa Rosa". Posteriormente Ramayón fundó un pueblo con las familias de arrieros que se instalaron cercanos a su estancia.

Mariana Rivera