"Hay una explotación intensiva y masiva del acuífero Guaraní"
Advierten sobre factores de riesgo para esta reserva de agua dulce. Ofelia Tujchneider, profesora de la Fich, señala como indispensable profundizar el conocimiento sobre el sistema. Desde el punto de vista científico, hay incertidumbre sobre si el acuífero se extiende a la provincia de Santa Fe.

Estos últimos días volvió a escucharse la advertencia de los científicos nacionales sobre la sobreexplotación y contaminación a la que estaría sometida una de las reservas de agua dulce más importantes del mundo: el acuífero Guaraní.

"Coincido totalmente con que hay una explotación intensiva y masiva del sistema en toda su extensión", dijo a El Litoral, Ofelia Tujchneider, directora del Grupo de Trabajo de Hidrogeología del Programa de Geociencia de la Unesco.

La luz de alarma la encendió el titular de la cátedra de Hidrogeología de la UBA, Miguel Auge, quien advirtió que "es urgente" frenar esa explotación, según una nota que publicó por estos días el diario Clarín.

Tujchneider, quien es profesora de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la UNL e investigadora del Conicet, consideró que "pueden haber factores de riesgo" a raíz de la intervención "no adecuada" sobre el acuífero.

De acuerdo a su apreciación, el peligro mayor es la ignorancia, porque "no se conoce el sistema en su totalidad ni el valor de la recarga. Aunque hay estimaciones, existe incertidumbre sobre si esa explotación intensiva puede afectarlo negativamente".

La especialista hizo hincapié en otros riesgos producto de la intervención del hombre. Entre ellos, que "lleguen al acuífero sustancias no deseadas que afecten su calidad, resultantes de actividades agrícolas e industriales".

Pero también señaló que el acuífero tiene asociado un subsistema de agua salada. "Eso debe ser delimitado y controlado para que no afecte las aguas dulces", previno.

La explotación de esta reserva de agua en Argentina se limita a una decena de pozos termales en Entre Ríos (ver aparte), mientras que en Brasil alimenta a alrededor de 500 ciudades. Pero, al coexistir grandes masas de agua salada y dulce, con el aprovechamiento, se corre el riesgo de que aumente su salinidad y que se degrade la composición química hasta perder la potabilidad.

EN SANTA FE

El Guaraní es un sistema de aguas subterráneas calientes compartido por Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina, y constituye uno de los acuíferos transfronterizos más importantes del mundo.

La extensión de esta reserva subterránea es de 1.190.000 kilómetros cuadrados, 225.000 de los cuales corresponden a territorio argentino.

Los expertos estiman que almacena un volumen aproximado a los 50.000 kilómetros cúbicos de un agua dulce de excelente calidad, cantidad suficiente para abastecer a la población mundial actual, a razón de 100 litros por habitante por día, durante 200 años.

En el subsuelo argentino, el acuífero se ubicaría debajo de Entre Ríos, Corrientes, Chaco, Misiones, Formosa, y las condiciones geológicas de Santa Fe indican que también se extendería a nuestra provincia. Sin embargo, "todavía no se han hecho las perforaciones que lo corroboren y no se puede afirmarlo a ciencia cierta", recordó Tujchneider.

La investigadora dijo tener conocimiento sobre el interés en realizar perforaciones para encontrar aguas termales en suelo santafesino, lo cual "está muy bien y estaría feliz de que eso sucediera", declaró la científica, aunque remarcó la importancia de que "las cosas se hagan bien".

Dado que "existe probabilidad de encontrar agua salada en el camino y traerla a la superficie -lo cual puede generar afectaciones ambientales- se requiere de un apretado diagnóstico previo, y de investigaciones para conocer la continuidad del acuífero hacia el Oeste de Entre Ríos".

Para eso, hay que efectuar perforaciones de por lo menos mil metros, "que son caras y necesitan de aportes económicos que permitan a los investigadores obtener esa información", adelantó.

ACTUAR SOBRE LABASE DEL CONOCIMIENTO

También recalcó la necesidad de que Santa Fe cuente con una normativa para las aguas subterráneas en general. Como investigadora, afirmó que desde la Fich, "siempre hemos respondido a las convocatorias de la Legislatura y organismos provinciales. Hemos dado varias charlas o conferencias y hecho conocer nuestra opinión".

"Entiendo las urgencias, pero lo que uno pregona es que las acciones que se desarrollen sigan un camino lógico y desde la base del conocimiento. Lamentablemente, muchas veces se actúa primero, se generan los problemas y después se pregunta cómo seguir".

Para el mejor aprovechamiento y preservación del acuífero, Tujchneider consideró que se debe avanzar sobre la necesidad urgente de establecer parámetros comunes, consensuados, entre los países involucrados.

Vale destacar que la Argentina participa del Proyecto Guaraní, financiado por el Banco Mundial y del que forman parte los países donde se extiende la reserva. El objetivo es conocer en profundidad las características del yacimiento para luego delinear acciones y prevenir la extracción desmedida.

Pero además son numerosos los estudios que acerca de este reservóreo subterráneo se realizan, tanto por los países involucrados como en actividades de investigadores y grupos de universidades.

En este marco, el Grupo de Investigaciones Geohidrológicas, de la Fich ocupa un lugar destacado por cuanto desde la década del '80 viene realizando investigaciones sobre el acuífero. "Es importante lo que se avanzó con la casi absoluta falta de medios cuando investigamos este tema", disparó Tujchneider.

Incluso, por convocatoria del Centro de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá, el grupo trabajó en el Programa Acuíferos Regionales de América Latina, proyecto Sistema Acuífero Guaraní, que produjo como resultado un libro sobre el sistema en Argentina y Uruguay, realizado en conjunto con la Universidad de la República del Uruguay. El ejemplar se publicó en 1998 y dio la vuelta al mundo.

EN PALABRAS

"Se habla de futuros conflictos por el agua, pero no van a surgir si tenemos la fuerza de unirnos para proteger nuestros recursos; y los 4 países (Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina) hemos dado sobradas pruebas de ello. Por ejemplo, con la Cuenca del Plata donde los países que la compartimos demostramos que supimos discutir, acordar y solucionar diferencias".

Ofelia Tujchneider, investigadora del Conicet

Perforaciones suspendidas

La provincia de Entre Ríos decidió suspender por un año las autorizaciones para las nuevas perforaciones termales. Según informó El Diario, de Paraná, en el decreto del Poder Ejecutivo se explicó que hasta tanto no se haga un estudio sobre el acuífero y se regule la explotación y uso de este recurso, no se extenderán los permisos a las comunas.

El director de Hidráulica de Entre Ríos, Sergio Fontana, indicó a ese medio que la provincia creó una comisión que será la encargada de analizar y estudiar la situación del Guaraní. El objetivo "es presentar un proyecto piloto sobre las condiciones del acuífero, para saber cómo explotarlo y cuidarlo", destacó el funcionario.

En el territorio entrerriano existen 13 pozos termales, y estarían en trámite, otros 7.

Fontana, esta vez en declaraciones a Clarín, reconoció que "uno de los problemas ambientales es cómo diluir el líquido salado que se descarta, sin afectar al medio ambiente".

Hasta ahora, las únicas fuentes de agua salada serían las de Villa Elisa, María Grande y La Paz. Según el artículo, el agua es reenviada al río o bien reinyectada al subsuelo con riesgo para la napa superior.

Los integrantes de la Red de Comunidades Termales de Entre Ríos, Roque Salazar de Villa Elisa y Alfredo Francolini, de Concordia, también mostraron su preocupación ante un posible daño ambiental que afecta a las termas y que perjudicaría a parte de la economía entrerriana, debido a la cercanía entre los pozos de los que surgen las aguas. Pidieron estudios serios antes de autorizar una explotación masiva.