Cuestionan la cirugía para dejar de roncar
No existe ningún remedio milagroso que pueda acabar con uno de los compañeros de cama más molestos: el ronquido. Un equipo español demuestra que la cirugía con láser más popular no es tan útil como prometía. Es más, no hay diferencias en el ruido nocturno que emiten los pacientes operados cuando se los compara con otros sometidos a una terapia simulada.

La uvulopalatoplastia es una técnica quirúrgica a la que recurren cada vez más las personas que quieren dejar de roncar. Recientemente, un grupo de investigadores españoles, determinó que no es eficaz en todos los casos.

Miles de personas se recortan cada año parte de la campanilla (úvula) y del tejido blando del paladar con un láser para que sus parejas puedan conciliar el sueño. La uvulopalatoplastia (Laup) es una de las técnicas quirúrgicas que más se ha extendido en las consultas de otorrinolaringología en los últimos años para dar respuesta a los roncadores. A su favor tiene que es un procedimiento sencillo y que apenas presenta complicaciones. Se realiza de forma ambulatoria y con anestesia local. Sin embargo, su eficacia real para resolver el ruidoso trastorno nocturno no estaba clara.

Gran parte de su buena fama se la debe a la mejoría que, de forma subjetiva, refieren los pacientes operados. Su impresión, y la de sus parejas, es que roncan menos. Pero, ¿es eso realmente cierto?, se preguntaban los especialistas. La falta de estudios que corroboraran estos beneficios utilizando parámetros objetivos, había suscitado dudas en los últimos tiempos.

Una decepción

El hallazgo que acaba de realizar un equipo español puede sorprender a muchos y decepcionar a algunos más. Especialistas de la Unidad del Sueño y del servicio de Otorrinolaringología del hospital Clínic de Barcelona, se propusieron verificar la validez de esta cirugía en un grupo de 25 roncadores simples (sin obesidad ni trastornos respiratorios), o con poca apnea (interrupciones de la respiración durante el sueño).

La mitad del grupo fue operado con láser y el resto se sometió a una cirugía simulada, que consistió en inyectarles suero fisiológico en el paladar. A todos se les dió después un tratamiento analgésico, real o falso, según el grupo.

El objetivo fue comparar cuál era la percepción de mejora subjetiva entre los dos grupos, pero, además, se midieron los ronquidos de forma objetiva colocando a cada paciente un micrófono bajo la laringe durante los cuatro días anteriores a la cirugía y otros cuatro más tres meses después de la intervención.

A pesar de que el estudio fue diseñado para demostrar las bondades de la cirugía Laup, el resultado fue el contrario: no se observaron diferencias entre los dos grupos a los tres meses de la operación. El láser era tan eficaz o tan ineficaz como el suero para erradicar el ronquido.

Los autores concluyen que sus resultados "cuestionan" este procedimiento, ya que no parece más efectivo que un placebo (sustancia inactiva). Francisco Larrosa, uno de los otorrinolaringólogos que firma el trabajo, reconoce que la cirugía láser para el ronquido "se había sobrevalorado". No obstante, matiza que los resultados del estudio "no deberían generalizarse, aunque sí obligarnos a replantear el tratamiento y a estudiar en qué tipo de pacientes puede ser útil".

De la misma opinión es Eugeni Ballester, jefe de la sala de hospitalización de Neumología del Clínic y otro de los autores de la investigación: "hay que llevar a cabo nuevos trabajos para seleccionar mejor a los candidatos que realmente se puedan beneficiar de esta técnica. Por ahora, no hay indicios claros de quiénes son".

Controversia

Ambos especialistas pronostican que su estudio, publicado en la revista European Respiratory Journal, generará controversia entre los médicos. El procedimiento Laup, descrito en el año 1994, ha ido ganando popularidad rápidamente y ahora se emplea con mucha frecuencia, tanto en la medicina pública como en la privada (donde el precio de una intervención depende del profesional consultado).

¿Qué hacer a la vista de estos resultados? La técnica se descarta para obesos (muchos dejan de roncar simplemente al adelgazar) y para aquéllos con problemas respiratorios nasales, con apneas o alteraciones anatómicas (amígdalas hipertrofiadas). Pero, para Larrosa, "se puede seguir intentando en pacientes (sin otras complicaciones) a los que el ronquido les genere un problema importante y que no encuentren solución en otros remedios, como la dieta o cambiar de postura al dormir". Eso sí, "siempre que se les advierta de que su eficacia no está contrastada".

¿Qué es la uvulopalatoplastia?

La uvulopalatoplastia asistida con láser es una técnica inicialmente descrita por el Dr. Kamami en Francia, en 1990, quien reportó un 85% de éxito en la desaparición del ronquido en sus pacientes. En 1992 se introdujo en los Estados Unidos y se popularizó por los doctores Coleman y Krespi e inicialmente fue utilizada y aprobada en ese país para el tratamiento solo del ronquido.

Con el uso y experiencia adquirida con el LAUP, en este momento sus resultados en el tratamiento de la apnea obstructiva de sueño son comparables a los de la UPPP tradicional, es decir, para la roncopatía sola y la apnea de sueño leve y moderada en pacientes con obstrucción en región palatal.

La técnica utiliza un láser de CO2 que en realidad es un bisturí electro-óptico que permite cortar, coagular y vaporizar selectivamente ciertos tejidos. El láser de CO2 produce una radiación electromagnética que interactúa con los tejidos que contienen agua, la radiación del CO2 es absorbida y transformada en calor y el agua intra y extracelular es vaporizada haciendo explotar al célula. La facilidad del manejo, además de poder controlar la profundidad del corte, vaporizar y la gran rapidez para realizar el procedimiento, en la mayoría de veces sin sangrado, hace que se tengan ventajas con respecto al procedimiento tradicional UPPP.

Las ventajas las podemos resumir así:

  • Posibilidad de realizar el procedimiento con anestesia local.
  • Posibilidad de realizar el procedimiento en forma ambulatoria.
  • Disminución en forma importante de sangrado durante el procedimiento.
  • Posibilidad de realizar varios procedimientos.
  • Posibilidad de tallar el paladar formando nuevas cúpulas y úvula.
  • Fuente: Dr. Luis Jorge Morales. Otorrinolaringólogo, y profesor en la Universidad Militar Nueva Granada.

    Isabel Perancho