El quenista y compositor argentino Uña Ramos, radicado desde hace 35 años en Francia, llegó de visita al país de la mano de un nuevo álbum titulado "Live in France 2004". "Estoy en la Argentina sólo para visitar amigos y familiares, no vengo a tocar; eso lo haré más adelante, pero con toda una producción de trabajo", se anticipó a explicar.
Mariano Ramos, conocido artísticamente como "Uña", contó que "la última vez que estuve en el país fue en 1983. Demasiados compromisos de trabajo en Europa y los Estados Unidos hicieron que no tuviese tiempo para venir, pero siempre sigo de cerca todo lo que ocurre en mi Argentina, porque, a pesar de estar lejos, la tierra de las quebradas, las montañas, siempre está conmigo".
Ramos nació cerca de la frontera con Bolivia, en la Quebrada de Humahuaca, allí donde la quena, la antara y todas las flautas de los Andes, como dicen los lugareños, "cobran vida".
"En toda mi carrera, nunca me sentí encasillado dentro del folclore, no me gusta que digan: `Ramos es un músico que hace folclore'. No es así, yo puedo tocar cualquier tipo de música, siempre que sea buena para los oídos y que pueda disfrutar con ella", afirmó.
"Tengo una relación con la flauta que viene desde hace muchos años, es como una evocación al altiplano indio -consideró-. Recibí mi primera quena cuando tenía 4 años, regalada por mi padre, y luego siempre he tocado con instrumentos creados por mis manos, porque ésa también es una forma de sentirlos desde el nacimiento.
"Mi padre quería que fuese militar; mi madre, cura. Incluso estuve dos años en el seminario, hasta que me echaron, no era lo mío. La música fue y será siempre mi vida. Puedo tocar en un teatro, en un auditorio pequeño y también en una iglesia", señaló.
Precisamente, su más reciente álbum, editado en Argentina por el legendario sello nacional Trova, en simultáneo con Europa, se grabó en vivo en la Iglesia Notre Dame des Anges, en un pueblo de Baixas, en el sur de Francia. "Es un pueblo pequeño cercano a Perpignan, donde paso el verano francés y compongo. Allí, quién sabe por qué cosas, me nombraron ciudadano honorario", contó Ramos.
Temas propios como "Flora", "Hacia la luna", "Beatriz", "Canto de alondra", "Canción del paisano", "La montaña de siete colores", "Ritual de las vicuñas", "Puerto de Buenos Aires", "La catedral", "Campo santo", "Golondrinas" y "El flautista de Castellet" integran el disco compacto.
"Mi quena -sostuvo el compositor de la quebrada- está íntegramente afinada para interpretar sonidos suaves como la seda, para que los oídos puedan imaginar melodías celestiales y en un perfecto balance de proporciones musicales".
Ante la consulta de cómo se compone lejos de su terruño, de su paisaje, Ramos contestó que "las montañas de Francia y de otros lugares de Europa tienen los mismos colores que las de Jujuy. Me imagino estar en mi vieja casa, con mi gente, y a partir de ahí, sale la melodía.
"Hace un año que no compongo, pero en mi cajón tengo partes de piezas instrumentales, que en algún momento nacieron y están esperando madurar. Cada tema necesita su tiempo y ése es el trabajo del compositor, como el del agricultor: aguardar a que llegue el momento de la cosecha, después de sembrar".
Cualquier obra compuesta por Uña, así como cualquier obra clásica, desafía al tiempo y al espacio. Desde Francia, donde hace muchos años ha estado viviendo, el músico le brindó al mundo entero sus ritmos y sus notas. "He tocado para públicos de Japón, Estados Unidos, Alemania, Francia e Italia, a lo largo de toda Europa, y compositores de estos países se ofrecieron para acompañarme. A eso lo veo como un sentimiento de amor y amistad", dijo. Y adelantó que, "seguramente para fin de año o quizás antes, vendré a realizar algún concierto, donde no sólo llegaré para tocar en Capital Federal, sino también en mi querido interior del país, que hace tantos años no visito".
Luis Digiano