Omar Lugo. EFE
El "Hambre Cero", la estrategia social del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, ha logrado dar de comer a millones de pobres en Brasil, pero falta mucho para resolver un drama de siglos en el país más populoso de América latina.
El programa fue anunciado por Lula con bombos y platillos cuando asumió la presidencia de Brasil, el 1° de enero de 2003. Desde entonces, ha sido promovido como una iniciativa que merece ser copiada por otros países.>
"El `Hambre Cero' era un nombre con mucha fuerza, pero este problema no ha sido erradicado en ningún país del mundo", señaló a EFE el investigador Chico Menezes, presidente del Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional, un organismo que asesora al presidente en sus planes contra el hambre.>
"Lo que destacamos en Brasil es que las proporciones del problema eran muy grandes y necesitaba ser enfrentado para reducirlo significativamente", agregó.>
Según una encuesta del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE, estatal), unos 14 millones de personas en Brasil padecían en el 2004 una "grave inseguridad alimentaria" y otros 26 millones, una "moderada" inseguridad, es decir, sin tener certeza de cuál sería el próximo bocado, en un país de 183 millones de habitantes.>
La encuesta, divulgada en setiembre, fue hecha en el 2005, con datos del 2004, cuando estos programas todavía estaban en fase de implantación, destacó Menezes.>
"Estoy seguro de que una nueva encuesta mostraría resultados mejores, aunque el problema continúa vivo", agregó.>
Para los críticos de Lula, el gran problema es que estos programas son "asistencialistas", más que asistenciales, y lo que Brasil necesita es que la economía crezca y que se invierta mucho en educación y salud.>
El Ministerio de Combate al Hambre alega que "las políticas de transferencia de renta, seguridad alimentaria y asistencia social", ya están presentes en todos los municipios brasileños y que este año recibirán 21.000 millones de reales (unos 9.800 millones de dólares).
De ese total, 12.800 millones de reales (unos 6.000 millones de dólares) se destinan al programa conocido como "Bolsa Familia", que llegará este año a 11,1 millones de hogares.>
Todo ese dinero equivale a 540 dólares anuales (45 dólares mensuales) por cada familia y se supone que debe alcanzar para comprar al menos una canasta básica de alimentos.>
A cambio de esta ayuda, las familias se comprometen a mantener sus niños y adolescentes en la escuela y darles los cuidados básicos de salud, tales como vacunas y atención prenatal y posnatal para las gestantes y madres que amamantan.>
Los programas del "Hambre Cero" benefician en total a 45 millones de personas, de las cuales 20,3 millones son niños de hasta 15 años de edad, según datos oficiales.>
El gobierno también esgrime datos del prestigioso instituto privado Fundación Getulio Vargas, según el cual, en el 2005 la pobreza se redujo hasta 22,77 por ciento de la población, el índice más bajo desde que en 1992 el indicador comenzó a ser medido (35,16 por ciento).>
El programa "Hambre Cero" incluye los 2.200 "Centros de Referencia de la Asistencia Social" que han construido 167.000 cisternas en regiones áridas del nordeste del país y adquieren alimentos producidos por 190.000 familias de agricultores pobres.>
"El `Hambre Cero' es una estrategia amplia cuyo buque insignia es `Bolsa Familia"', dijo Adriana Aranha, asesora del ministro Patrus Anaias, para el Combate al Hambre.>
También está el "Programa Nacional de Alimentación Escolar", que llega a 37 millones de estudiantes de educación básica y preescolar con un presupuesto de unos 604 millones de dólares este año.>
El valor de esta ayuda aumentó en 69 por ciento en este gobierno, después de permanecer 10 años estancado, y es un beneficio adicional para las familias que reciben el `Bolsa Familia', explicó Aranha.>
Otro de los programas en marcha es la apertura de al menos 109 comedores populares en grandes centros urbanos, donde se sirven 6.000 comidas diarias por unos 45 centavos de dólar.>
Estas iniciativas han pasado a convertirse en políticas de Estado, no de gobierno, con la reciente aprobación y sanción de la Ley Nacional de Seguridad Alimentaria que establece el alimento como un derecho constitucional, señaló Aranha.>