"Se debe investigar el Estado corrupto de la década del 90"
-El tema derechos humanos fue siempre bandera de organismos, pero este gobierno lo puso en el centro de la escena.
-El movimiento de derechos humanos ha tenido siempre una postura sobre el tema. No podemos dejar de reconocer, y es un gran mérito, que el actual gobierno le ha dado un enorme impulso al conocimiento y decisión sobre el pasado, la experiencia del horror en la Argentina, el Estado terrorista. La anulación de las leyes de punto final y obediencia debida, el impulso dado a la nulidad de los indultos que se consagrará en breve tiempo, marca un panorama distinto y que vaticino no sólo será el juzgamiento del Estado terrorista sino también el principio de juzgamiento y decisión sobre el Estado corrupto que caracterizó a la década del 90. No solamente habrán de avanzar las causas que refieren a derechos humanos sino también aquellas que refieren a la corrupción cometida desde el dominio de aparato del Estado. >
Insistimos, además, en la necesaria atención que debe prestársele a los derechos económicos, sociales y culturales. En esto hay un atraso enorme en la sociedad argentina. El crecimiento económico no se ha transparentado o revertido en una mayor igualdad, recuperación e inclusión social. Hay todavía grandes bolsones de pobreza, marginalidad y exclusión social forzada que constituyen todo un desafío y una afrenta a la política de derechos humanos. >
Enormes tramos del discurso político institucional están dedicados a los derechos humanos pero no sé si hubiera sido así sin la experiencia del horror. La paradoja es que necesitábamos atravesar una circunstancia extrema, un episodio único y desgraciado en la historia institucional para que los argentinos tomáramos conciencia de que los derechos humanos no eran solamente expresión del mundo ideal de los normas, sino algo que necesitamos en el mundo real y cotidiano.>
A dos meses de la desaparición de Jorge Julio López, Barcesat entiende que "esto demuestra que todavía la tarea de deslindar, de establecer una ruptura entre excepcionalidad o bestia institucional, por la dictadura, y el Estado de Derecho es una tarea pendiente de la sociedad argentina. Buena parte del aparato de fuerza, gestado, imbuido, corrupto en el uso de una fuerza oculta, sigue vigente en la Argentina en algunos estamentos o bolsones. Esta es una tarea pendiente que nos compromete. Hay iniciativas que no pueden demorarse. Hay instituciones como la Secretaría de Inteligencia del Estado que no tiene sentido ni razón de ser, no están previstas ni queridas por la Constitución Nacional. Estos organismos al igual que los de inteligencia de las fuerzas armadas no cumplen ninguna función y deberían ser excluidas. Deberíamos dar avances institucionales en el desmontaje de estos bolsones del aparato de terror".
Oralidad
Barcesat marcó pros y contras en el juicio oral en el proceso penal. "El proceso oral es de mayor inmediación, de mayor cercanía entre la justicia y la sociedad civil. Le permite a la sociedad ejercer un control sobre lo que hacen los jueces. No hay que esperar milagros del proceso oral. Sí esperar una razonable cuota de mejora en la administración de justicia, pero no creamos que hay una receta infalible y que pasa por el proceso oral. Mejora el control sobre el Poder Judicial pero no es garantía de nada, ni tampoco de que haya mayor celeridad o ecuanimidad en la decisión de los jueces. Es una herramienta útil, pero una herramienta más", señaló.
Mario Cáffaro