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Mariela Goy
Tras haber logrado sobrevivir a la política noventista que las olvidó por completo, las escuelas técnicas iniciaron un proceso de transformación para ponerse a tono con el perfil productivo del país. Desde hace unos meses, comenzaron a recibir los fondos nacionales previstos en la Ley de Educación Técnico Profesional, sancionada en setiembre de 2005.
La inyección de dinero, que se distribuye en dosis, permite renovar maquinaria con tecnología de punta, comprar nueva bibliografía y acondicionar los edificios, entre otras mejoras.>
En la provincia, se lleva entregada una cifra cercana a los 13 millones de pesos entre las escuelas técnicas de nivel medio (hay 154 en total), centros de formación profesional e institutos terciarios técnicos que presentaron sus "planes de mejora" ante el Instituto Nacional de Educación Técnica (Inet).>
Son diagnósticos de las necesidades prioritarias que diseñan las propias escuelas y que deben cumplir a rajatabla una serie de requisitos. Una misma institución puede presentar varios Planes de Mejora en las nueve líneas de financiamiento habilitadas. La más requerida es, por lejos, la correspondiente a equipamiento de talleres y laboratorios.>
"Desde la época del Conet (ex Consejo Nacional de Educación Técnica) que no recibíamos dinero para equipamiento. Dejamos de pertenecer al organismo en el '93, con el traspaso de las escuelas nacionales a la provincia. O sea, hace 15 años que no llegaban recursos económicos fuertes a nuestra institución", dijeron, sin vueltas, Raúl Roldán y Marcelo De Martino, director y vice de la escuela técnica Nº 480 Manuel Belgrano.>
Por el momento, es la institución de la ciudad que más fondos recibió: $ 379.000, y tiene pendientes de transferencia otros $ 170.000, que ya están aprobados. Con esos recursos, lograron actualizar el laboratorio de informática que pasó a contar con 50 computadoras nuevas. La diferencia, la notan los estudiantes: ahora cada uno puede sentarse en una PC, cuando antes debían compartir en grupo las 10 máquinas que habían sido adquiridas por la cooperadora escolar. Además, esperan el próximo cheque para mejorar la conectividad a internet e incorporar tecnología wi-fi.>
Los talleres donde se realizan las prácticas de mecánica y electricidad del automotor están en obras. "Estamos sectorizando la planta alta para una mejor distribución y acondicionando el piso de planta baja para colocar un elevador de autos que cuesta entre 10 y 15 mil pesos", comentó el plantel directivo.>
A un costado, un grupo de alumnos ponía en uso otra de las recientes adquisiciones: un multímetro digital para la medición de bobinas que costó unos $ 2 mil. "Es de última generación, y también los profesores debemos aprender a usar la nueva tecnología que se va incorporando para poder enseñar", confesó el docente a cargo.>
La escuela compró, entre otros elementos, 8 cajas Bim para la práctica de electricidad, física y química, además de $ 40 mil en bibliografía específica. "Los Planes de Mejora son tan completos que, por ejemplo, para el laboratorio de informática nos aprobaron hasta las cortinas para cubrir los ventanales", destacó Roldán.>
La educación técnica es fundamental para el crecimiento del país. El sector industrial genera recursos para el desarrollo nacional y todos saben que falta mano de obra calificada para el sector. La formación de técnicos idóneos fue en declive en la última década, porque mientras la tecnología industrial avanzaba a pasos agigantados, los estudiantes practicaban con maquinaria obsoleta.
El desfasaje se nota a la hora de lanzar egresados al mercado laboral. "Cuando un empresario nos solicita un técnico, nos dice: `si es de la época del Conet, mejor'. Ellos ven las falencias que han tenido los últimos egresados que, justamente, son el resultado de una educación técnica olvidada, donde tampoco hubo inversión en equipamiento", dijo el director de la Belgrano, institución que festeja su 75° aniversario.>
Otra escuela técnica tradicional de Santa Fe, la N° 478 Dr. Nicolás Avellaneda, también inició el proceso de renovación. Con $ 226.000 asignados y otros montos en trámite, la adquisición más cara fue un torno de control numérico -tipo industrial, no pedagógico- que salió unos 74 mil pesos y que se guarda celosamente hasta poder instalarlo.>
En el patio escolar, un grupo de alumnos del último año utilizaba la nueva estación topográfica total que sirve para medir un terreno. "Es importada de EE.UU. y costó más de 20 mil dólares. Con el viejo teodolito ya no podés hacer topografía", advirtió Oscar Leibovich, autoridad máxima de la Avellaneda.>
Después de hacer un relevamiento de las necesidades primordiales de esta megaescuela, a la que asisten 1.500 alumnos en las cuatro especialidades, "vimos que teníamos muy abandonada la parte de electrónica. Por eso, adquirimos un osciloscopio digital color, generadores de funciones, atenuadores, carga fantasma, dos analizadores de espectros. Hasta viene gente de Telecom a hacer algunas prácticas acá, porque no cuenta con esta 'tecnología", destacó.>
La Avellaneda también posee una sala de automatización y control equipada a nuevo gracias a distintos aportes otorgados por el gobierno provincial.>
En la escuela N° 479 Manuel Pizarro, el primero en beneficiarse fue el laboratorio de Química. Se lograron reparar las mesadas de ensayo que estaban todas rotas, se compró una balanza electrónica de precisión ($ 7 mil), un espectofotómetro ($ 9 mil), tres o cuatro microscopios nuevos ($ 2 mil cada uno), y una gran cantidad de material de laboratorio. "Desde este año, los estudiantes pueden trabajar y hacer preparados en forma individual, lo que permite que todos aprendan", remarcó Roberto Carnivale, profesor de Química.
El establecimiento recibió $ 115 mil, pero tiene aprobados otros $ 150 mil y está elaborando nuevos planes. Con ese dinero también pudieron transformar un depósito en un nuevo laboratorio químico, y empezar a comprar elementos para un ambicioso proyecto productivo.>
"Vamos a montar plantas elaboradoras de queso, yogurt y pickles para que los alumnos aprendan los procesos de la industria alimentaria. También queremos montar una planta para hacer biocombustibles: bioetanol, biogas y biodiésel", detalló el docente. El Plan de Mejora incluye la readecuación edilicia necesaria y más adelante "pretendemos contar con un laboratorio de control de calidad".>
Por ahora, ya tienen todo lo necesario para instalar la elaboradora de queso (costó $ 12 mil), que está desarmada hasta que terminen las obras de infraestructura. El profesor Carnivale subrayó que diseñar estos proyectos requirió de una gran predisposición del plantel docente, porque hay formularios que llenar, justificar la inversión y conseguir tres presupuestos comparativos.>
Varios profesores de distintas escuelas han debido viajar a Rosario, Entre Ríos o Buenos Aires para hallar los proveedores de maquinarias específicas.>
Quedan
pendientes unos 7 millones de pesos a entregarse a las escuelas de los Planes de Mejora presentados el año pasado, de acuerdo con el presupuesto asignado a Santa Fe del Fondo Nacional de Educación Técnica. Aún no se ejecutó el cupo correspondiente al 2007.
Demora.
El otorgamiento de los fondos demora entre 7 y 8 meses. Cuando las escuelas van a concretar la compra de algún equipo, su valor ha aumentado, a veces, hasta en un 30 %. Los Planes de Mejora primero deben ser aprobados por el Ministerio de Educación provincial, recién después van al Inet y, a veces, vuelven con observaciones. "Nos pasó que nos devolvieron un proyecto porque faltaba el Cuit de un proveedor", comentaron desde una escuela. Una vez que el plan cuenta con dictamen positivo del Inet, va al Ministerio de Economía nacional, donde se liberan los fondos. Según José Casañas, el problema está en Economía, que debería transferir los subsidios en 30 días y "se toma más de 3 meses".
"Con la Ley Federal, las escuelas técnicas recibimos un cimbronazo", graficó Roberto Carnivale, profesor de Química de la escuela N° 479 Manuel Pizarro. La norma no contempló esta modalidad educativa, que subsistió incorporando los Trayectos Técnicos Profesionales (TTP) para no desaparecer en su especificidad.
"Hubo toda una estructura curricular que se desarmó; puertas adentro, debimos resistir y tratar de que los estudiantes salieran formados como técnicos", añadió Fabián Ozechowski, docente de tornería y metalmecánica.
"Consideramos que el equipamiento es una pata muy importante, pero no lo es todo. Necesitamos una reestructuración curricular, porque en la educación técnica los chicos necesitan más horas de taller, de práctica. Por eso es que reclamamos que la provincia aplique la nueva Ley de Educación Técnica", pidió Raúl Roldán, director de la Belgrano.
Se preguntó: "Si hoy tenemos que salir a hacer el ofrecimiento educativo, ¿qué proponemos para el año que viene: 8vo. año de Polimodal o 1ro. del secundario? ¿Comenzaremos con un ciclo básico y otro superior? Una parte de la deuda está comenzando a ser saldada, pero falta otra muy importante: lo curricular".
Con este criterio coincidió Oscar Leibovich, director de la Avellaneda: "La nueva ley no sólo habla de fondos, sino que produce un cambio en los planes de estudio y demás. Hasta ahora, nuestra provincia no ha realizado ningún avance y necesitamos que se haga cargo".
Un reclamo común se escuchó entre los directivos de las escuelas técnicas: ¿por qué no se aplica la Ley de Educación Técnico Profesional aprobada en setiembre de 2005 por el Congreso Nacional?
La norma cubre un vacío legal y contempla, además de los recursos económicos para revitalizar la modalidad, varios aspectos pedagógicos que tienen que ver con la vuelta a los seis años de formación técnica, la homologación de títulos en las distintas jurisdicciones y la unificación de la enseñanza básica de un técnico en la especialidad correspondiente.
