Evangelina Simón de PoggiaE-mail: [email protected]
Durante más de veinte siglos, la reflexión sobre el lenguaje pareciera que fue preocupación, fundamentalmente, de la filosofía y de la lógica. Ninguna de ellas se interesó por el lenguaje mismo, sino que lo tomaron como un instrumento que les permitió llegar al fin propuesto de naturaleza netamente filosófica.
Será importante la labor de la Filología, llamada también Crítica de Textos y Técnica de Ediciones, cuyo comienzo lo ubicamos en el período alejandrino con la fundación de la Biblioteca en la colonia griega de Alejandría (S.III a.C.), la cual tuvo una intensa acción cultural y de investigación del lenguaje al producirse la alteración ostensible de textos clásicos con fundamental referencia a los homéricos. Esta situación los llevó a la confrontación de diferentes versiones de las obras, valiéndose de los estudios del lenguaje con el fin de disociar las obras germánicas de las espurias. Será un estudio trascendente y no inmanente del lenguaje, pero lo cierto es que ambos, filología y lenguaje, se inter-relacionaron, de tal suerte, que en el s. XIX, cuando el lenguaje o lo gramatical logra deslindarse de los intereses literarios en la búsqueda de su propio espacio, no por eso dejaron de interactuarse, ya que la investigación a través del lenguaje realizada por la Escuela de Alejandría favoreció, de alguna manera, el desarrollo y conocimiento de la futura ciencia lingüística.>
Queda claro que mientras la "filología" está íntimamente ligada al historiador y al crítico literario, "la lingüística" lo está a la fisiología, física, filosofía, sociología, psicología, lógica, literatura, etc.>
Será el S.XIX escenario de un cambio fundamental, la escisión de la "filología" en dos ramas: la "filología" propiamente dicha, ligada a la Historia y la Crítica Literaria, y la "lingüística" que tendrá como fin el estudio del lenguaje en sí mismo, de su funcionamiento y estructura como medio de expresión. A posteriori, en el s. XX, se constituirá en ciencia gracias a ese científico visionario que fue F. de Saussure.>
Por lo expuesto considero que hay que cambiar el ángulo de visión: la "lengua" es instrumental/vincular, la literatura no. En toda la Currícula (Currículo) "Lengua y Literatura" ha sido una materia mal llamada "vincular" con las otras áreas de conocimiento. Y digo mal llamada por lo expuesto, ya que la única vincular es la lengua, la cual constituye el instrumento, la herramienta que nos permite manejar los elementos del sistema de acuerdo a las normas, que nos ayuda a organizar nuestro pensamiento y a expresarlo, que nos da elementos para comprender al otro, a interactuar con él, a manipular con él de acuerdo a nuestras intenciones y, algo importante, nos permite dar forma a nuestro pensamiento conceptual no importando el área de conocimiento de que se trate. Alguien dijo que el conocimiento existe gracias a que puede ser expresado, que los límites de nuestro mundo son los límites que nos impone nuestro propio lenguaje. La "literatura" es el "arte" que nos da espacio para la fantasía, la imaginación, que nos deleita con el uso particularmente bello de la palabra, que nos hace gozar y soñar a través de ella. Pero desde una perspectiva pragmática, la literatura constituye un discurso más, como lo es el histórico, el filosófico, etc. Todos necesitan ser expresados a través de la palabra sin ignorar, en algunos casos, su propia simbología. >
A esta altura de mi exposición me pregunto ¿Por qué "Lengua y Literatura" y no "Lengua" por un lado y "Literatura" por otro. Tal vez, la falacia esté dada al no plantear a ambas desde una perspectiva interdisciplinaria.>
Lo cierto es que la experiencia áulica nos ha demostrado a los responsables de "esta área de conocimiento" que la mayoría de nuestros alumnos >
aprueban la asignatura por sus conocimientos sobre las obras literarias y no precisamente sobre sus saberes gramaticales sobre la lengua. En cualquiera de los casos, constituye una vivencia conflictiva tanto para educadores como para educandos>
El tema merece una profunda reflexión por parte de aquellos que pueden incursionar de una u otra manera en la problemática planteada.>