La UNL y los espacios para la cultura

Un proverbio oriental nos dice que un puente no es un puente, sino la persona que pasa sobre él. En el mismo plano de pensamiento, la función social de los edificios y espacios arquitectónicos se construye con el sentido que le da la comunidad. En el campo de la cultura y para las expresiones culturales, la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y la sociedad santafesina toda en los últimos años han construido tres tipos de espacios que interactúan hoy plenamente en la ciudad.

El primero es el de los edificios construidos o reciclados especialmente con estas funciones, edificios hoy llenos de vida, como el Museo de Arte Contemporáneo (MAC, inaugurado en 2003); el Archivo Histórico (adecuación del Foro Cultural Universitario, 2004); el Instituto Superior de Música (2006), que permitió, a su vez, la puesta en valor del antiguo edificio de calle San Jerónimo para el Centro de Idiomas a la Comunidad, y el Predio UNL-ATE (2006), que en el verano de 2007 albergó música y cine para todo público. A fines de 2007, como una utopía que se transformará en una realidad, se pondrá en pleno funcionamiento el edificio lindante con el Foro Cultural Universitario, con dos salas para 150 personas, espacio para exposiciones, talleres, administración y un bar de las artes que, sumado al entrañable local de la Biblioteca Dr. José Gálvez, constituirán el nuevo Complejo Cultural de la UNL, al servicio del teatro, la danza, la literatura, la plástica, la fotografía, la música y el cine de la ciudad y la región.>

El segundo tipo de espacio lo ocupan aquellos que, sin haber sido pensados originalmente para la cultura, la UNL promovió que la comunidad le otorgase esta función social, como el Paraninfo, lugar diseñado para el debate del mayor órgano de gobierno de la universidad, su asamblea. Hoy, gracias a una clara política de continuidad en la gestión cultural, el Paraninfo es referencia y sinónimo de música, de todas las músicas, en Santa Fe, con proyección y prestigio nacional e internacional.>

Apostando a jerarquizar aún más este escenario, cabe destacar la reciente incorporación de un piano de última generación a su patrimonio. Esto garantiza la posibilidad de brindar un instrumento adecuado a las más altas exigencias de los pianistas y del público. Otro claro ejemplo es la explanada del rectorado que, a partir de conciertos gratuitos y multitudinarios sobre Bv. Pellegrini, se convirtió en pocos años en otra referencia de la cultura santafesina, siendo el Concierto Aniversario de la UNL un momento esperado que trasciende lo efímero de los eventos aislados y otorga un nuevo valor al espacio público, adquirido a partir de la apropiación por parte de la comunidad.>

Y el tercer espacio es aquél en el que confluyen todas las expresiones artísticas en forma de ciclos, festivales, encuentros o jornadas, como la Bienal de Arte Joven; los Argentinos de Teatro, Danza y Literatura; las Jornadas de Música Contemporánea; los ciclos Paraninfo y Más, Mozarteum, Patio Bar, Predio UNL-ATE, el Universitario de Coros, el Encuentro de Coros de Niños; Santa Fe Muestra de Cine Independiente, Psicoanálisis y Cine; Narración Oral Escénica; exposiciones permanentes en el MAC y Archivo Histórico, charlas, seminarios y jornadas de capacitación, a lo que debe agregarse la creación de la Comedia Universitaria (2002) y del Coro de Niños (2001), que se suma a la oferta de los talleres tradicionales de la Dirección de Cultura (cine, teatro, literatura, coro, fotografía y plástica).>

Sello distintivo

Todos estos espacios, hoy instalados en la agenda santafesina, sintetizan y dan su sello distintivo a la gestión que desde el año 2000 llevó al frente de la UNL el Ing. Mario Barletta, una gestión que marca el claro rol de la universidad pública en el territorio de la cultura, que no es más ni menos que establecer diferencias desde lo público en generar espacios con programación y gestión propia, contundente, no tercerizada, en permanente expansión, con trabajos cooperativos vinculados a organismos independientes; demostrando que no todo es lo mismo; proponiendo acciones donde el arte, el riesgo, la vanguardia y la tradición ocupan su merecido espacio en el debate, con la lógica impuesta por el impersonal mercado y su saber práctico; construyendo día a día lo que hoy somos, lo que deseamos y nos merecemos ser.

Sin duda, el valor agregado y la "ganancia" de estos nuevos espacios construidos por la sociedad en su conjunto constituyen la simiente de la transformación en pos de un mundo mejor.>

(*) Director de Cultura de la UNL

Damián Rodríguez Kees (*)