Investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) realizaron un relevamiento del patrimonio rural santafesino con el objetivo de reconocerlo, estudiarlo y ponerlo en valor. Para el equipo de investigadores que realizó el trabajo, las estancias cerradas en los campos o las estaciones inhabilitadas del ferrocarril no son piezas de museo sino parte de nuestra identidad, dentro de la diversidad cultural.
"En la actualidad, y como resultado de los cambios económicos que el capitalismo global generó en la Argentina y los efectos de las nuevas tecnologías de comunicación y transporte, se produjo un despoblamiento rural que transformó el territorio", comenzó a explicar Alicia Falchini, directora del proyecto de investigación "Inventario y puesta en valor del patrimonio rural santafesino", que se ejecuta en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (Fadu) de la UNL.>
Los estados de conservación de estancias como la Estanzuela de los Echagüe, Santa Catalina, Santa Margarita, La Reforma, El Capón, San Guillermo, Santo Domingo, La Fortuna, El Rosario, La Noria o Los Leones, "denotan la nobleza de los materiales porque se mantiene inalterable la fortaleza del hierro, el color de la tierra amasada y cocida de los ladrillos así como la dureza de la madera. Se releva, en el deterioro de los revoques, el clima húmedo y la salinidad de la arena", añadió la investigadora.>
El objetivo de este trabajo consiste en el reconocimiento del patrimonio rural existente para su posterior puesta en valor, lo que implica lograr su re-funcionalización a través de turismo rural u otra actividad económica.>
"Los establecimientos productivos destinados a la siembra y ganadería conservan aún hoy sus usos, pero los derivados del sistema ferroviario se presentan como vacancias en buen estado de conservación, ocupados por familias de escasos recursos; presentando un alto valor de recupero y rescate como soporte para pensar nuevas modalidades de producción", agregó Falchini.>
El universo de estudio se definió en torno al eje de la ruta nacional 11, enmarcado por dos sistemas hídricos: las cuencas del río Salado al oeste y los límites de la Laguna Setúbal en la cuenca del Paraná al este.
Las modificaciones sustanciales con el medio ocurrieron en la segunda mitad del siglo, cuando Santa Fe sufrió "una profunda transformación en su estructura social y productiva, con impacto en la organización territorial y del ambiente", indicó Miriam Bessone, otra integrante del proyecto.>
"Se produce una mutación de ese paisaje agreste y desolado por uno nuevo, el de la tierra cultivada. Los protagonistas de esta transformación fueron inmigrantes y colonos europeos a través del establecimiento y desarrollo de las colonias agrícolas y la modernización del país representadas por el ferrocarril y los avances tecnológicos", agregó.>
"Patrimonios ignorados (reservas forestales, construcciones, relatos, usos y costumbres) pueden constituirse en polos de atracción, a través de acciones que recuperen el paisaje y el patrimonio cultural", concluyó Bessone.>
(C) Romina Kippes - Analía Benigni (UNL) - El Litoral