"Estuvimos acostumbrados a discursos muy terminantes de la escuela media. A veces se la ha dado por muerta y no es así: todavía quedan muchas cosas que la mantienen en pie", dice Inés Dussel, la autora de Más allá de la crisis, una novedad editorial de Fundación Santillana que describe y analiza las percepciones y demandas sobre la escuela media de estudiantes y profesores en relación con las transformaciones pasadas, los problemas actuales y las expectativas a futuro.
Esta doctora en Educación e investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) explicó un panorama más abarcativo de la escuela, donde el eje se apoya más en su eficacia como medio de socialización y no tanto en los diagnósticos que hablan de un modelo en declive constante.>
"Los estudiantes y los docentes nos dicen que no está todo tan mal y que hay cosas para rescatar", comentó Dussel desde su oficina en el centro porteño. Para ella, "hoy enseñar es bien distinto que hace 20 años y muchos tienen mejor educación que sus padres: antes se escolarizaba sólo el 60 % de la población y hoy se está arriba del 90 %".>
En este sentido, las más de mil encuestas a profesores y estudiantes que se realizaron el año pasado en 16 puntos del país muestran una noción más que certera del clima que se vive en las aulas.>
"Si bien las opiniones no son la realidad, lo que la gente cree que sucede influye en lo que después ocurre y además indica sobre qué bases se puede actuar para introducir algunos cambios", señaló la especialista, quien indagó las posturas junto con un equipo integrado por Andrea Brito y Pedro Núñez.>
Con relación a los docentes, la coordinadora del área de Educación de Flacso resaltó el espíritu de "queja constante y negativo" emanado en los grupos focales de profesores: "Ellos sí dicen que ahora la escuela está peor que antes, pero los chicos no. Los docentes están más pegados a la disciplina y los chicos piden más creatividad y saberes que no están en la escuela", dijo Dussel.
Al parecer, los jóvenes quieren más deportes, materias nuevas que los vinculen al mundo profesional, idiomas e informática. Además, "buscan al docente como un referente que los ayude a pensar; que los miren más y no se observen tanto a sí mismos. En cambio, los profesores dicen que los alumnos son vagos. Incluso perciben a los padres como enemigos porque tiran en direcciones contrarias", advirtió la investigadora.>
Por último sostuvo: "Para mí es mentira que los chicos saben menos que antes: lo que pasa es que hoy terminan muchos más que en otra época. Cuando entré a la universidad lo hacía el 10% y los bochazos también eran masivos. Sin embargo nadie se escandaliza cuando a las universidades se les va el 50% en el primer año. Imaginemos qué pasaría si ocurriese eso en la escuela secundaria".>
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