En una entrevista con El Litoral, realizada antes de conocerse el borrador extraoficial de la ley de educación, monseñor José María Arancedo se pronunció sobre la postura de la Iglesia Católica respecto de la futura norma. Además defendió el subsidio del Estado a la educación privada, destacó que una ley debe ser acompañada de presupuesto y pidió a las autoridades que garanticen un "debate amplio" antes de enviar el proyecto a la Legislatura.
"Una educación plena tiene que considerar al hombre en su totalidad, como ser humano, con apertura a la trascendencia y a su dimensión religiosa", dijo el arzobispo, quien aseguró no haber recibido "ningún borrador oficial" de ley educativa.>
Explicó que "el Estado no debe particularizar en una opción religiosa o confesional, pero sí debe tener en cuenta que la dimensión trascendental, espiritual y religiosa es constitutiva del hombre; no hay que ahogarla ni tenerle temor".>
"El fin de la educación -abundó- consiste en la formación integral de la persona humana. Esta integralidad significa el desarrollo de todas sus dimensiones: física, cultural, social, intelectual e incluso religiosa. La educación, para ser sólida, debe dar al hombre el sentido trascendental de su vida, introducir al mundo de los valores, de las creencias", destacó el arzobispo santafesino, que tiene a su cargo la gestión de varios colegios católicos, muchos ubicados en zonas de la periferia.>
"Tenemos que superar la época de un `laicismo' para entrar en la madurez del `laicado', que reconoce la dimensión espiritual del hombre. No podemos hablar de libertad religiosa cuando negamos esa dimensión del hombre; sería una libertad sin contenido", adujo.>
-¿Qué otros aspectos considera que deben estar presentes en el texto de una futura ley educativa provincial?
-La ley de educación debiera tener en cuenta o sostener que la educación es un bien público, un derecho personal y social, algo que está estipulado en la Constitución Nacional y Provincial. También reconocerle a la familia el derecho natural y primario a la educación, favoreciendo con esto la libertad de enseñanza mediante la elección digna. Además, debería promover la identidad y la soberanía nacional, asumiendo a través de la educación nuestro patrimonio cultural, basado en tradiciones, costumbres, valores. Una ley provincial debe reconocer las raíces propias, en un sano federalismo. También promover la educación para el trabajo y el esfuerzo personal.>
El Estado debe asumir un rol principal a través de formulaciones de política provincial que implique el sostenimiento de la educación y la obligatoriedad. En esto tiene que haber una opción de presupuesto muy clara, que permita financiar de manera equitativa tanto la educación estatal como la de gestión privada. Y asumir un rol subsidiario respecto de la familia que tiene un derecho natural y primario en la educación. El Estado tiene que garantizar también el derecho a la igualdad de oportunidades y equidad educativa, que está en la base de la justicia distributiva.>
Debate amplio
"El gobierno tendrá que hacer una consulta bien amplia, y pienso que la Iglesia va a ser consultada. La Ley de Educación no es solo un problema de diputados, sino que es de la familia, de la sociedad, de todos", consideró monseñor Arancedo.
De la redacción de El Litoral