De la redacción de El Litoral.
Está casada, tiene dos hijos y le sobran títulos y reconocimientos. Tiene 35 años y lleva en los genes la pasión por la investigación y la docencia, que parece haber heredado de su abuelo, Nemesio de la Puente, uno de los primeros egresados de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral y antiguo decano de la casa de estudios.
Gabriela de la Puente es el nombre de esta santafesina que se desempeña con solidez en el aula y en el laboratorio. El miércoles pasado, sus logros fueron reconocidos por la Fundación Bunge y Born, que le otorgó el Premio Estímulo a Jóvenes Científicos 2007.>
La profesional, que trabaja en Ingeniería de Procesos, en el Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica (Incape), se sorprendió al recibir la noticia de que había sido seleccionada por expertos del país y del exterior como la más destacada en el área. "No me postulé, y recién me enteré el día que me avisaron que había ganado el premio", comentó la Dra. De la Puente, quien se desempeña también como profesora en la UNL.>
La Fundación otorga el Premio Estímulo a Jóvenes Científicos: a quienes aún no han superado los 41 años y se destacan en sus ámbitos de trabajo. Cada año, elige una disciplina distinta y conforma una comisión de especialistas que evalúa los antecedentes de los investigadores argentinos -obtenidos sobre todo a través de las bases del Conicet y las universidades- y propone una terna.>
En el dictamen del Jurado, pesaron las cerca de 25 publicaciones que realizó De la Puente en revistas internacionales, el premio Mercosur a Jóvenes Investigadores y, fundamentalmente, "la aplicabilidad de las investigaciones y la potencialidad a futuro del tema en el cual estoy trabajando y que se denomina Craqueo Catalítico de Hidrocarburos", explicó De la Puente.>
"El craqueo es uno de los procesos que utilizan las refinerías para obtener diferentes combustibles como gas licuado de petróleo, gasolina, diésel, jetfuel -que se usan en aviones- e importantes materias primas para la industria petroquímica como son el etileno y propileno que se emplean, por ejemplo, en la producción de plásticos", explicó. >
Junto a un grupo de nueve científicos y becarios, De la Puente investiga de qué manera es posible mejorar la calidad del combustible y obtener los derivados que precisan las refinerías, modificando el proceso o las propiedades del catalizador.
Conociendo y alterando esas variables, es posible generar en la fase primaria naftas con más octanaje y menos compuestos aromáticos (como el benceno) que son contaminantes o favorecer, por ejemplo, la producción de un combustible frente a otro.>
"Para las refinerías es siempre un desafío desarrollar y sostener procesos que sean eficientes energética y económicamente y que tengan bajo impacto ambiental. Estos objetivos, frecuentemente, se encuentran ligados al desarrollo de catalizadores más activos, selectivos y estables. Y la razón es que el crudo es cada vez más caro, de peor calidad y la industria tiene que seguir obteniendo un combustible que cumpla con la legislación vigente. Es decir, tiene que optimizar continuamente los procesos de refinación", explicó.>
En un pequeño reactor que poseen en el Incape, replican las condiciones del proceso industrial. Allí, una fracción de crudo se mezcla con el catalizador, un polvo que rompe (`craquea', en términos científicos) las moléculas grandes presentes en el petróleo en otras pequeñas que componen y originan distintos tipos de combustibles. >
El reactor trabaja con una temperatura de 500 grados o más, y aunque su tamaño dista del que se utiliza en las refinerías, sus resultados son confiables. "El reactor que tenemos reproduce a escala de laboratorio lo que hace el reactor industrial, que tiene 30 metros de alto y usa 250 toneladas de catalizador. Nosotros sólo empleamos un gramo de catalizador", dimensionó De la Puente.>
Uno de los logros más importantes del grupo fue reciclar el plástico. "Verificamos que podés disolver hasta en un 10 % desechos plásticos (polietileno, polipropileno, poliestireno, etc.) en la alimentación estándar del proceso y generar combustible de buena calidad", explicó de la Puente.
Si este método, que sólo fue realizado en laboratorio, llega a la industria podría eliminarse un pasivo ambiental duradero. "Transformás algo que ya no se usa, como el plástico de desecho, en un producto con valor agregado", sostuvo.>
Uno de los desafíos pendientes del grupo es disminuir el contenido de azufre de los combustibles en el proceso de craqueo catalítico. Ésta es la nueva línea de trabajo que estudian con celo los científicos porque la necesidad ya está presente en el mercado.>
"Los crudos tienen cada vez más azufre y eso hace que la gasolina y el diésel que se obtienen del proceso, tengan cada vez mayor cantidad de ese contaminante. Al quemarse el combustible en el auto se generan óxidos de azufre que contribuyen a la denominada lluvia ácida", explicó De la Puente.>
Actualmente, las empresas utilizan costosos procesos para ajustarse a la legislación. Por eso, la apuesta del grupo del Incape es lograr formular un catalizador cuyas propiedades permitan alcanzar al final del proceso de craqueo catalítico, directamente, un combustible con menos azufre.>
Gabriela de la Puente es licenciada en Química, Dra. en Química de la FIQ e investigadora del Conicet en el Incape. Realizó un posdoctorado en la Universidad del País Vasco y se desempeña como docente en la UNL.
Desde su etapa de estudiante se interesó por estudiar sobre el craqueo catalítico de hidrocarburos, tema que aún investiga. "Me pareció que tenía `aplicabilidad'. Básicamente la ingeniería de procesos es conocer a través de la investigación la parte fundamental de los procesos químicos a partir de los cuales se obtienen cosas.
"Yo veía y sigo viendo el tema del craqueo de hidrocarburos como estudios aplicados a la resolución de problemas concretos de las refinerías y de la sociedad en su conjunto en lo que atañe a la producción de combustibles menos contaminantes", valoró De la Puente.
A la investigadora le "interesa y reconforta cuando desde las empresas nos llaman para que le hagamos un servicio de evaluación, para desarrollar estudios específicos en el tema o para evaluar algún catalizador en etapas de desarrollo. Eso significa que lo que estamos haciendo es realmente importante para alguien".