"No hay lugar", "no inscribimos" o "lo podemos anotar en lista de espera". Éstas son las respuestas más comunes que reciben los padres cuando solicitan un banco en las escuelas privadas de nuestra ciudad.
Las instituciones de carácter particular registran desde hace tiempo un importante aumento en la demanda de matrícula y, este año, parece haber una explosión en las solicitudes de ingreso para el ciclo lectivo 2008.
La situación genera preocupación entre los progenitores que habían elegido un determinado colegio para sus hijos y ahora se ven obligados a recorrer otros en busca de cupo.
"Estamos recibiendo llamados de los representantes legales de los colegios que están observando una gran demanda", confirmó Lidia Benedetto, directora del Servicio Provincial de Enseñanza Privada (Spep), quien asumió el pasado mes de abril al jubilarse su antecesora.
La funcionaria se mostró satisfecha porque siempre es buena la demanda de más educación. Por otro lado, advirtió sobre los riesgos de que las escuelas privadas sobrecarguen la matrícula de los cursos debido a que "se puede afectar la calidad del proyecto educativo".
Benedetto indicó que el Spep está llevando a cabo un diagnóstico de la "situación real" para elevarlo a sus superiores ministeriales. "La alta demanda es un común denominador en toda la provincia, desde Rufino, Venado Tuerto y Rosario en el sur, hasta Santa Fe en el centro y Reconquista al norte", detalló, aunque aclaró que "no es una cantidad que desborda y por el momento puede ser atendida".
Subrayó, además, que ningún chico se quedará sin banco: "si no puede entrar a un colegio privado ingresará al sistema público, que es muy bueno".
Son interminables las listas de espera de aquellos alumnos que tienen la esperanza de incorporarse a la institución educativa elegida. "Tenemos una nómina de aspirantes condicionales tan extensa que tranquilamente podríamos abrir cursos completos", comentó Adriana Truchet, directora de EGB del colegio Nuestra Señora del Calvario.
"Siempre tenemos una buena demanda, pero este año es significativamente mayor. Podríamos hablar de un 30 por ciento más", calculó Truchet.
En general, los cursos más requeridos en las instituciones son las secciones de nivel inicial y 1er año de EGB. Después, existe bastante movilidad en 7mo. y 8vo., momento de transición hacia la escuela media.
El colegio La Salle directamente no abrió la inscripción a la comunidad en algunos cursos, dado que llenó el cupo con los hermanos de los alumnos e hijos de los egresados. "Incluso quedaron afuera unos 15 hermanitos de nuestros alumnos para los que no tenemos banco y hay como 90 chicos en lista de espera en las salas de nivel inicial", consignó Pascual Alarcón, rector del colegio que logró recuperar sus niveles históricos de matrícula: 1.700 alumnos desde el materno al polimodal.
Para Alarcón, son múltiples las causas del aumento de la demanda de bancos en los colegios. "Entre otras, el tema de cierta valoración por parte de la población de los proyectos institucionales privados con talleres, becas, fundaciones. También influye la mejora en los ingresos y la apetencia de los padres de tener participación en la propuesta de enseñanza de sus hijos", enumeró. La Salle ya tiene inscriptos para el ciclo lectivo 2009 y ha ampliado su edificio escolar para recibir más alumnos.
Desde otra escuela privada céntrica -que prefirieron no darse a conocer- destacaron que la clase media santafesina busca ofrecer la mejor educación para sus hijos y hace el esfuerzo de costear un colegio privado con cuotas más o menos accesibles. Según manifestaron, algunos padres prefieren no enviar a sus hijos a escuelas estatales no porque consideren mala la educación que imparten sino por los problemas de conducta.
Para Truchet, del Calvario, el incremento en la demanda se debe "a que la gente privilegia la educación: las familias trabajadoras deciden hacer una inversión para la enseñanza de sus hijos y hacen un esfuerzo para pagar la cuota". Añadió que "no sólo vienen a anotarse chicos provenientes de escuelas oficiales, sino también de otras privadas en busca de un proyecto institucional distinto y un seguimiento del chico", añadió.
Hasta El Portal, un establecimiento privado no confesional que en 2006 verificaba inconvenientes económicos, comenzó a cambiar su situación este año. "Los padres están solicitando bancos desde agosto, cuando antes venían a consultar recién en diciembre o enero", señalaron desde el colegio que logró normalizarse tras gestionar la recuperación del subsidio estatal para los cargos docentes.
Las escuelas parroquiales de la periferia santafesina repiten la situación de aulas repletas, aunque en estos casos no cobran cuotas o perciben un canon voluntario. "No nos faltan alumnos, siempre están pidiendo bancos", dijo Inés Sauceso, directora de EGB de la escuela Ceferino Namuncurá, de Yapeyú.
La escuela Santa Lucía, del barrio homónimo, tiene cursos superpoblados, de hasta 40 chicos, cuando lo ideal sería tener la mitad de esos alumnos en cada aula. "Siempre hubo mucha demanda, sobre todo, en los primeros grados", indicó la directora Mirta Pereyra de Reinoso.