Tomar un avión es en la práctica una operación relativamente sencilla... pero lograr que ese avión funcione como corresponde involucra muchos mecanismos que ni siquiera nos imaginamos. Como que el sistema de apertura de una puerta, o el despliegue de las álabes de las turbinas puedan ser "simulados" en una computadora, a través de softwares específicos que permiten saber cómo se comportará un mecanismo ante determinadas variables y -lo que es mejor- optimizarlo para lograr un mejor funcionamiento.
Un trabajo así es el que encararon investigadores del Centro de Investigación en Mecánica Computacional (Cimec), dependiente del Conicet y la Universidad Nacional del Litoral (UNL), en conjunto otros centros de investigación del mundo, en un proyecto subvencionado por la Unión Europea.
"El objetivo del proyecto es hacer programas de computación que permitan sintetizar y concebir mecanismos que tienen algunas partes flexibles de, en este caso, los aviones", comenzó a explicar el Dr. Alberto Cardona, mientras sostenía en su mano un "contactor" que había sido probado con el programa de computación que ellos crearon en el edificio que el Cimec tiene en el Parque Tecnológico del Litoral Centro.
Pero en realidad ese es nada más que un ejemplo muy pequeño de lo que puede hacer el software, que además es capaz de optimizar el funcionamiento de los trenes de aterrizaje o los cierres de compuertas.
"Los constructores de aviones son grandes consumidores de este tipo de herramientas", contó Cardona, en referencia a las potencialidades de este software. En este sentido, contó que hay prototipos del software que están siendo probados por empresas de aviación: "Alenia está trabajando en el diseño de mecanismos de trenes de aterrizaje, y mecanismos para cambiar la configuración de la forma de las alas de los aviones. Otra empresa está usando el software para evaluar los mecanismos que controlan las álabes" (unas pequeñas "alas" ubicadas dentro de la turbinas, que cambian de orientación en función de las condiciones de funcionamiento).
No obstante, el programa puede servir para otras aplicaciones industriales, aunque esté originalmente concebido para la industria aeronáutica.
"El software es general; es una especie de caja en la cual uno puede comenzar a describir con bastante generalidad qué es lo que se desea para lograr un resultado. La herramienta no está ceñida a una aplicación específica", dijo Cardona.
El trabajo estuvo subvencionado por la Unión Europea. El Cimec participó dentro de un consorcio también integrado por la Universidad de Cambridge y reconocidas empresas de aviación, como Alenia (dedicada a la construcción de piezas para aeronáutica) y ABB (materiales y componentes eléctricos y electrónicos).
En este caso, se pensó en especialidades complementarias capaces de sacar el mayor provecho del trabajo, que funciona casi "en cadena": el Cimec -por ejemplo- prepara un software que es probado por alguna de las empresas; a su vez "las empresas que participan del proyecto los ensayan, los prueban, nos dicen las mil cosas que no andan y vuelve de nuevo a nosotros. Es una manera de validar que el software funciona correctamente", explicó el investigador.
Durante meses los softwares que "fabricó" el Cimec fueron probados por las empresas, y eso les permitió perfeccionar la herramienta. "Es interesante el hecho de participar con empresas que hacen ingeniería de muy buen nivel, y poder responder a sus necesidades tanto desde el punto de vista técnico como en los tiempos -concluyó Cardona. En las universidades nos cuesta siempre adaptarnos a los tiempos de la industria y éste es un claro ejemplo de que se puede hacer".
(C) Romina Kippes - UNL - El Litoral