Agujero de la capa de ozono podría recuperarse entre los años 2050 y 2075

El agujero de la capa de ozono podría estar recuperado definitivamente entre 2050 y 2075 gracias a la reducción "drástica", en los últimos 20 años, de la producción de compuestos contaminantes derivados del cloro y bromo responsables de su destrucción, según el Instituto Nacional de Meteorología (INM) español.

Diversas organizaciones conservacionistas y centros de investigación conmemoran mañana el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, el mismo día en que se cumplen 20 años de la firma del Protocolo de Montreal.

Con este motivo, el INM recuerda que la firma de este Protocolo ha propiciado una reducción del 95 por ciento de la producción y el uso de compuestos clorofluorocarbonados (CFCs), lo que "constituye un ejemplo de colaboración entre la comunidad científica y los dirigentes políticos para dar una respuesta eficaz a una amenaza medioambiental".

Sin este acuerdo, el adelgazamiento de la capa de ozono habría doblado en 2050 la cantidad de radiación ultravioleta capaz de alcanzar la superficie terrestre en el hemisferio norte, y cuadruplicado la del hemisferio sur.

Con todo, el agujero de la capa de ozono alcanzó su máxima extensión en octubre de 2006, con pérdidas de 40 millones de toneladas métricas por día, lo que, según los expertos, no se debe a las sustancias destructoras de este gas, sino a causas relacionadas con la variabilidad dinámica interanual de la atmósfera.

El INM vigila la capa de ozono en tiempo real a través de la red de espectofotómetros Brewer, situados en distintos puntos de España.

La red mundial de espectrofotómetros Brewer permite además a los investigadores realizar un seguimiento de las radiaciones ultravioletas que llegan a la biósfera, que son nocivas para el ser humano y aumentan a causa de la disminución de ozono en la atmósfera.

Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), la reducción de la capa de ozono en los últimos años ha provocado un aumento de las emisiones de gas radón, que es cancerígeno y "está vinculado al incremento de casos de cáncer de pulmón o de pérdida de función pulmonar", dijo a EFE una de sus coordinadoras, Pilar Cebollero.