DISERTACIÓN DE UNA ESPECIALISTA
"Cómo enseñar Ciencia y no morir en el intento"
En el marco de la XIII Feria del Libro, el viernes tuvo lugar una charla de Nora Ojea, asesora pedagógica de la revista de divulgación científica de la UNL, ConCiencia.

La presentación del N° 17 de la revista ConCiencia, publicación semestral de divulgación científica que edita la Universidad Nacional del Litoral, fue el marco para la charla que brindó Nora Ojea sobre: "Cómo enseñar Ciencia y no morir en el intento".

Docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la UNL y encargada de los cursos de metodología para profesores de nivel medio de la Feria Provincial de Ciencias, Ojea desarrolló algunos conceptos que apuntaron a diagnosticar y a buscar solución al problema planteado: los chicos no aprenden ciencia en la escuela.

"Los docentes nos damos cuenta de que, muchas veces, hay problemas con la enseñanza de la ciencia. Los alumnos no se sienten interesados. La cuestión pasa por la habilidad del docente para detectar con qué visión puede abordar cada tema", comentó. En tal sentido, explicó que "existen muchos modelos para enseñar ciencia: depende del tema, de los alumnos y del tiempo disponible, entre otros factores".

Su opinión se basa en una premisa: "La escuela media sigue siendo educación general básica. La formación en la escuela es la formación de un ciudadano. No se trata sólo de estudiar para que ingresen luego a la universidad, porque no todos tienen acceso, por más que se trabaje en este sentido".

MORIR EN EL INTENTO

"Hay un gran número de alumnos que demuestra desinterés; incluso hay estudios que registran este fenómeno. Ocurre que, muchas veces, el contenido que brindamos en la escuela no coincide con sus intereses", sostuvo Ojea.

"La ciencia avanza, las teorías atraviesan crisis. Y muchas veces, abordamos los temas como si nunca cambiasen. Parecería que la ciencia está separada del tiempo, de la historia, del desarrollo del mundo. Quizá sea ésa una de las claves del desinterés que manifiestan los chicos", opinó.

"Hay quienes consideran que hacer ciencia es cosa de genios. Nuestros alumnos pueden desarrollar un montón de habilidades, que corresponden a la tarea científica. No es una tarea elitista: todos tenemos alguna habilidad más desarrollada que otra; todos tenemos una veta por la cual podemos empezar a pensar la ciencia".

"Siempre vimos a la ciencia como un concepto cerrado. El alumno está lleno de habilidades y conocimientos, pero cuando llega a la escuela le largamos algunos conceptos que lo único que hacen es frustrarlo. ¿Qué es lo que les estamos dando, entonces, desde la escuela? Los chicos muchas veces deben renunciar a sus ideas y adaptarse al modelo del libro, del docente, del programa. Lo `encarrilamos', para que no se nos vaya de las manos la situación", reflexionó.

"Les estamos marcando siempre el paso, para cumplir con los tiempos que tenemos pautados. ¿Cómo van a saber entonces elegir cuando llega la hora de buscar una carrera, si nunca los ejercitamos para eso?".

NOMBRES DIFÍCILES

Para la docente, otro de los motivos de la crisis de la educación científica radica en que "los programas están desfasados en el tiempo, vienen cargados excesivamente y son poco relevantes para los intereses de ellos. Son contenidos difíciles y aburridos".

"Los docentes debemos abrir la cabeza. Tenemos buena formación disciplinaria, porque al currículum lo armamos nosotros. Y si viene desde arriba, el que queda en el aula frente a los alumnos es uno", manifestó.

"Los chicos son socialmente activos: debemos integrar los contenidos curriculares al medio que los rodea. El docente tiene que ser hábil para poder trasponer didácticamente la ciencia del científico a la ciencia del alumno".

"Actualmente se da una falta de aplicación en el mundo práctico; es decir, una falta de interacción entre ciencia, tecnología y sociedad".

"Enseñar ciencia no es obligar a aprender nombres difíciles. Los docentes no estamos haciendo ciencia. El anclaje en la cotidianeidad es imprescindible en el proceso de aprendizaje".

Dossier

La revista contiene un Dossier, como herramienta pedagógica para aplicar en el aula.

"La publicación tiene muy buena base científica, transformada a un lenguaje comprensible para el alumno. Si esto no está presente, se produce una disociación entre el lenguaje científico y lo que puede captar un chico", fundamentó Ojea.

Los temas están trabajados con especialistas en cada disciplina; en tanto, en el Dossier se retoman actividades para trabajar en el aula.

Los interesados en contactarse pueden hacerlo a través del e-mail: [email protected].

DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL