Camila Giordano estaba en octavo año del EGB en la escuela Nuestra Señora de los Ángeles, de Rosario, cuando comenzó a investigar la posibilidad de desarrollar un limpiador doméstico que no fuera tóxico. La joven estudiante se interesó por el tema luego de hacer un trabajo práctico sobre las intoxicaciones en el hogar. Dice Camila que en ese momento se preguntó: "¿Por qué no hacer algo?". El interés de la joven creció y contagió a la profesora Marcela Nencioni, quien comenzó en 2004 a ayudarla en la posibilidad de realizar una investigación sobre el tema.
Luego de varias idas y vueltas, concursos y premios, el proyecto culminó al lograr el producto llamado: Genio desinfectante, compuesto a base de ácido acético, ácido cítrico y peróxido de hidrógeno, junto con un tensioactivo, carboximetilcelulosa sódica y aromatizantes cuidadosamente seleccionados. Para apartarse un poco de la parte técnica y desde el llano lograr que se entienda de qué producto se trata Genio desinfectante, Camila dice que "se hizo a base de limón, vinagre y agua oxigenada".
"Es viscoso, es decir, no se chorrea y tiene un costo competitivo en el mercado: un litro por 1,85 pesos", señala. Nencioni agrega que "en el mercado no existe ningún producto similar en la Argentina ni en el mundo".
En el año 2006, Camila Giordano y su profesora participaron en el concurso Innovar, donde Genio desinfectante recibió un premio, aunque -según cuenta Nencioni- terminó siendo simbólico, ya que dentro del estatuto del concurso no se puede entregar la beca de 10 mil pesos a escuelas que no sean técnicas, como Nuestra Señora de los Ángeles.
La próxima escala de Camila fue en mayo de este año, cuando tras lograr una buena performance en la Feria Nacional de Ciencias tuvo la posibilidad de viajar a los Estados Unidos para participar del máximo concurso en el mundo en ese ramo. La Feria Internacional de Ciencias y Tecnologías se realizó en la ciudad de Alburquerque, en Nueva México, donde obtuvo cinco menciones, entre ellas una de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Allí participaron 7.500 estudiantes que representaban a 47 países.
Nencioni admite que las menciones que obtuvieron en Estados Unidos fueron una sorpresa. "Si lográbamos una sola mención estábamos satisfechas. Pero nos dieron cinco y la una alegría fue muy grande", señala, y aclara que en el desarrollo del producto tuvieron un apoyo muy importante del biotecnólogo Leonardo Pérez. Y resalta que pudieron costear el viaje a Nueva México gracias a una beca de 10 mil pesos que le otorgó el gobierno provincial.
"Genio desinfectante logró la mayor cantidad de menciones en la delegación argentina", afirma Nencioni.
A mediados de este año, Camila Giordano recibió otra sorpresa: la Asociación de Microbiología de Estados Unidos envió un diploma con felicitaciones por el trabajo y una carta en la que informa que Camila pasó a ser miembro honorario de esa institución. "Además, le publicaron el trabajo en una revista especializada, algo inédita para una estudiante secundaria", advierte.
La profesora afirma que "uno de las pautas que se usaron para investigar era que no sólo debía ser innovador, sino que también debía ser viable, es decir, tener un costo competitivo, y cuya producción fuera sustentable".
Camila aclara que tras regresar de Estados Unidos con el reconocimiento que lograron al trabajo que desarrollaron durante tres años se toma un descanso. "Me voy a Bariloche y quiero distenderme un poco, ya que trabajamos mucho con este proyecto, que lo hicimos fuera del horario escolar. Y además quiero prepararme para ingresar el año próximo en la facultad de Agronomía, donde creo que voy a continuar investigando", señala.
Camila dijo que junto a su familia intentaron realizar el patentamiento del producto, pero se llevaron la sorpresa de que para obtener una patente del domisanitario debían abonar unos 90 mil pesos. "Lo que sí hicimos fue registrar el producto, pero para patentarlo no nos dio el presupuesto", agregó.
La idea era poder venderlo para que una empresa lo fabrique a nivel industrial y poder ingresarlo al mercado. Nencioni dice que para terminar la investigación tuvieron que pasar todos los controles de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (Anmat).
Corresponsalía Rosario