Lengua viva
La importancia del desarrollo de "hábitos" de aprendizaje (I)

Debemos de tener claro que el niño ya llega a la escuela con competencias lingüísticas adquiridas en el seno de su contexto familiar, sus vecinos, sus amigos y todos aquellos que lo rodean e inciden en su vida cotidiana. Se está conformando su "sociolecto" que, a posteriori, será un factor determinante junto al área dialectal a la que pertenezca, para la formación de su "idiolecto", es decir la forma particular de uso del sistema, de su lengua.

Comienza el aprendizaje formal de su lengua en el ámbito escolar, cuando se enfrenta con la lecto-escritura. Nos adherimos a la idea de que la escritura es la máxima formalización de la lengua. Ha comenzado el proceso de aprendizaje que, supuestamente, terminará al finalizar el nivel secundario. Se supone, salvo en el caso de adquisiciones tardías, que a los dieciséis o diecisiete años, aproximadamente, debe conocer su lengua, su gramática, en toda su complejidad. Debe de manejar estrategias discursivas importantes que le permitan llegar al nivel superior, pudiendo acceder a estratos superiores de pensamiento, es decir, ingresar en el ámbito científico pleno y ser capaz de manejar el lenguaje específico de cada área de conocimiento. Todo a través del desarrollo cognitivo en referencia a las temáticas: comprensión e interpretación.

Si el alumno no es capaz de comprender e interpretar, mal podrá expresar lo comprendido y, por lo tanto, se le planteará un dificultoso acceso al conocimiento y, por ende, a la formalización del mismo.

Si tomamos como ejemplo algunas temáticas referidas a la lengua que se encuentran en los CBC y a lo largo y ancho de la currícula como: el "sustantivo" o el "adjetivo" veremos que su desarrollo se va complejizando progresiva y sistemáticamente, obviamente, hasta llegar a la instancia superior. Allí estamos en franco ámbito científico y, por tanto, el tema será tratado con la profundidad requerida y el máximo nivel de desarrollo. Podríamos pensar en el requerimiento de los saberes previos, compartidos con el educando, de los que habló Scandell Vidal, a partir de los cuales podremos avanzar con mayores posibilidades cognitivas hacia los nuevos temas.

Si lo expuesto no sucede, el docente no puede avanzar sobre la información nueva (rema) o, si lo hace, corre el riesgo de no ser comprendido. Es como si quisiéramos volar sin plataforma de despegue. Por lo menos se espera, en esta instancia del proceso de aprendizaje, que el educando posea las capacidades necesarias para enfrentarse a nuevos conocimientos.

Durante el trayecto planteado y, hasta la finalización del tercer ciclo, será de fundamental importancia el desarrollo de ciertos hábitos generales, que lo ayudarán metodológicamente en la adquisición de los aprendizajes necesarios para ingresar en el espacio del nivel superior al que nos estamos refiriendo. Los llamamos hábitos porque partimos del presupuesto de que ciertas prácticas son habituales, como cualquier norma social. Estamos hablando del ámbito educativo, del ámbito formativo.

Lic.Evangelina Simón E-mail:[email protected]