¿Es posible que la ciencia subsane algunos problemas vinculados con la pobreza? ¿Puede un desarrollo tecnológico ofrecer modelos de viviendas económicas para los que no tienen hogar? ¿O conseguir con mayor investigación inventar una sopa barata y nutritiva para morigerar la desnutrición? La respuesta es afirmativa y, de hecho, ya existen desarrollos de ese tipo.
Sin embargo, un estudio reveló que el 41 % de los 2.067 encuestados de distintos departamentos de Santa Fe no relaciona las "tecnociencias" (denominación abarcativa de ciencia, tecnología e innovación) con la pobreza. A ese porcentaje se le suma un 5 por ciento que no contestó, por lo que el 46 por ciento de los santafesinos no vincula ambos conceptos. Otro 5,7 % respondió "tal vez" y sólo el 48,3 % indicó que "sí".
Si se parte de la hipótesis de que ciertas necesidades de la población podrían subsanarse con mayor conocimiento científico tecnológico, resultará fundamental conocer cómo el ciudadano percibe esas variables. Un insumo estratégico para quienes deben tomar decisiones.
Con esa premisa, la Subsecretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación de la provincia (Subcyt) encargó la "Encuesta sobre percepción de la ciencia y la tecnología en Santa Fe". El trabajo fue financiado por el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y ejecutado por el Centro de Estudios de la Realidad Regional, una asociación civil de Rosario.
Fuera de la pobreza, hay otros campos cotidianos que los encuestados sí vincularon con la ciencia y la tecnología: el 91,5% las relacionó con la salud, el 91,6% con el uso y aplicación de la energía, el 89,7% con la educación y el 85,5% con el medio ambiente.
La ingeniera civil Mónica Bolatti, integrante del equipo responsable de la investigación, fundamentó ese resultado en la relevancia que los medios de comunicación le otorgan a ciertos temas de ciencia en detrimento de otros. "Las áreas que tienen mayor difusión por los medios tradicionales son notoriamente las más percibidas", señaló.
No es difícil que los encuestados relacionen ciencia con salud cuando títulos como el genoma humano, los nuevos tratamientos del sida o cáncer, los medicamentos de última generación están permanentemente en la agenda mediática al hablar de investigación y conocimiento.
Por otra parte, un 50,3 % percibe que las tecnociencias cumplen un rol preponderante para el desarrollo.
Isabel Mac Donald, subsecretaria de Ciencia, Tecnología e Investigación de la provincia, explicó que "de alguna manera teníamos una hipótesis que se refería a que, para la sociedad en general, la ciencia era una herramienta útil sólo para los científicos. Si miramos los resultados vemos que en esto, lamentablemente, no estábamos equivocados y que hay una tarea por delante para lograr que la sociedad se involucre en el tema".
La ingeniera Bolatti, coincidió con la funcionaria. "Recorrimos toda la provincia, tomamos un corte poblacional que reflejara la composición natural que tiene Santa Fe, y lo que observamos es que al hablar de ciencia, la gente muestra, en primer lugar, una distancia. Todo aquel que no es un científico o que no está en un espacio técnico o académico, tiene una percepción distante de lo que es una tecnología, que a lo mejor la usa a diario", comentó.
"Esto tiene que ver con que la gente no reconoce su propio valor tecnocientífico y sus propios conocimientos", dijo Bolatti.
Tal es el caso de algunos docentes de distintos niveles en el área de tecnología y algunos operarios con aprendizajes expertos dentro de sus espacios laborales, que no se perciben, niegan u omiten el valor intangible que representan como recursos humanos.
Entre los resultados prevalece la percepción de que el aprendizaje tecnocientífico de los jóvenes en la educación privada ha mejorado en los últimos diez años, mientras que ha empeorado en las escuelas públicas (Ver cuadro).
Internet es la opción que más eligió la gente a la hora de responder dónde buscaría información en tecnociencias. Apenas por debajo aparecen los centros de investigación y las universidades como instituciones primordiales de consulta en la materia. A mayor nivel académico, el rastreo de datos se realiza preferentemente en lugares de mayor confiabilidad. Por ejemplo, para los posgrados aparecen con porcentajes comparables las revistas especializadas y los organismos estatales de asesoramiento.
Por otra parte, la mayoría de los santafesinos consideró que la Argentina tiene un menor nivel científico y tecnológico que los países asiáticos, europeos y norteamericanos. En relación a los latinoamericanos prevaleció la percepción de que Uruguay, Paraguay y Venezuela poseen un menor nivel de tecnociencia; mientras que Cuba y Brasil están por encima de nuestro país y Chile es considerado en el mismo rango.
El grupo rosarino que se encargó de coordinar el trabajo se completa con el investigador Jorge Cornejo Fernández, la farmacéutica Ana María Rampone, la estadística Dalila Vadell y la Psicóloga Verónica Gibelli.
La encuesta se realizó sobre la distribución de la población que aparece en el censo 2001, en todo el territorio de la provincia, abarcando en forma aproximada al 1 por ciento de los habitantes mayores de 15 años, segmentados por grupos etáreos y según el nivel de información previa sobre la materia. La investigación es un tanto atípica y no reproduce la metodología empleada desde la Nación, donde se hizo un trabajo parecido. El informe final presentado por la ONG posee algo más de 200 páginas.
Cuando se consultó a la gente sobre qué áreas de la producción consideraba prioritarias en la provincia, se colocó en lo más alto de la pirámide a la actividad agroalimentaria, que apareció mencionada 1.461 veces.
La lista se completa con la producción de medicamentos (847 menciones), la producción ganadera (847), la certificación calidad alimentos (708). Le siguen la fabricación de maquinarias agrícolas y de transporte y las energías renovables, entre otras. Se le pidió a cada encuestado colocar las áreas en primer, segundo y tercer lugar, por lo que se triplicó la cantidad de respuestas.
En cambio, el desarrollo y certificación de software fue escasamente mencionado por los encuestados como prioritario para la provincia. "Evidentemente hay un modelo cultural y productivo desde el cual responde la población de Santa Fe", opinó la ingeniera Mónica Bolatti.
Otro resultado
interesante fue el que arroja cuáles son las políticas necesarias de financiamiento para Pymes. En primer término se mencionó la búsqueda de nuevos mercados (33,4 %), las tecnologías limpias (21,5 %), el fortalecimiento de la gestión (21,5 %), las redes de productores (11,5 %) y el control de calidad (7,2 %).
El objetivo
general de la encuesta fue explorar los vacíos de información respecto de la percepción de la tecnociencia en la población de la provincia de Santa Fe y utilizar la información obtenida con alta confiabilidad para justificar opciones, planificar el uso de los recursos disponibles, tanto en el sector público como en el privado y así orientar los procesos de toma de decisión relacionados con la tecnociencia necesaria para el bienestar de la población.