Adultos, educación y vida
Por Alicia Oliveri y Susana Lombardi (*)

La educación de adultos está destinada a ocupar un lugar capital y desempeñar un papel decisivo en un mundo en aceleración. El crecimiento de la educación de adultos demuestra que no hay etapa que sea específica ni única para la educación, que no la limita el tiempo, que no se agota en nivel ni modalidad.

Sí, es el período más vinculado con el proceso de desarrollo, afectado por las transformaciones estructurales derivadas del cambio.

Es como un despliegue de los poderes latentes del ser, el valor de toda fuerza potencial para llegar a ser actual y actuante, que impulsa el anhelo de encontrar por sí solo cuanto es posible hacer o sea ayuda para su propia ayuda.

Lleva a ser propietario de su propio destino, valorando su bagaje de experiencia que le permitirá educarse y educar, abriéndose como una gran senda orientadora en cualquier momento de su vida. "Esta continuidad así concebida no acepta desertores, como tampoco puede haberlos de la vida".

El concepto mismo tiene antecedentes muy lejanos; los antiguos profetas, los clásicos chinos, budistas, persas y japoneses, los místicos musulmanes y cristianos sostuvieron que el aprendizaje y la ilustración son tareas de toda la vida. Comenio, metafísico chino, declaró: "Cada edad está destinada al aprendizaje, no hay otro fin del aprendizaje para el hombre como la vida misma".

Belgrano, merecidamente llamado "el primer pedagogo criollo", tuvo como norte la ilustración de las masas, combinó estudio y trabajo en un plan de educación popular. "La educación constituye el principio de los bienes y el remedio de todos los males de la sociedad".

San Martín sostuvo: "La educación es la conciencia ilustrada de los hombres libres; la ignorancia, el campo apto para el despotismo y el sometimiento".

El gran maestro de América, Domingo F. Sarmiento, orientó esfuerzos hacia la educación de las personas mayores, sosteniendo: "Es apremiante la necesidad de escuelas nocturnas y dominicales para adultos". Era su deseo hacer de toda la República una escuela.

Educar al pueblo es el objetivo; los grandes de nuestra patria concibieron la alfabetización como un elemento, un momento de la Educación de Adultos, el primer encuentro entre la vida y la ilustración; bregaron por una educación que vaya hacia donde va la vida, que dé los medios para resolver los problemas que la vida misma les presente.

Muchos fueron los forjadores de esta noble tarea, que perseveraron en la formación de tantas generaciones, en distintos lugares, distintos momentos, que no supieron de distancias ni peligros, no esgrimieron razones ni derechos. Se sintieron convocados por su vocación de genuinos educadores. A ellos nuestro sentido homenaje.

(*) Educadores de Adultos, ex docentes del sistema provincial.