Lengua Viva
¿El esbozo de una propuesta educativa?

Evangelina Simón de Poggia E-mail: [email protected]

En el comentario anterior, quise compartir con Uds. mi inquietud en referencia a la "educación" y me preguntaba qué es lo que está faltando ante resultados tan preocupantes. Recuerdo que reflexionaba sobre algunas preguntas clave, sin respuesta, pero que no me inhiben para seguir interrogándome sobre las mismas temáticas: ¿Qué ha fallado? ¿Qué eslabón se cortó en la secuencia del proceso educativo? ¿Habremos fallado en la formación de hábitos conductuales? ¿Habremos confundido la autoridad con el autoritarismo, la exigencia con el totalitarismo, la prohibición con la dureza, la obediencia a las normas con la intransigencia?; pero -entonces- ¿adónde dejamos la formación de conciencias, de criterios, la ética, la diferenciación entre el bien y el mal, lo correcto de la incorrecto, la honestidad de la deshonestidad, la solidaridad del egoísmo individual, la justicia de la injusticia. Es importante que, desde niños, sepan que sus derechos terminan donde comienzan los del otro, que el respeto hacia el otro es un principio básico de convivencia, la importancia de colaborar en el bien común, que tengan claro "que solamente será respetado aquel que sea respetable". Sin embargo, no quiero que caigamos en equívocos: estoy segura de que todos los agentes de la educación tenemos como objetivos en el aula las reflexiones expuestas y muchas más, pero, sin embargo, los logros nos llenan de preocupación y zozobra. Estamos desorientados.

Tal vez, lo dicho nos obligue a llevar a cabo una profunda autoevaluación. A veces, es necesario parar para poder continuar nuestro camino con mayor cadencia y armonía. A veces, es bueno mirar hacia atrás, sin miedos, para aprender a marcar los surcos por donde transitar. Quizás, agobiados por la inmediatez, estemos caminando entre sombras sin ver con claridad nuestro contexto y lo que en él está implicado. íEstán los padres! íQué mejores colaboradores que ellos puede tener un docente! Ambos, acordando estrategias para no caer en contradicciones, teniendo objetivos comunes en la educación y formación de sus hijos, propugnando, los docentes, charlas enriquecedoras para los padres, que les hagan ver la realidad y la necesidad de sus aportes para los avances educativos que necesitan sus hijos en pro de un futuro clamoroso, que nos permita respirar y sentir en nuestros espíritus un aire lleno de esperanza. No beneficia a nuestros niños y jóvenes escuchar de sus padres comentarios deprimentes en contra de sus docentes o a la inversa, no es bueno que ante un fracaso escolar la culpa la tenga siempre el docente o a la inversa. íTendremos que ser prudentes y razonables! íTendremos que instalar el diálogo para fortalecer los esfuerzos mancomunados!

No perdamos nunca de vista la fortaleza del binomio: padres-docentes para que la tarea "educativa" sea todo lo fructífera que se espera. Acaso no puede ser éste el "eslabón perdido" del proceso mencionado al comienzo de esta charla ¿Por qué no?... Pensemos.