Estudiantes de la escuela técnica Avellaneda construyeron, durante el presente ciclo lectivo, dos elementos de utilidad en el área de la salud y la educación: una cama de internación para obesos mórbidos y un planisferio lumínico con fines didácticos.
La cama es de hierro macizo y soporta un peso aproximado de 250 kilos, se puede reclinar y posee el ancho de una plaza y media. Se construyó especialmente para hiperobesos (de más de 200 kilos) que necesitan internarse en el Hospital Iturraspe.
Fue fabricada en los talleres de la escuela por los alumnos de 2do. polimodal de la especialidad electromecánica, bajo la indicación de los maestros de enseñanza práctica Guillermo Ubeda y Hugo Vergara.
"Un sólo paciente con obesidad mórbida rompió dos camas de internación comunes que había en el hospital", comentó Gustavo Papili, asistente social del Iturraspe e integrante del Programa Provincial de Atención Integral a la Obesidad.
Papili es egresado de esa institución educativa y propuso a sus autoridades que sean los propios alumnos quienes construyan esta cama especial, que no existía en ningún efector local. "Lamentablemente, se entiende que la obesidad mórbida es una patología que no se hospitaliza, pero a veces los pacientes necesitan quedarse internados entre 48 ó 72 horas para algún tratamiento o para realizarse estudios clínicos", destacó el asistente social.
"Cuando nos comentaron la idea, la aceptamos con agrado porque queremos devolver a la comunidad lo que la escuela pública nos dio", dijo el profesor Ricardo Agosta, jefe general del taller del establecimiento, ubicado en Calcena 995.
El valor de los materiales -principalmente hierro macizo- fue cubierto por el Ministerio de Salud, mientras que la mano de obra fue gratuita, por lo que la cama costó bastante menos que en el mercado.
El proceso de fabricación cumplió un propósito pedagógico. Además de volcar sus conocimientos técnicos a la práctica, los alumnos aprendieron sobre los riesgos del sobrepeso mediante las charlas que recibieron de los profesionales.
Desde el equipo de obesidad, "tratamos de sensibilizar sobre esta enfermedad, no trabajamos la culpa, sino que insistimos mucho en los hábitos de alimentación y de vida que debemos corregir", aportó.
La cama está instalada en la sala de internación del Iturraspe, desde hace un mes y se usa full time. Cuando no hay obesos mórbidos hospitalizados es ocupada por otros pacientes.
Un viejo planisferio de grandes proporciones (1,80 x 2,50 metros) colgado en el patio escolar fue rescatado por los estudiantes de 4to. año de polimodal de la escuela Avellaneda para ser reformulado con fines didácticos.
Lo que hicieron fue colocarle luces de demarcación que se manejan por medio de una computadora. Así, por ejemplo, cuando un profesor de geografía necesite indicar los países que integran la Comunidad Económica Europea o un docente de historia pretenda marcar la ruta que siguieron los españoles a Centroamérica, sólo tendrán que apretar una tecla y se prenderán las luces respectivas.
Del lado revés del planisferio, una infinidad de delgados cablecitos salen del tablero y llegan a un puerto de la PC. Los alumnos debieron diseñar también el hardware necesario en la parte de programación. "Fue un trabajo interdisciplinario entre las áreas de informática y electrónica", detalló el profesor Eduardo Brédice.
Fernando Niel, Cristian Skalican y Diego Brochero forman parte del equipo de diez alumnos que trabajaron en el proyecto. Comentaron que el planisferio lumínico fue pensado para las clases de 8vo. y 9no. de la institución y se realizó a medida de los requerimientos de los docentes de historia y geografía.
"Se pueden iluminar países, regiones y mercados como el Mercosur o el Nafta, puntos clave como Hiroshima, Nagasaki o Pearl Harbor, o los trayectos de los viajes de historia", destacaron.
"Todo se maneja a través del programa pasando por la interfase electrónica que es una multifunción. El docente va a tener un pulsador, convoca al programa y va siguiendo la secuencia del mismo", explicó Brédice, profesor de Informática.
Por su parte, el director de la Avellaneda, Oscar Leivobich, destacó la utilidad que resulta al generar desde la escuela los recursos didácticos propios.
Otro proyecto
que está en carpeta en la escuela Avellaneda es el de una cinta para caminar destinada a obesos mórbidos. Está pensada para soportar 250 kilos (las cintas de los gimnasios resisten hasta 100 kg) y está conectada a una computadora que almacena las historias clínicas de los pacientes. Se idearon 8 rutinas de ejercicio físico de entre 6 y 7 minutos cada una. "La parte de proyecto está concluida, ahora gestionaremos el dinero con las nuevas autoridades para poder armarla", dijo el profesor Ricardo Agosta.