Carlos Mario Peisojovich prefiere decir que es un señor de sesenta y pico que está ilusionado por esa especie de cuestión elíptica que pasa con los nacidos en el cuarenta y pico. Por dar nombres, dice, el "Nano" Serrat, Mike Jagger, Jack Nicholson o Rod Stewart: parecería "que podemos disfrutar de lo que nos sobró de los sueños del futuro. Esto le debe pasar a todo el mundo, a mí me pasa. Parece que cíclicamente hay posibilidades de volver a nacer".
El "Peiso", como naturalmente es conocido por la mayoría de los santafesinos, le cuenta ahora a la gente que no lo conoce, "a los jóvenes que me han descubierto en la televisión, que a la tele la quiero, pero a la radio la amo. En la radio nací, y en los renacimientos se da la posibilidad de creación".
Cree necesario "demostrar que uno está más maduro. Pero aún puedo seguir ofreciendo cosas nuevas, como si fuera alguien que recién empieza, como una ópera prima. Tanta ansiedad me da la posibilidad de volcar muchas cosas. El futuro me intriga, porque tengo las dudas, las interrogaciones, las ansiedades, las incertidumbres propias para dar a conocer aquellas cosas que, por la vorágine del exitismo, hay muchos que no conocen. Ahora tengo la posibilidad de mostrar que lo que se hizo antes fue la simiente de lo que vino después. Y aquello fue más rabiosamente impactante que lo nuevo. Volver a ver a capos del teatro o de la música que ya son clásicos y que no han sido superados".
Ante la pregunta de si todo tiempo pasado fue mejor, no duda en ser categórico: "Lo pasado, pisado", puntualiza con énfasis. "Por una especie de demagogia o populismo, muchas veces se apuesta por lo nuevo y no por la vanguardia".
Este sábado, comienza por LT 10 Radio Universidad Nacional del Litoral su nuevo programa. El título puede parecer ostentoso, pero no deja de ser una declaración de principios. "Pluralizo uno de los libros que nos hacía leer don Luis Di Filippo, que es `Santa Fe, mi país', de Mateo Booz. Por eso el programa se llama `Santa Fe, nuestro país'. Porque creo que en estos momentos Santa Fe puede demostrar al resto del mundo que tiene capacidad, identidad, talentos y mucho caudal para salir adelante".
El objetivo es también claro porque, sobre la base de los conocimientos de Peisojovich -desde hace 44 años en radio, escuchando y gustando de la radio-, es hacer lo que le gustaría escuchar de 7 a 9, algo así "como un suplemento en colores, algo positivo, que no sea ese caudal permanente de cosas graves que pasan. Darle un toque para ir al cambio, a la evolución y, por qué no, a cierta revolución del hecho periodístico, del hecho artístico. No para dejar de lado la realidad, sí otorgarle un toque surrealista, que es lo que más me gusta.
"Creo que en Santa Fe la gente escucha mucho la radio un sábado por la mañana temprano; esos días existe la posibilidad de entregar algo diferente. Así entrevistaremos a un político, un comerciante, un periodista, un artista para que nos cuente cuál es su música, cuál es la banda de sonido de la película de su vida o cuál es el libro que más le ha gustado. Con un hecho ineludible: tendrá el toque del `Peiso'", dice con orgullo indisimulable y sólo justificado cuando hay detrás una aquilatada trayectoria de este incansable hombre de los medios.
No estará solo en esta nueva empresa. Lo acompañará "la Cata" Pautasso, como le gusta nombrar a la periodista Alejandra Pautasso, "una mujer esencialmente dinámica y con una gran formación. Y, tal vez lo más importante, es multifacética".
La producción general del programa es de la Consultora Arcadia; Araceli Romero será la productora, "Corcho" Gay será el técnico, y digitalizó y editó mucho material un verdadero mago: Dady Stagnaro.
En el programa harán cosas "que me sobraron de los sueños del futuro, porque es hermoso poder hacer lo que iba a ser cuando fuera grande".
Su fama creció sobre la base de la entrega y del talento, del nervio y la garra. Ayudó la publicidad de los "pollos parrilleros Pyonel, riquísimos", un gol que se ejecutó durante 20 años. Después, España en 1974 y el retorno en 1993. Ahora le gusta hablar -como siempre- para llegarle a la gente. No cambió el grado de cierta locura para entender a la gente sin edades que hace cosas. Siente que muchos lo siguen y le gusta cuando los hijos de quienes lo escuchaban le dicen que no los desencanta.
En los afectos "estoy equilibrado"; sigue siendo admirador de todo lo bello y quiere ver seguir creciendo a sus nietos y hacer lo que le gusta sin embromar a los otros.