Los posibles efectos del cambio climático en las aves (II)
Continuación de la entrevista con el Lic. Martín Quiroga (*), quien investiga en aves -y en particular en golondrinas y ratonas (tacuaritas)- en el Instituto Nacional de Limnología (Inali/Conicet/UNL), sito la ciudad de Santo Tomé (Santa Fe).

-Usted estudia las golondrinas que llegan a nuestra zona y es el coordinador del sitio de muestreo del Proyecto Internacional Golondrinas de América en la ciudad de Santa Fe. ¿Por qué ha elegido estudiarlas? ¿Es, acaso, el ave más sensible? ¿O es la que más "registra" el cambio climático (CC) debido a las largas distancias que vuela?

-Las golondrinas del género Tachycineta no son particularmente más sensibles que otras aves, pero poseen muchas características que las hacen uno de los organismos más favorables para este tipo de estudios. Desde el punto de vista científico, tienen la ventaja de pertenecer todas a un mismo género. Esto se acerca casi a un "óptimo" (que sería poder estudiar una misma especie) disminuyendo las posibilidades de que las variaciones en resultados obtenidos puedan deberse a la utilización de especies poco relacionadas entre sí. Se distribuyen desde Alaska hasta Tierra del Fuego, y esta circunstancia permite estudiar cambios producidos por las variaciones latitudinales y climáticas, entre otras, pudiendo simular diferentes etapas del CC. Por ejemplo: nuestra ciudad podría ser un escenario ambiental futuro de una ciudad como San Luis o como Gral. Roca (Río Negro). Nidifican en "cajas nido", artefactos de madera dispuestos en el campo donde construyen sus nidos, ponen huevos y crían sus pichones naturalmente. Estos nidos poseen una pared rebatible que nos permite monitorear todas las variables reproductivas. Además, de esta manera, es posible estandarizar los muestreadores a lo largo de todos los sitios de muestreo del continente eliminando así variaciones causadas por el diseño de los mismos.

-En Santo Tomé o en Santa Fe, ¿dónde anida esta ave?-Tanto las golondrinas como las ratonas (tacuaritas) anidan en cavidades, en general dentro de árboles, pero ambas especies están acostumbradas a habitar espacios urbanos, nidificando en cañerías, huecos de edificaciones, entre otros lugares. Sin embargo, para mis estudios, he colocado "casitas" de madera en el predio Conicet-Parque Tecnológico del Litoral Centro, en el de la Ciudad Universitaria (UNL) y en la isla Perhuil (**), a un 1,60 m de altura del suelo, para que allí aniden y yo pueda analizar sus conductas. Ese sitio es uno de mis "laboratorios" donde llevo a cabo mi tarea de campo. -¿De qué evidencias dispone con relación a la influencia del CC sobre esta especie?-Algunos de los resultados que se han obtenido es un adelantamiento de 9 días en los comienzos de las temporadas reproductivas (fecha en que aparece el primer huevo en cualquiera de las colonias) durante los últimos cuarenta años (1959-1991). Si bien parece un dato menor (íya que son sólo 9 días en 50 años!), esta información es relevante si consideramos que desde la puesta del primer huevo hasta que los pichones vuelan del nido transcurren entre 40 y 45 días, 9 días representa un 20%, período en los que los pichones son más sensibles. En otras palabras, adelantarse "tan sólo 9 días" implica poner las crías en su período más sensible en riesgo ya que una falta de alimento durante 24 horas puede derivar en la muerte de los pichones. También registramos efectos letales de las altas temperaturas sobre los huevos de las golondrinas. La mayor parte de los nidos con huevos abandonados se dan luego de un período continuo de altas temperaturas. Si bien aún no hemos realizado un análisis de causas de mortalidad de dichos huevos, no sería descabellado pensar en que las temperaturas superiores a 40°C sean las responsables. Por último, se han obtenido registros de tamaños de puesta más pequeños a medida que la fecha de puesta es más tardía, y que dichos patrones de reducción son más acelerados a medida que las latitudes son mayores. Si bien esta es una tendencia general en aves, no existían evidencias al respecto en un estudio que involucre un área de estudio tan extensa como la que abarca "Golondrinas de las Américas" (desde Alaska hasta Tierra del Fuego). Además, las diferencias en tamaño de camada con la latitud son un claro ajuste a la variabilidad o inestabilidad climática. En zonas cercanas al Paralelo 0° (ecuador), donde "hace calor todo el tiempo", ponen menos huevos porque "saben" que el clima va a ser caluroso durante la mayor parte del período reproductivo. Sin embargo, a mayores latitudes como en Ushuaia o Nueva York, no es raro encontrar días fríos en medio de la temporada reproductiva (y hasta está pasando en nuestra ciudad últimamente). Por esto, al ser más variable el clima se ponen más huevos para poder compensar la pérdida de algunas crías debido a la variabilidad frecuente del mismo. Esta información nos es muy útil para comprender las posibles variaciones en tamaño de puestas en escenarios climáticos futuros. -Usted desarrolla su tesis doctoral con relación al parasitismo de invertebrados tropicales en aves en climas templados. ¿Por qué eligió este tema? ¿Qué aporte intenta realizar a la disciplina?-Una vez más, la necesidad de comprender fenómenos que están pasando en la actualidad para poder predecir efectos futuros en otras áreas es una de las cuestiones que considero importante a la hora de seleccionar temas y líneas de investigación. Las moscas del género Philornis (similares, aunque un poco más grandes que las moscas domésticas) son un grupo de dípteros parásitos de aves. Sus larvas se alimentan de los tejidos de los pichones de aves generando un efecto en general adverso y hasta mortal en los mismos. Sin embargo, poco se sabe acerca de este tipo de parasitismo y cómo es el ajuste al ciclo de vida de las aves. En nuestra zona estas moscas se encuentran desde muy larga data (el primer registro es de 1952), y aprovechando su presencia he decidido estudiar el funcionamiento de este sistema para poder predecir en el futuro, cuando estas moscas se desplacen aún más al sur junto con el corrimiento de los climas, a qué aves podrán afectar y a cuáles no, posibilitando efectuar medidas preventivas con la intención de mitigar los posibles daños. -Usted participó en la edición del libro "Atlas Ornitológico de Entre Ríos", publicado en 2006. ¿Cuál fue su aporte?-La realización de ese libro significó un gran esfuerzo no sólo durante la recolección de los datos a campo (en su mayoría registrada por el Dr. Adolfo H. Beltzer), sino también a la hora de recopilar, organizar la información y ponerla en un formato ameno para los lectores. Mi función principal fue la actualización (ya que hay variaciones en la nomenclatura de las especies) y compaginación de dicha información. (*) Profesor en Biología y Licenciado en Biodiversidad (UNL), es becario doctoral del Conicet en el Inali/Conicet/UNL y su director es el Dr. Adolfo H. Beltzer, investigador del Conicet. (**) Campo en zona de islas, situado a mano izquierda apenas se termina de cruzar el puente sobre el río Colastiné en dirección a Paraná. Entrevistó: Lic. Enrique A. Rabe (ÁCS/Conicet Santa Fe).

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