Arturo Mora es coordinador regional de UICN para América del Sur, cuya oficina se encuentra en Quito, Ecuador. Estuvo en nuestra ciudad para establecer contacto con la Fundación Proteger, que es miembro de esa organización ambientalista mundial, con el fin de diagramar acciones tendientes a la protección de los peces de los ríos de esta zona.

"Mantuvimos una reunión de coordinación sobre una iniciativa que estamos impulsando con respecto a la conservación y al uso sostenible de especies de peces en la cuenca del Plata", explicó.

Al respecto, precisó que "la UICN es la red mundial más grande trabajando por la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad. Tenemos sede en Suiza, varias oficinas regionales y muchos miembros trabajando por este mismo ideal. Fundación Proteger, de aquí de Santa Fe, es uno de nuestros miembros, y la Fundación Guyra, de Asunción del Paraguay, también. Con ellos dos estamos trabajando en esta iniciativa conjunta".

Recordó también que, "a nivel internacional, tenemos una metodología conocida como la Lista Roja de la UICN, para categorizar si una especie se encuentra o no se encuentra amenazada de extinción. Básicamente, lo que se busca, primero, es recolectar la información que se tenga, que puede estar en universidades, organizaciones no gubernamentales, tenerla las mismas autoridades o los técnicos de organismos estatales, y trabajar con esos datos para ver cómo es el estado de conservación en general, en este caso, de los peces. ¿Por qué estas evaluaciones? Porque van a generar un insumo técnico lo más científico posible, con la información que se tenga, para ayudar a las personas que toman las decisiones a mejorarlas en cuanto políticas, pero, también, a las comunidades locales para saber cuáles son los usos o prácticas que se deban desarrollar".

La UICN se caracteriza por promover la articulación entre las comunidades, los organismos estatales y las organizaciones no gubernamentales, con el fin de "generar instrumentos que pueden ser legales, económicos o políticos para mejorar el uso de estas especies que estén en riesgo de extinción.

"A nivel mundial -añadió Mora-, tenemos un proyecto enorme sobre biodiversidad de agua dulce, que abarca desde plantas hasta peces e invertebrados. Ahora contamos con algunos fondos para empezar algo en relación con los peces y ver cómo la desaparición de algunas especies podría afectar -o ya lo está haciendo- a las comunidades ribereñas".

Resaltó, al respecto, que "hay mucho interés en diversas organizaciones en la cuenca del Plata, una de las más grandes del mundo y, al mismo tiempo, por ver qué pasa con la gente y cómo esas especies pueden también apoyar procesos para reducir o evitar pobreza".

Este proyecto de uso sostenible de peces de la cuenca del Plata pretende, dijo, "validar información y ver cuál es la que se puede sustentar para la Argentina y Paraguay", siempre pensando en aplicarla para mejorar los medios de vida de las poblaciones locales.

Mora recalcó que "la UICN no es un elemento vinculante como una convención; es, más bien, una fuente de información lo más técnica que se pueda, lo más científica que se pueda respecto de lo que indica un estado de amenaza y eso determina si una especie debe ser incluida o no en alguna convención internacional. En ese sentido, puede ser muy influyente tanto a nivel nacional como internacional, porque reúne el archivo más confiable de las especies que se encuentran amenazadas a nivel mundial. Pero hay algunas que pueden no estar amenazadas a nivel mundial, aunque ello sí puede ocurrir en algún país, y a esto no lo podemos incluir en nuestra lista, porque el rango de distribución es mucho más grande".

La oficina regional de UICN para América del Sur advierte que "la biodiversidad de agua dulce en la cuenca del Plata se encuentra presionada debido a cuestiones tales como la sobreexplotación de recursos pesqueros, la fragmentación de ecosistemas naturales ribereños, la agricultura intensiva que produce contaminación, entre otros factores que atentan no solamente contra las poblaciones de peces existentes, sino contra las poblaciones locales que se alimentan de o comercializan estas especies".

Laura Osti