FBCB UNL-El Litoral
Las enfermedades crónicas no transmisibles configuran una de las principales causas de mortalidad en el país y en Latinoamérica. Muchas de esas enfermedades -como la obesidad, los padecimientos cardiovasculares, diabetes o el síndrome metabólico- están relacionadas con las grasas y los aceites que diariamente ingerimos en los alimentos.
Ello sucede "no sólo por el elevado aporte energético que presentan, sino también por las propiedades biológicas y funcionales de cada uno de los ácidos grasos constituyentes", comenta el Dr. Claudio Bernal, profesor de la FBCB y coordinador del proyecto del Cyted, Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo.
Las grasas y los aceites están compuestos por distintos tipos de ácidos grasos, entre ellos los conocidos como ácidos grasos trans (AG-t) y los conjugados del ácido linoleico (CLA). El modo en que se comportan estos ácidos grasos y su incidencia en la salud constituyen el campo de intervención de los investigadores convocados.
La Red Temática -integrada por siete grupos de científicos pertenecientes a la Argentina, Brasil, Chile, México, Costa Rica y España- nace como respuesta a las necesidades de investigación que fueron discutidas en la primera reunión de la Task Force (Fuerza de Trabajo) "América libre de Trans", realizada en abril de 2007, en Washington, Estados Unidos.
Estos grupos trabajan sobre líneas de investigaciones básicas y aplicadas en modelos experimentales con animales, en humanos y en alimentos. Profundizar el estudio de los efectos reales de los ácidos AG-t y CLA contribuirá a determinar los potenciales riesgos de los mismos, como también los posibles beneficios de los CLA para la salud humana.
"Es de sumo interés -afirma el Dr. Bernal- para quienes trabajen en salud, en el área de legislación, en bromatología, en la industria, porque hay que buscar alternativas de grasas que permitan mejorar el perfil de los ácidos grasos y, de esa forma, contribuir a la reducción de las enfermedades crónicas no trasmisibles".
Los efectos de los AG-t o grasas trans se han asociados al incremento de enfermedades cardiovasculares, mientras que los CLA han sido asociados a potenciales efectos benéficos. Sin embargo, la ecuación no es tan sencilla.
La principal fuente de consumo de trans por parte de la población se genera en los procesos de solidificación de aceites para su uso como grasas para untar, panificación y frituras.
El equipo de investigadores que dirige el Dr. Bernal en Santa Fe ha desarrollado un protocolo de trabajo que permite identificar si los efectos que se endilgan a los AG-t son provocados por los mismos o por otros compuestos derivados del proceso industrial.
La hipótesis es que muchos efectos pueden ser atribuidos a otros componentes que se forman en dicho proceso. "Para ello hemos desarrollado un modelo que solamente aísla los ácidos grasos, pudiendo discriminar los efectos de los trans; esto abrió varias vetas de trabajo que estamos desarrollando, en las que mantenemos acciones cooperativas con otros laboratorios del país y del exterior".
Paralelamente, están abocados a otras líneas de investigación aplicadas, tales como la cuantificación de estos ácidos grasos en los alimentos y en el consumo de la población.
Recorriendo las góndolas de los supermercados, se observa en el envasado de los alimentos la inscripción de una tabla nutricional que indica la composición de los mismos. Desde 2006, el Código Alimentario Argentino establece la obligatoriedad de informar el contenido de ácidos grasos trans.
Bernal señala que, si bien se ha avanzado mucho con la rotulación, hay, también, bastante por mejorar. Por ejemplo, la legislación indica que, si el alimento contiene menos de 0,2 gramos de ácidos grasos trans por porción, puede rotularse "0 trans".
Considerar ese umbral sería un error, ya que se pueden consumir alimentos cuya rotulación indica 0 trans pero que, acumulado, implica una ingesta diaria excesiva. Por otro lado, los panificados carecen de envase, son de consumo masivo y no disponen de rotulado nutricional. Evaluar periódicamente la composición de los alimentos es una necesidad. En ese sentido, el grupo dirigido por el Dr Bernal viene consolidando, en la Facultad de Bioquímica, un laboratorio de referencia con el equipamiento necesario para esta tarea.
El Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (Cyted) es un programa internacional y multilateral, creado en 1984 mediante un acuerdo marco interinstitucional, suscripto por 19 países de América Latina, España y Portugal.
De este programa participan como organismos internacionales observadores: la Comisión Económica para América Latina de naciones Unidas (Cepal); la Organización de los Estados Americanos (OEA); la Organizaciones de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El objetivo principal es "fomentar la cooperación en el campo de la investigación aplicada y el desarrollo tecnológico para la obtención de resultados científicos y tecnológicos transferibles a los sistemas productivos y a las políticas sociales y, mediante ello, facilitar la modernización productiva y mejorar la calidad de vida de Iberoamérica".