Mario Cáffaro
José Manuel Benvenuti es hoy decano de la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral, titular de la cátedra de Derecho Constitucional. En diálogo con El Litoral advirtió sobre la necesidad de equilibrar el funcionamiento de los tres poderes y lamentó la mora del Congreso en sancionar normas ordenadas en la reforma constitucional que obstaculizan el federalismo.
-Desde el punto de vista constitucional, ¿están funcionando bien las instituciones de la democracia?
-Lamentablemente, no. La reforma constitucional de 1994 tuvo por finalidad afianzar el presidencialismo, limitar las atribuciones del presidente de la República y fortalecer fuertemente el federalismo.
La reforma, que es una buena reforma, en la práctica se desvirtuó porque no se dictó la normativa sobre las leyes de desarrollo constitucional. La Convención avanzó hasta lograr consensos mínimos y quedaron temas expresados y no cerrados difiriéndose a leyes de desarrollo constitucional. Así, pasamos de tener una Constitución cerrada a una más abierta.
El artículo 75 determina que se debe dictar una ley de coparticipación sobre criterios objetivos de reparto, equitativo y solidario, para alcanzar un grado de equidad en el desarrollo de las distintas zonas del país sobre los principios de igual calidad de vida y de igualdad de oportunidades. Esta ley debía sancionarse antes del 31 de diciembre de 1996. Al no haberse concretado dicha sanción, tenemos hoy el sistema de coparticipación más retardatorio de la historia argentina. Se coparticipa poco más del 30 % y la Nación se queda con casi el 70 %. La ley debe ser iniciada por el Senado; pero, además de mayorías calificadas en las dos Cámaras, necesita ser aprobada por la totalidad de las Legislaturas, por lo que resulta casi imposible.
Vengo postulando desde hace años que la Región Centro, que tiene 59 legisladores, debería formar un sub-bloque regional, que puede presionar para tratar de obtener un sistema más justo de coparticipación impositiva. El tema de las retenciones ha puesto de manifiesto esta injusticia. Retención es un impuesto a la exportación y, como tal, no coparticipable. Es posible aplicarlo porque tenemos un sistema tributario absolutamente regresivo. Si optáramos por un sistema progresivo, el impuesto a las exportaciones --que no es más que impuestos a las ventas, donde pagan lo mismo el gran holding que el pequeño productor- debería tributarse como Impuesto a las Ganancias, y sería más justo y coparticipable.
Monocultivo y política
Para Benvenuti es paradójico que la soja haya salvado al norte santafesino. Pero enseguida recuerda que "la soja, hoy tan criticada, fue fomentada desde el Estado nacional, que por falta de precios retributivos ha hecho cerrar tambos, desalentando la ganadería. Tenemos memoria corta, pero el que autorizó la soja, en 1995, fue el presidente Menem".
Considera necesario "diversificar los cultivos, pero no se puede acusar a los productores de sojizar el país, cuando antes el propio gobierno fomentó. Si a Menem este precio se le hubiera dado un poco antes, seguramente hoy no tendríamos una república democrática, sino un sultanato. En esto somos muy responsables los argentinos, porque los políticos que tenemos y a quienes tanto criticamos son una expresión de la sociedad argentina. Perón decía algo que era muy cierto: la víscera más sensible del argentino es el bolsillo, y la única vez que la Argentina reaccionó en estos 25 años de democracia fue cuando el corralito le tocó el bolsillo a la clase media. También la sociedad debe replantearse a quién elegimos y por qué y si no hay un grado grande de responsabilidad en la propia sociedad, al momento de elegir a sus representantes".
Benvenuti no duda sobre la necesidad de reforma la actual Constitución dictada en 1982 "cuando la provincia era otra desde lo poblacional, geográfico, sociológico, cultural y hasta político".
Marca "inconstitucionales evidentes, como cuando se establece que la religión oficial es la Católica, Apostólica y Romana, todo lo que hace al régimen municipal; el recurso de amparo que se abre únicamente a actos u omisiones del poder público y según la Constitución no hay amparos para actos de particulares, por más que de hecho fue reformado por la propia Corte santafesina; no es bueno que no se consagre plenamente la autonomía municipal cuando se reúnan los requisitos"
Considera que "la reforma más sustancial es el régimen político. Tenemos que rediseñar la representación política de la provincia. Hoy otorgar una mayoría de 28 sobre 50 en Diputados no representa la realidad política. Soy partidario de la unicameralidad. No sé si es el momento histórico ideal para realizarlo, pero si así no fuera habría que ir a un sistema de Senado donde tenga representación la minoría. Algunos amigos justicialistas me dicen que en el Senado están representados los 19 departamentos en igualdad de condiciones. He dicho que desde el "83 para acá, los departamentos donde los senadores han sido siempre peronistas cada vez se han empobrecido más. Lo que se ha priorizado es el clientelismo, no la representación departamental. Los departamentos del norte están en una situación relativa peor a 25 años atrás. Es una oportunidad excepcional para encarar una reforma constitucional seria, acordada a la luz del día, donde participen las sociedades intermedias, donde se reflejen estas realidades".