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América Latina exhibe una tendencia al incremento de la escolarización de los adolescentes (jóvenes entre 15 y 17 años) acompañado por la disminución de su participación en el mercado laboral. En el documento del Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina
Asimismo, la prevalencia de adolescentes al margen de la escuela y el trabajo es, en todos los países considerados, más importante en las áreas rurales y entre las mujeres.
El hogar de origen guarda relación con la probabilidad que tienen los adolescentes de quedar excluidos de la escuela y el trabajo. Los adolescentes que viven en hogares con bajo nivel educativo tienen en promedio seis veces más de probabilidades de estar fuera de la escuela y el trabajo, que los más favorecidos. Aun así no es menor el hecho de que en sectores sociales donde sería esperable encontrar tasas de asistencia cercanas al ciento por ciento, persista una proporción considerable de adolescentes fuera del sistema educativo.
Asimismo, la prevalencia de adolescentes al margen de la escuela y el trabajo es, en todos los países considerados, más importante entre las mujeres y en las áreas rurales. Entre las mujeres, el peso de este grupo es en Guatemala y Honduras casi cuatro veces mayor que entre los varones. En este sentido, los cinco países con menor proporción de excluidos del sistema educativo son aquellos en los que el indicador considerado presenta brechas más reducidas entre varones y mujeres; y en contrapartida los cinco países con mayor peso de adolescentes que no estudian y son inactivos son aquellos en los cuales las brechas por género son mayores.
Considerando que uno de los objetivos centrales de las políticas educativas es retener en la escuela a los adolescentes hasta finalizada la escuela media, los datos aquí presentados alertan en principio sobre las limitaciones del proceso de expansión, dado que independientemente del nivel al que asistan, en algunos países de la región la mitad de los adolescentes nunca ingresó o ha abandonado la escuela.
Por otra parte, la información da cuenta de que no es exclusivamente el mercado laboral el que ha absorbido a aquellos adolescentes que la escuela no supo captar, retener o simplemente expulsó.
Una proporción variable pero considerable de adolescentes se encuentra al margen de la escuela y el trabajo, agudizando de este modo su vulnerabilidad social. Asimismo, el incremento del peso relativo de este grupo entre los adolescentes proveniente de hogares de bajo nivel educativo, en las áreas rurales y entre las mujeres invita a preguntarse si acaso las actividades orientadas a la reproducción de la vida doméstica se imponen como prioridad en detrimento de la permanencia en la escuela.
Sin embargo, independientemente de las actividades en las que los adolescentes ocupen su tiempo, el hecho de estar fuera de la escuela y el ámbito laboral constituye una alerta sobre la urgencia de implementar políticas de acceso y retención acordes con las características específicas de este grupo de adolescentes en riesgo.
Con el fin de facilitar el análisis, se dividió a los países en dos grandes grupos según se encuentren por encima o debajo de la media regional que gira en torno al 12%. En el primer grupo se encuentran ordenados en forma ascendente -según el indicador considerado- Bolivia, Chile, Ecuador, Brasil, Argentina, Paraguay, Colombia, Panamá y Costa Rica.
En este primer grupo se puede destacar que los cuatro países con tasas de escolarización más altas son también aquellos en donde la proporción de adolescentes fuera de la escuela y el mercado laboral es menor.
En este sentido, Bolivia y Chile son los dos países con menor porcentaje de adolescentes excluidos simultáneamente de la escuela y el mercado laboral.
Ahora bien, aunque comparten esta característica, se diferencian radicalmente en relación con la proporción de adolescentes que participan del mercado de trabajo; tanto es así que la tasa de empleo adolescente de Bolivia es la más alta de los países seleccionados, mientras que la de Chile se encuentra exactamente en el otro extremo.
El segundo grupo de aquellos países, en donde la proporción de adolescentes simultáneamente excluidos del sistema educativo y laboral, supera el 12% está conformado por Uruguay, México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras. En este grupo merece especial atención Guatemala. En este país, dos de cada diez adolescentes está excluido tanto del sistema educativo como del mercado laboral; en tanto sólo la mitad de los adolescentes permanece dentro del sistema educativo y un tercio de ellos trabaja o busca trabajo; elevando de este modo la tasa de actividad a poco menos del 50%.