El 46% de los chicos de 5 a 12 años en la capital provincial son pobres. Si bien no existen estadísticas oficiales, se estima que una amplia franja de esta población es víctima de trabajo infantil. En tanto que depresión, ETS, adicciones, aun en las zonas rurales, son las principales afecciones que reveló un estudio sanitario realizado en la provincia. Los datos fueron proporcionados durante la "Jornada de Reflexión y Debate: Herramientas para la puesta en práctica del Sistema de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes de Corrientes", que se desarrolló en el recinto de la Legislatura. El encuentro, llevado a cabo el lunes 9 del mes en curso, fue organizado por la Comisión de Derechos Humanos y Garantías Constitucionales de la Cámara de Diputados de la provincia. Allí disertaron sobre la temática especialistas nacionales y referentes locales, entre ellos, integrantes de la Secretaría Nacional de la Niñez y Adolescencia y del Conicet. La jornada tuvo como eje principal el hallar un espacio de debate para articular una política pública integral en la materia.
Durante el encuentro se dieron a conocer datos de un relevamiento que se realizó en la provincia referido a la salud de los niños que trabajan. De acuerdo a lo señalado por el estudio, en distintas localidades correntinas se detectaron tres tipos de explotación infantil: el denominado urbano, el rural y la trata de chicos. Al tiempo que las principales afecciones y riesgos sanitarios que presentan los pequeños consisten en problemas de peso y talla -debidos a la mala alimentación-, patologías en la piel -que derivan en cáncer-, y peligro de padecer enfermedades endémicas como el dengue. En el caso de esta última situación, ella está ligada a la pobreza, al tipo de vivienda, a la falta de agua potable, entre otros factores. Tales son los datos preliminares de un trabajo que emprendió la Mag. María Alejandra Silva, investigadora del Conicet y docente en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario. Según indicó la científica, el trabajo infantil presenta múltiples facetas en la ciudad, ya que va desde la mendicidad y recolección de residuos hasta la venta callejera.
En estas áreas, por su parte, los pequeños realizan una serie de actividades laborales tanto en la cosecha como en el cultivo. Varios son los riesgos que corren, y que abarcan las malformaciones, por el esfuerzo físico, y el peligro de contraer enfermedades en la piel. Por otra parte, uno de los datos llamativos alude a la detección de un mayor número de chicos de zonas rurales que consumen sustancias adictivas, desplazándose este tipo de flagelo de las urbes al campo.
Con respecto a estas dos temáticas, y de acuerdo con lo señalado por la investigadora, existen denuncias de explotación sexual de menores en localidades turísticas, al tiempo que indicó las consecuencias que este tipo de situación trae en los niños y adolescentes. Enfermedades venéreas, embarazos no deseados (madres-niñas), daños psíquicos y depresión son algunos de los indicadores de estos problemas. Los expertos, en tanto, coincidieron en la importancia de la concreción de las Jornadas como un espacio para reflexionar no sólo sobre el trabajo infantil sino también en el impulso que las distintas áreas gubernamentales le brindan a la problemática para buscar soluciones.
Es Licenciada en Ciencia Política -egresada de la Universidad Nacional de Rosario (UNR)-, Magister en Ciencias Sociales (Flacso) y Especialista en Higiene y Seguridad en la Empresa (Mapfre/España). Es profesora en la cátedra Medicina y Sociedad, de la Facultad de Medicina de la UNR, e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) en temas de Trabajo y Salud.
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