Tomás Angel Rodríguez - (Especial para El Litoral)
Una de las figuras más ilustres que brindó el deporte de nuestra capital en el siglo pasado resultó ser Raúl Claudio Calvo, hombre vinculado exclusivamente al club de Gimnasia y Esgrima. Además de convertirse en uno de los valores de mayor jerarquía y calidad como jugador de básquetbol y luego, en un notable adiestrador, como presidente se destacó en la elaboración de los estudios con otros profesionales para los trabajos de refuncionalización de las instalaciones de la tradicional entidad de la franja.
El básquetbol llegó a Santa Fe de la mano del club de Regatas, por intermedio de la famosa "Tribu Mocoretá", cuyo "Cacique" fue Julio "Boliche" Fernández. El juego despertó tanta atracción que, de inmediato, superó a la propia institución asentada primero en el Parque del Sur (entonces "Juan de Garay" y actualmente "Gral. Belgrano"), y luego, a orillas de la laguna Setúbal, afluente del Paraná y a escasos metros del puente colgante Ing. Marcial Candioti y arribó a Gimnasia y Esgrima.
Tras una situación interna, en 1931 se organizó en Gimnasia un torneo entre los asociados con la participación de, nada menos, 15 equipos. En el partido final, ante un estadio totalmente colmado, se impuso el equipo denominado "Vía Rayty", donde jugaban Carlos Christensen, Francisco y Mario Menchaca, Ovidio Mantovani, Juan Carlos Occhi y Eduardo Lance, entre otros.
En el quinteto perdedor, llamado "Relapimpampuja", actuaban los pibitos, de donde surgió la mayor gloria que ostentó la escuadra de la franja: Raúl Calvo, que, entre otros compañeros, tenía a Juan Fernández Cervantes, quien años más tarde fue un prestigioso periodista de importantes medios del país, entre ellos, LT 9 Radio Santa Fe ("Audición Deportiva") y la revista deportiva Campeón, de Buenos Aires.
Con pasmosa celeridad Äen la década de 1930Ä, la rica pasta deportiva de los juveniles jugadores mensanas elaboró un juego antológico. Un básquetbol que respondía en todo a esa fórmula estética consagrada en que lo útil, lo pragmático y lo funcional se aúnan con la belleza.
Era un juego de artífices, con la celebración genial de Calvo, figura indiscutida en esa época del baloncesto argentino, conductor de triunfos inigualables, hacedor mágico de partidas perdidas que se transformaban en victorias sensacionales. Como un magistral ajedrecista Äun Adolf Andersen, un José Raúl Capablanca, un Emanuel Lasker o un Alejandro AlekhineÄ, movía las piezas de su equipo y sus trebejos, sobre el tablero de la contienda, urdían la sutil trama triunfadora.
Los trebejos se llamaban entonces Francisco y Mario Menchaca, Lencioni, Vicente "Chencho" Ciuffo, Mario Müller, Alberto Llarín, Andrés Amayusco, Juan Carlos Olmos, Eduardo Lance, Raúl Alvaro, Arturo González, y Raúl "La Vieja" Reyes, de dobles esquineros parabólicos inverosímiles...
El prestigioso historiador del baloncesto argentino, Osvaldo Ricardo Orcasitas (ORO) Äquien, junto a José María Félix "Yoyo" Cavallero y León David Najnudel, hizo realidad el sueño de la Liga Nacional de Básquetbol, que transformó a este deporte en nuestro paísÄ, escribió en "El Gráfico" que, "desde su adolescencia, Calvo apareció como si fuera una bandera prócer de esa cantera inagotable que es el básquetbol de Santa Fe".
De las filas gimnasistas llenaron de triunfos y de gloria al baloncesto santafesino jugadores de la categoría de Tomás Vío, Arturo González, Raúl "La Vieja" Reyes, Andrés Amayusco, Vicente "Chencho" Ciuffo, Raúl Alvaro, Ariel "Caballito" Loréfice, Armando Pedro Lombardi, Julio Fortunato Carrasco, Edgar Domingo "Goyo" Parizzia, Mario Alfageme, Luis Andrés "Colifa" Piedrabuena y Fermín Osvaldo "Negro" Páez.
Además de Manuel Guerrero, Oscar Ricardo "Pilín" Ulla, Horacio Virgilio, Ricardo Adrián "Húngaro" Crespi, Alfredo Roberto "Fredy" Murillas, Jorge "Coco" Ballarini, Oscar "Negro" Verón, Joaquín Tornay, José "Pepe" Visentini, los hermanos tucumanos Roberto, Plácido y Julio César Ponce Aragón, Carlos "Carita" Marzó, Juan Luis Sabattini, Carlos "Pochi" Candussi, Gabriel Ernesto Darrás, entre otros.
El colega Carlos Fontanarrosa, un prestigioso periodista deportivo metropolitano que promocionaba esta actividad en el semanario de mayor venta y tiraje en Sudamérica, escribió que "el santafesino Raúl Claudio Calvo fue un jugador moderno".
Recordó el apasionado hombre de la prensa Äque llegó a ser director periodístico de esa empresaÄ que, "cuando se redactaba el comentario de un partido con una antigua máquina de escribir en lugar de la computadora de hoy, vi jugar al maravilloso conductor y centro de Santa Fe.
"Estaba adelantado más de dos o tres décadas del resto, por eso, para mí, cuando comenzó a hablarse de un póker de ases del baloncesto argentino, el mismo lo conformaban Raúl Claudio Calvo (Gimnasia y Esgrima de Santa Fe), José Aurelio Biggi (Sporting Social Club y San Lorenzo de Almagro), Rafael "Chefa" Lledó (Santiago B. B. C.) y Oscar Alberto "Pillín' Furlong (Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque y "Southern Methodist University' de Dallas, EE.UU., división I de la NCAA)", aseguró el prestigioso periodista deportivo.
Fue tan grande Raúl Calvo que, representando a Santa Fe en el "Más Argentino de los Campeonatos", el certamen más federal del país, consiguió seis títulos, siendo considerado el jugador más importante de esa época.
Recién en la octava edición, Santa Fe subió al lugar más alto del podio. Ello ocurrió en 1935, en Salta, al vencer al local, por 29 a 17. En la temporada siguiente, en San Juan, el conjunto del Litoral se impuso a Santiago del Estero, por 30 a 18.
El tercer campeonato argentino que obtuvo Santa Fe, con Raúl Calvo como conductor dentro de la cancha, ocurrió en 1940, en Santiago del Estero, en el duodécimo certamen, al no presentarse Capital Federal en el cotejo decisivo (2-0).
Dos temporadas más tarde, en 1942, en Mar del Plata (Buenos Aires), Santa Fe se impuso a Santiago del Estero por 40 a 35. Un año después, en San Luis se reeditó la final anterior; esta vez, el resultado fue de 28 a 24.
Los dos últimos campeonatos argentinos conseguidos por Santa Fe con Calvo en la cancha como jugador fueron en 1944, en Catamarca, al aventajar en el partido decisivo a Capital Federal, por 30 a 21, y en 1945, en Corrientes, apabullando al anfitrión, por 50 a 27.
A Calvo, el público y la prensa nacional lo recordaron siempre por la extraordinaria labor en el décimo capítulo del Campeonato Sudamericano, con sede en Santiago de Chile, en 1942, que ganó la Argentina con cuatro victorias y una derrota, mediante el sistema por puntos.
Venció a Ecuador (94-50) y Brasil (44-29), perdió con Uruguay (32-37), se impuso a Chile (65-44) y derrotó en el desempate final al seleccionado oriental, tomándose desquite (52-47).
La prensa del país trasandino y de Sudamérica destacó que el centro Calvo se erigió en la figura estelar de la Argentina, que se hizo famoso por haber hecho escuela con el "fast-break" (contraataque).
En muchos lugares, en esa época del siglo pasado, el baloncesto era demasiado lento, parsimonioso y aburrido; Gimnasia y Esgrima, el seleccionado de Santa Fe y el combinado argentino desplegaban un juego rápido, dinámico y vivaz.
El director técnico fue Juan Fava, integrando el seleccionado argentino Cándido Raúl "El Negro Motta" Arrúa (Kimberley), Raúl Claudio Calvo (Gimnasia y Esgrima) , José Giallorenzo, José Grasso, Sergio Gómez, Armando Pedro Lombardi (Gimnasia y Esgrima), Rafael "Chefa" Lledó, Ítalo Malvicini, Héctor Romagnolo, Carlos Sánchez y Tomás Vío (Gimnasia y Esgrima).
"Calvito" fue capitán de un equipo que se constituyó en sensación basquetbolística nacional (Gimnasia y Esgrima y seleccionado de la Provincia de Santa Fe). Viajero obligado a los torneos sudamericanos integrando el equipo argentino; además en innumerables ocasiones vistió con orgullo los colores de la camiseta blanquiceleste del seleccionado argentino, siendo en definitiva "leyenda" e "historia".
A pocos deportistas en el país le han brindado tantos elogios y por cierto que los merecía, combinando en balanceada fórmula de equilibrio, sus grandes condiciones de jugador, con su respetuoso y caballeresco sentido del deporte.
El arquitecto Raúl Claudio Calvo nació el 8 de mayo de 1917 en la ciudad de Santa Fe, cursando sus estudios primarios en la escuela provincial Nº 11 General Juan Galo Lavalle, ubicada en 25 de Mayo 2011 y el nivel medio (secundario) en la Escuela Superior Industrial de la Nación, Junín 2850 de esta capital.
Calvo se trasladó luego a Rosario, donde ingresó a la facultad de Arquitectura, dependiente de la Universidad Nacional del Litoral, donde obtuvo el título otorgado por esa casa de altos estudios el 27 de noviembre de 1941.
Defendiendo los colores azulgranas de la Federación de Básquetbol de la Provincia de Santa Fe fue cinco veces campeón argentino durante las décadas del '30 y '40 del siglo pasado; cuatro veces en los sudamericanos defendiendo la camiseta celeste y blanca; dos veces con Gimnasia y Esgrima de Santa Fe logró el título de clubes campeones en nuestro país.
Por otra parte, para dimensionar su jerarquía, calidad y verdadera estrella del baloncesto nacional, Calvo representó a la Argentina en los Juegos Olímpicos de Berlín (1932), Japón (1942) y Londres (1948).
El denominado "Caballero del Básquetbol" se desempeñó como profesor de la facultad de Arquitectura de la Universidad Católica a partir de 1960 y desde 1952 en la Escuela de Educación Técnica Profesional N´ 1 Dr. Nicolás Avellaneda.