La Asamblea Universitaria, máximo órgano de gobierno de la UNL, protagonizó ayer un extenso y argüido -aunque no novedoso- debate sobre si el rector debe ser elegido por voto nominal, como es hasta ahora, o bien por sufragio secreto. Como resultado, por rotunda mayoría se decidió continuar con el sistema actual en el que cada consejero al emitir su voto debe firmar la boleta con nombre y apellido.
La discusión insumió al menos dos horas de las casi tres que duró en total la sesión ordinaria, en la que se aprobó primero la Memoria 2007 de esa casa de altos estudios, cuya lectura estuvo a cargo del rector Albor Cantard.
El proyecto que proponía modificar los artículos 84 y 86 del Estatuto de la UNL, que estipulan la metodología de elección del rector y los decanos, había sido presentado por cuatro consejeros en la última Asamblea Universitaria del año pasado, y recibió tratamiento en las comisiones del cuerpo.
Más allá del resultado final que rechazó la reforma por amplia mayoría (117 votos de 140 presentes), se escuchó alrededor de una quincena de oradores que proporcionaron argumentos y refutaciones de las más variadas. El tono de las exposiciones -algunas de las cuales se leyeron- fue en general catedrático, sin arengas ni exaltaciones.
La UNL cuenta con un sistema de gobierno en el cual están representados con voz y voto todos los claustros de la comunidad académica (decanos, docentes, no docentes, graduados y estudiantes).
Los integrantes de cada claustro eligen en forma directa y por voto secreto a sus representantes ante los órganos de gobierno: Consejos Directivos en cada Facultad y Consejo Superior de la Universidad.
Todos los consejeros (211 en total) se reúnen para conformar el máximo órgano de gobierno que es la Asamblea Universitaria, encargada de elegir los cargos unipersonales como rector y decanos, a través del voto nominal, que es lo que se intentó modificar en la sesión de ayer.
El reconocido jurista Jorge Mosset Iturraspe fue el primer orador que se expidió a favor de este sistema. "En democracia, en una universidad que ha demostrado madurez y acierto en la elección de sus rectores, el "voto cantado', el voto expresado con claridad a través de una firma es el único compatible con los valores democráticos", sostuvo.
Quienes sostienen la necesidad del sufragio secreto aducen que hoy el votante puede sentirse coercionado a dar su respaldo al "candidato oficial" por temor a ver afectado sus derechos laborales dentro de la facultad, como puede ser la privación de un ascenso de categoría por contrato directo.
Mosset Iturraspe refutó ese argumento. "Cuando en el Derecho Privado se habla de los temores que se tiene a una situación, usamos la expresión de "temor reverencial' que es el que sentían otrora los hijos por los padres, o el que siente el obrero por el patrón o los maridos por las suegras. Pero en realidad es un eufemismo y de lo que se trata es de no querer contradecir, violentar o chocar", dijo. Y añadió que "trasladado a la decisión de elegir un rector ese temor no tiene sentido: esconderse en el anonimato o decir que se va a ejercer venganza universitaria, sería retroceder en los principios democráticos, volver a tiempos oscuros", fundamentó.
En su momento, se expresó el consejero Roberto Pozzo, de la Facultad de Ingeniería Química, quien fuera uno de los firmantes del proyecto del voto secreto.
Pozzo esgrimió su posición afirmando que la Asamblea "no es un colegio electoral", y que por lo tanto, los consejeros "no tienen mandato alguno" de elegir a tal o cual persona para rector o para decano. "Por lo tanto es un voto individual y responsabilidad del consejero que vota, es elección primaria y no de segundo orden", esgrimió.
El decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, José Manuel Benvenuti, le contestó que cuando el voto es en representación de un sector social, o de un sector docente o estudiantil, se da en función "no personal sino de la representación que se ejerce".
A lo que agregó que "la única posibilidad que existe de que luego el representado pueda saber si su representante ha ejercido o no el mandato en términos de la representación es conociendo como ha actuado éste en el momento de expresar su decisión en los órganos colegiados, y no hay otra manera posible de conocer la decisión es a través del voto expresado de una manera nominal".
Dio como ejemplo, el nefasto episodio que resultó ser la ley de contrato de trabajo, más conocida como "ley Banelco". "Se votó teóricamente a mano alzada y como no queda ninguna constancia de eso sino simplemente la cantidad de los votos afirmativos o negativos, hoy nadie se hace responsable de su voto. Si hubiera sido nominal, hoy se podría esclarecer el hecho", ejemplificó.
Otro de los consejeros que expresó su opinión fue Sergio De Miguel, quien recordó que la Universidad Tecnológica Nacional y la Universidad Nacional de Entre Ríos tienen elecciones con voto secreto.
También dijo que el sufragio secreto para elegir a los consejeros se consiguió por medio de un recurso presentado por el gremio docente Adul en la Justicia Federal y que encontró eco.
En la Asamblea Universitaria también se aprobó sobre tablas un proyecto del Consejo Directivo de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) a partir del cual se emitió una declaración en reclamo de mayor presupuesto para la universidad, mayores salarios y mejor política jubilatoria y condiciones laborales para sus trabajadores.
Por último, el consejero docente por la FIQ, Pedro Mancini, ingresó un proyecto que fue girado a las comisiones para modificar los artículos del estatuto 15, 26 y 17 para cambiar algunas de sus sesiones y adecuarlas a la realidad, ya que existen, según afirmó, "ciertos consejos, departamentos y direcciones que no se compatibilizan con la actual estructura de la universidad".
Una propuesta
alternativa fue presentada por una consejera estudiantil y -quizá- sea el debate que viene. Solicitó que el rector y los decanos se elijan no por Asamblea Universitaria sino por el voto directo y secreto de todos los universitarios. Otro representante de los estudiantes criticó que la información sobre la identificación de los votos queda en pocas manos y pidió que se haga extensiva la lista a toda la comunidad universitaria.