Medio Ambiente: MED-03
Infraestructura
Poliductos: una solución a los problemas de desabastecimiento de combustibles
Se trata de un medio de transporte económico, confiable y seguro que podría haber paliado el problema de escasez de naftas y gasoil por los bloqueos en las rutas. Además, son económicos y mucho menos riesgosos que el transporte por tierra. En nuestro país es una herramienta poco aprovechada.

(C) PRENSA UNL - EL LITORAL

Desde el inicio de las protestas del sector rural, el fenómeno del desabastecimiento de combustibles golpeó la rutina de las ciudades más importantes del interior. Los bloqueos a los camiones de combustibles impedían a muchos centros urbanos proveerse del stock suficiente para solventar la demanda. Sin embargo, es una situación que podría haberse evitado, de tener el país una red de ductos robusta, capaz de aliviar el problema.

Los ductos son sistemas de transporte de mercaderías líquidas o gaseosas a través de tuberías, generalmente subterráneas. Ofrecen una serie de ventajas en comparación con los habituales métodos de transporte: mayor economía, más confiabilidad (no están expuestos a riesgos ambientales) y aseguran el permanente traslado de los combustibles, sin que medien el estado de los caminos, problemas climáticos o cortes de ruta.

Los ductos se llaman oleoductos, si movilizan petróleo; gasoductos, si se trata de gas natural; y si se trata de kerosenes, naftas o gasoil, se habla de poliductos. En el caso de estos últimos, por una misma vía pueden enviarse a centros de distribución localizados en cada ciudad lotes de diferentes combustibles, unos detrás de otros, habiendo en el medio una interfase o mezcla cuya magnitud es despreciable frente a la cantidad de producto que se moviliza.

"La importancia de los ductos es muy gravitante en países desarrollados", indicó el ingeniero industrial Diego Cafaro, docente de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) de la UNL y becario en el Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (Intec), bajo la dirección del Dr. Jaime Cerdá. "Esto se debe a que es un sistema cuya operación es muy económica, que sólo necesita energía para poner en marcha bombas centrífugas e impulsar los combustibles a través de la línea, cuando movilizarlos a través de camiones es de 15 a 20 veces más caro", agregó.

En este sentido, añadió que también existen otros medios de provisión, como el fluvial o el ferroviario, pero que en la Argentina no se utilizan óptimamente debido a la precariedad de las infraestructuras.

"Un ducto estándar de 20 pulgadas de diámetro moviliza aproximadamente un millón de litros por hora. Un camión puede llevar cerca de 30 mil litros. Quiere decir que por hora deberían salir más de 30 camiones para igualar la capacidad del ducto, esto es, más de uno cada dos minutos. El camión va lleno y vuelve vacío, el ducto moviliza los combustibles en una única dirección sin necesidad de unidades de carga que los contengan. Ésta es la primera ventaja de las tuberías: la económica", manifestó.

La segunda es la confiabilidad, porque este tipo de aprovisionamiento no es afectado por el clima, o los paros de transporte: "El ducto nunca se detiene, se puede usar los 365 días del año, las 24 horas. Es lento (de 5 a 10 km/h) pero siempre avanza. Aquí es donde entra en juego el abastecimiento porque, al ser sistemas altamente confiables, hay más garantías de que el combustible llegue en el momento en que tiene que llegar a cada uno de los centros de distribución. Un camión necesita de alguien que lo conduzca. Hay un recurso humano asociado, que debe tener sus horas de descanso o que puede tener sus conflictos gremiales frecuentes.

"El tercer punto a tener en cuenta es el impacto ambiental. Los índices de accidentes en ductos son sensiblemente más bajos que en cualquier otro medio de transporte. En los barcos, los derrames son tremendos, pero, cuando se rompe un ducto, hay sistemas que detectan la pérdida de combustible y cierran automáticamente el paso. Tampoco tienen el inconveniente de la contaminación que genera el tráfico de camiones, como en el caso de muchas ciudades donde hubo que hacer un desvío para que el tránsito no las afecte demasiado. Un poliducto soluciona en gran parte todos esos problemas", aseveró.

Los ductos argentinos

España tiene una red diagramada estratégicamente, que alcanza todos los centros de distribución más importantes. "Los poliductos son como sus venas: en los últimos 15 años, ese país revirtió una utilización mayoritaria de buques tanque, porque con el tiempo se dieron cuenta de la contaminación que generaban en sus mares. Hoy en día, el 80 por ciento del combustible español se moviliza por ductos", destacó.

Sin embargo, la situación en nuestro país es muy distinta, ya que no hay una red de distribución suficiente como para abastecer de combustible a las ciudades más importantes del país. "Repsol YPF, que abastece más del 50 por ciento de los combustibles, tiene dos refinerías importantes. Una está situada en La Plata y la otra, en Luján de Cuyo, Mendoza, con un poliducto que las comunica. En el camino hay un centro de distribución que está en Villa Mercedes, San Luis, donde nace otro poliducto que va hasta Monte Cristo, Córdoba, y llega hasta San Lorenzo, en la provincia de Santa Fe", describió.

El segundo sistema destacado, según Cafaro, "es una línea que viene desde la provincia de Salta, donde en una época era importante la extracción de petróleo. La empresa Refinor, que opera el poliducto, posee una refinería en Campo Durán. Desde allí llega hasta Monte Cristo y empalma con el ducto de Repsol YPF, pasando por Tucumán y algunas ciudades del norte argentino".

En el caso de la provincia de Buenos Aires, la refinería de La Plata se encarga de abastecer los grandes centros urbanos de la región que, en general, nunca tendrán problemas de desabastecimiento logístico porque el crudo llega por ductos desde la zona de Bahía Blanca, ciudad a la que arriba petróleo por oleoductos, desde Neuquén, o por barco, desde el sur.

"Salvo el poliducto que viene de Refinor, todo es propiedad de Repsol YPF. Este uso es algo que las demás refinerías siempre cuestionaron porque para ellas es una competencia desleal. Es una ventaja competitiva enorme por los costos, la confiabilidad y el impacto ambiental, pero las demás empresas deben transportar su combustible por camiones. En los países desarrollados, a los ductos los maneja un tercero; entonces, si uno quiere movilizar combustible, paga una tarifa", aseguró.

Cafaro comentó que nuestro país posee una estructura de muchos años que, evidentemente, hay que reforzar: "Una de las dificultades es la gran inversión en capital que requiere instalar el sistema, pero es importantísimo tener este tipo de medios para comunicar ciudades. No los tenemos porque durante muchos años se descuidó algo vital para la Argentina, que era un plan estratégico, que apunte al crecimiento sustentable. Sin embargo, esto no deja de ser una oportunidad", culminó.