El estudio publicado en el British Journal of Nutrition (2007) reveló que la leche puede ser una bebida muy efectiva para rehidratarse luego de hacer ejercicios físicos. El estudio analizó a 11 voluntarios que consumieron leche u otras bebidas deportivas después de realizar ejercicios físicos que podían deshidratarlos. Aquellos que bebieron leche o bebidas deportivas quedaron rehidratados luego del consumo de ambas bebidas; sin embargo, el grupo que había consumido bebidas deportivas se deshidrataron luego de una hora. Esto no sucedió con el grupo que había consumido leche. El resultado del estudio sugiere que la leche puede ser una efectiva bebida reconstructiva luego de realizar ejercicio físico.
Los autores examinaron los siguientes aspectos: la pérdida de agua a través de la sudoración inducida por el ejercicio normal supera la cantidad de agua ingerida, lo que conduce a un estado de deshidratación después de la sesión de ejercicios. Después de casi 15 años de estudios, ya es evidente que los electrolitos presentes en las bebidas tienen un papel clave en la rehidratación y la retención de agua y, además, tiene una relación directa con la cantidad de sodio ingerido. También hay evidencias de que el potasio presente en las bebidas también ayuda a la rehidratación.
En este contexto, nuevos estudios han demostrado que la leche es un rehidratante potencial porque posee gran cantidad de electrolitos y carbohidratos al igual que las bebidas deportivas. El estudio indica que la leche es más efectiva en la reconstrucción del balance hídrico del cuerpo que el agua e incluso las bebidas isotónicas.
El calcio, el mineral principal que actúa en la formación de la masa ósea, es esencial para el proceso de elaboración de músculos y por eso, representa un importante nutriente en la práctica deportiva. La sarcopenia Äpérdida de la masa muscularÄ y la osteoporosis pueden ser provocadas por la baja ingestión de calcio. Durante una actividad física, la disminución de masa muscular es no deseable, y en este sentido, el calcio tiene la función de preservar y mantener la masa muscular.
La relación entre el calcio y las actividades físicas es un tema muy citado en éste área, por la simple razón de que las atletas mujeres que no alcanzaron el máximo de la masa muscular durante su niñez o adolescencia, tienen mayor posibilidad de desarrollar una pérdida de la masa ósea y tienen alto riesgo de contraer osteoporosis tempranamente.
Por lo tanto, el alcance de las necesidades diarias de calcio debe fomentarse entre los deportistas y profesionales de la actividad física en general. La recomendación para la adecuada ingestión de calcio es igual para hombres y mujeres, y esta equivale a 1.300 mg para chicos de 9 a 18 años; 1.000 mg para adultos de entre 19 y 50 años de edad, y 1.200 mg para personas mayores de 50. Las principales fuentes de alimentación de este mineral son la leche y derivados.
Fuente: Tetra Pak