Con la presencia de Sergio Delgado ("Al fin" y otros), Juan José Becerra ("Grasa" y "La vaca", entre otros) y Martín Caparrós ("La voluntad", "El interior", "Valfierno", "A quien corresponda" y otros), y en el marco de una mesa coordinada por la docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias (FHUC) de la UNL Silvia Calosso, se abordó un complejo tema en el cierre del IV Argentino de Literatura, la relación entre literatura y política.
Delgado abrió la jornada que se desarrolló, con excelente presencia de público, en el Foro Cultural Universitario. Con ritmo pausado y basándose en notas personales, el ex profesor de cine y coordinador de la editorial de la UNL, hoy radicado en Francia, recorrió parte del clásico de Sartre "Qué es la literatura", apuntando, como aporte, una lectura personal del notable pensador francés. "No hay literatura que no sea política", dijo Delgado, en medio de la exposición de una serie de "puntos para discutir" y con el intento de "recorrer algunos de los lugares comunes" establecidos en torno de la relación mencionada.
Se detuvo luego el expositor en el pleonasmo, figura retórica basada en la necesidad de repetición, para explicar una cierta insistencia de la narrativa en lo político, y agregó que "hay maneras "políticas' del lenguaje. "No sé qué estoy haciendo acá" expresó luego, para subrayar que el caso suyo no es, precisamente, el de un autor político, aunque, a continuación, sostuvo que "lo político ronda como un aura".
Más adelante, explicó que "no hay un tema más político que otro" y que en el marco de la relación "literatura e historicidad, lo contemporáneo es una construcción (...) la cuestión del pasado es una idea que domina -dijo- el presente es un error, el sentido está en el pasado (como elemento activo de la temporalidad)". De tal modo, se observa una cierta "anulación del presente: atravesada por búsquedas de los mitos de lo argentino en la figuras de la historia". Delgado citó, sobre el final, a Martínez Estrada ("escribo para un niño que está aprendiendo a leer") y a Mastronardi ("nuestro lector ideal siempre es un joven que busca su forma y se arroja oscuramente al porvenir").
A su turno, Becerra concentró su exposición en tres novelas recientes "políticas, argentinas", que incursionan en la relación establecida por el tema de la mesa: "A quien corresponda", de Martín Caparrós, "Historia del llanto", de Alan Pauls y "Ciencias Morales", de Martín Kohan. "A la literatura argentina se le exige política como no se le exige forma", dijo, refiriéndose a que existe una "presión asediante" y una "discusión formal acerca de cómo decir lo que no se puede callar". Tras una breve presentación, el joven autor leyó, velozmente, un texto crítico sobre éstas, aludiendo a la manera en que los libros en cuestión asumen la relación mencionada.
Caparrós, por su parte, comenzó su alocución analizando, in situ, algunos aspectos de lo dicho por sus predecesores en el uso de la palabra: "Juan José y Sergio utilizaron tropos propios del discurso político". El periodista, historiador y novelista se refirió a una "redefinición de los términos" en nuestra época actual, "sobre todo en relación a la política"; el término, dijo, el concepto de la política "es el primer desaparecido de la democracia", arguyó. "Es un concepto con mala fama" porque no se la entiende como una "forma de modificación del orden social".
Respecto de su experiencia personal, dijo: "caí en la literatura con temas políticos sin querer", sobre los años 79 y 81, cuando por "fatalidad o prepotencia biográfica" comenzó a escribir en el marco de esa relación. Más adelante, comentó, a modo de ejemplo respecto de la importancia tenida y perdida de la literatura, el caso de "Vida y Destino", del escritor ruso Vasili Grossman; obra que vinculó a "Guerra y Paz", de Tolstoi. "En ese entones (años 60), la gente creía en la literatura; el caso de "Vida y destino' es la quintaesencia de la literatura interviniendo en una situación política (...) eso ahora no sucede....". "La literatura hoy implica una circulación muy secundaria de los discursos", agregó. Más adelante, leyó una de las crónicas de "El interior".
DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL