Nancy Balza
La charla comienza sin pérdida de tiempo. Y no es porque el entrevistado esté apurado. Daniel Pietro Castillo no da ninguna muestra de impaciencia; sólo que un comentario casual introduce la conversación: "íQué raro!, un periodista sin grabador digital", suelta.Y a la respuesta, sobre cuestiones generacionales y de habilidades para el manejo, sigue una definición: "Dicen que nosotros somos migrantes tecnológicos y los jóvenes, nativos". Entonces, la frase que permite distinguir entre generaciones que nacieron en un mundo digital de las que no lo hicieron, resulta la mejor manera de introducir el tema que lo trajo una vez más a Santa Fe: la presentación del cuarto libro que lo reúne con el Movimiento Los sin Techo. "El derecho de los pobres a la información y la educación" y, en ese marco, su conferencia sobre "La responsabilidad social por el aprendizaje en tiempos de tecnologías digitales".
Docente, filósofo, periodista. Los títulos lo definen pero no alcanzan para recorrer la trayectoria de este mendocino de nacimiento Äcon una notable proyección latinoamericanaÄ en una charla que recorre su vínculo con la educación y la comunicación, dos campos que para él están estrechamente relacionados.
Su conferencia en Santa Fe estuvo centrada en la responsabilidad por el aprendizaje "y cuando hablamos de ese tema, distinguimos la responsabilidad que nos cabe a los adultos en la educación informal, en la educación no formal y en la educación formal. Y las tres experiencias están atravesadas por las tecnologías".
Ä¿Vino a hablar de comunicación o de educación?
ÄDe las dos cosas porque, en lo personal, nunca he separado una de otra. Vengo trabajando desde la década del '60 en esta relación que el Movimiento tiene muy clara. Hay palabras que se usan mucho a escala latinoamericana para tratar de acentuar esta vinculación: se empezó hablando de comunicación educativa, a fines de los '50; después se pasó a hablar de pedagogía de la comunicación a fines de los '60, y de comunicación en la educación que es un tema que he trabajado bastante. Un concepto que se usa mucho en Brasil y Centroamérica es el de "educomunicación". Y hay también propuestas que hablan de "eduentretenimiento" que arranca con Televisa, en México. Los mexicanos vieron adónde iba este tema de las tecnologías, fundamentalmente en televisión, en la década del '70 y lanzaron una política para siempre. Es un país como cualquier otro, con todas las contradicciones, pero tiene 8 canales educativos, una videoteca de programas educativos digitalizados, miles de horas de educación no formal, un Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa con más de mil personas produciendo, y han logrado lo que se logra a 30 años: tener la gente para hacerlo.
Daniel Pietro Castillo parte de un diagnóstico: "La provincia de Mendoza tiene alrededor de 11 mil jóvenes que no estudian, ni están vinculados con el mundo laboral ni hacen nada en todo el día. En Santa Fe, esa cifra debe estar en 9.000. Eso supone uno de los temas centrales del Movimiento Los sin Techo que es la exclusión. La gente está excluida de un espacio de socialización, del progreso intelectual y profesional". Así llega a una afirmación: "Hay infinitas maneras de enseñar y eso lo ha demostrado muy bien la tecnología digital". Y a manera de ejemplo, propone un ejercicio: "Pídanle a un buscador la palabra "tutorial' que se escribe igual en inglés que en español. Hagan clic y van a salir 140 millones de sitios. Supongamos que, en esa selva, el 50 por ciento es de temas relacionados a lo que es la tutoría y teorías del aprendizaje. El resto está circunscripto a cursos que están ahí, muchos gratis". La conclusión es que "existen infinitas maneras de aprender. Los caminos del aprendizaje están ligados a cuestiones científicas, teorías psicológicas pero también a la capacidad creadora de quien pone en marcha un proceso".