Con sólo 18 años, la santafesina Daniela Vallejos se ganó su lugar en la nómina de los cuatro alumnos argentinos que participarán en la Olimpíada Iberoamericana de Química (Oiaq) que este año se realizará en Costa Rica, entre el 14 y el 22 de octubre.
Esta participación, según ella, es un doble mérito: por haber sido seleccionada como uno de los 25 mejores exámenes (todos varones, menos ella) de la Olimpíada Nacional de Química del año pasado, que convocó a quinientos participantes. Y por provenir de una provincia del interior dado que los otros tres integrantes del equipo olímpico que irán al país caribeño son de la Ciudad de Buenos Aires, de colegios de trayectoria como el Otto Krause y el Nacional.
Pero el mayor reconocimiento de esta alumna de 6º año de la escuela técnica Manuel Pizarro es a su dedicación en el estudio de la disciplina. Para dominar los temas de química general, analítica y físico-química que exige la competencia, Daniela se radicó por tres meses en Buenos Aires donde se capacitó con profesores de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) con miras a la olimpíada internacional de química que se hizo el año pasado en Hungría.
De esa instancia, la joven no participó porque quedó octava en el examen selectivo. Para esta nueva competencia iberoamericana, en cambio, el puntaje que obtuvo la ubicó en segundo lugar y entró al grupo que representará a nuestro país.
La competencia no sólo exige un alto rendimiento a nivel teórico para resolver planteos complejos sino también un buen desempeño en el laboratorio. "A los alumnos les dan un protocolo, y hay un profesor que va controlando todo lo que hacen: que cumplan con las normas de seguridad, el manejo del material y los reactivos, y va penalizando los errores", comentó Roberto Carrivale, profesor de Química de la escuela Pizarro.
No es frecuente que los adolescentes se interesen por la química. Y menos que tengan que exiliarse durante tres meses lejos de su familia y amigos para prepararse para una competencia.
Daniela, que viaja a diario desde Laguna Paiva para asistir a clases, tiene un mensaje claro destinado a sus pares. "A los jóvenes que piensan que estudiar no vale la pena, yo les puedo decir que ese pensamiento está muy equivocado. Tienen que aprovechar cada oportunidad que tengan, y no dejar pasar los años así porque sí, porque ya no vuelven. Les puedo decir que se esfuercen por conseguir lo que quieran, siempre pensando que lo que hagan les va a servir para siempre".
Fuera de grabador, confiesa que su papá no había terminado el secundario porque tuvo que trabajar desde chico, pero en cuanto pudo se anotó en la nocturna y completó sus estudios siendo adulto. "Siempre nos inculcó a mi hermano y a mí que debíamos estudiar porque se te abren muchísimas puertas. Yo con 18 años ya tengo muchas oportunidades, viví experiencias y adquirí un nivel importante en Química", dice la joven, que el año que viene ingresará a cursar la Licenciatura en Química en la Universidad Nacional del Litoral.
En 1995 se celebró la primera edición de la Olimpíada Iberoamericana de Química en Mendoza, con la participación de ocho delegaciones de países iberoamericanos. Fue un éxito y se acordó celebrar una segunda edición en México 1996. Desde entonces se han venido realizando anualmente, a excepción del año 2001. Los países participantes son Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, España, México, Perú, Portugal, Uruguay y Venezuela.
Esta competencia es un marco propicio para el intercambio de experiencias, para estimular el desarrollo de la ciencia, fomentar la cooperación y realizar diferentes ejercicios con la intención de promover nuevos talentos en la disciplina.
Daniela Vallejos asegura que le gusta participar de los certámenes. "Es una experiencia muy linda, se conoce gente de otros lugares, así que todos los años he competido desde que entré a la Pizarro", señaló.