Educación: EDUC-01
Entrevista con la Dra. Graciela Frigerio
"Hay educadores que desafían las profecías del fracaso"
La reconocida pedagoga abogó por romper con esas "asimetrías intergeneracionales" que separan a chicos de adultos y a alumnos de docentes. Foto: Néstor Gallegos.

Durante su visita a Santa Fe, la prestigiosa pedagoga y consultora educativa destacó la labor de los docentes provinciales que, pese a las adversidades, trabajan por una educación mejor. Opinó que la nueva Ley Nacional, si bien introduce elementos superadores, "no ofrece alternativas consistentes para repensar las dificultades de la escuela actual".

"¿Sabés lo que significa para mí que un maestro rural de una escuelita caída del mundo me cuente cómo puede poner en práctica una iniciativa con cero recursos, ofreciendo a los alumnos algo significativo para sus vidas? Es una sensación muy gratificante, emotiva y reparadora, pues con experiencias como ésta me doy cuenta de que no todos los hombres se dedican a extraer plusvalía económica, a sojuzgar ni a empobrecer a los demás", dijo Graciela Frigerio con un gesto que no podía disimular cansancio Ädespués de viajar muchos km por toda la provinciaÄ, pero tampoco cierta euforia de satisfacción. En la sonoridad de sus palabras se percibía la fuerza reivindicatoria de su vocación y compromiso con la educación.

En el marco de las Jornadas de Socialización sobre Experiencias Innovadoras organizadas por el Ministerio de Educación de Santa Fe Äque comenzaron en Reconquista días atrás y finalizarán el 15 de noviembre en RosarioÄ, la reconocida pedagoga y consultora educativa recorrió la provincia para disertar sobre varios temas que hacen a la escuela argentina en la actualidad, y para intercambiar vivencias, inquietudes, hallazgos y propuestas con docentes. A su paso por nuestra ciudad, Frigerio abrió un lugar en su apretada agenda y accedió a una entrevista con El Litoral.

"Ha sido muy conmovedor estar con estos luchadores incansables que son los maestros. En tiempos tan difíciles como los que vivimos, siempre es bueno encontrar a tanta gente que sigue insistiendo en que es posible un cambio positivo, sobreponiéndose a las dificultades y carencias para ofrecer a los chicos algo mejor". Y subrayó: "He podido constatar que en toda esta provincia existe un número importante de educadores dispuestos a desafiar las profecías del fracaso, con vocación, con fuerza y entusiasmo".

Ä¿Cuál es su visión sobre el estado de situación actual del sistema educativo argentino, a partir de esta transición de la (ahora derogada) Ley Federal a la Ley Nacional de Educación?ÄCreo que la nueva ley de educación tiene numerosos argumentos política y pedagógicamente correctos, pero no ofrece alternativas consistentes para poder repensar la escuela en toda su dimensión y, particularmente, en la escuela secundaria. Hay cuestiones inherentes al formato escolar que ni siquiera son enunciadas. Yo no deposito todas las expectativas en un cambio de ley, no me parece que entre la norma derogada y la nueva haya diferencias radicales. Con la nueva Ley Nacional ha habido algún avance, pero creo que los adultos estamos escasos de imaginación para poder construir de manera colectiva otras formas de resolver la relación con el saber que tienen a su cargo las instituciones educativas. Ä¿A qué nuevos desafíos se enfrentan alumnos, docentes e investigadores?ÄConsidero que los nuevos desafíos no están puestos en el pasaje de una ley a otra. Hay un desafío que no es nuevo, que es antiguo, que es imperativo para todos los que hacemos educación y para quienes conducen las políticas educativas nacionales: ese desafío es intentar pensar. El mayor reto es ser coherente con los discursos que enarbolan las banderas del derecho universal a la educación.Y, en este sentido, queda mucho por hacer porque, además, en la actualidad que vive la Argentina y más allá de las políticas educativas implementadas, lamentablemente se sigue apostando a la división de las vidas. Se sigue clasificando y dividiendo, y si bien se habla demasiado de distribución equitativa, no se está distribuyendo: abunda la retórica, pero faltan acciones conducentes. Éste es un desafío que tiene su correlato en la educación.

Asimetrías intergeneracionales

Ä¿Puede pensarse que en la actualidad se han profundizado los silencios, intersticios y desencuentros en el diálogo generacional que necesariamente debe entablarse entre adultos y chicos, y entre alumnos y maestros? ¿Que no se habla un código común?

ÄPara mí la complicación más visible radica en un desconcierto mutuo entre los docentes y los alumnos. Y la cuestión a analizar es cómo recuperamos la responsabilidad sobre esa asimetría intergeneracional que interfiere en el diálogo entre maestros y alumnos, y la responsabilidad que los adultos tenemos sobre el mundo que proponemos para los chicos. Hoy, los niños y adolescentes van como llevados a vivir un presente fragmentado que, al pasar, no abre la dimensión del porvenir. La idea de un proyecto nuevo por construir está un poco retrasada.

Entonces, la preocupación está en cómo volvemos a pensar que hay grandes y chicos distanciados por asimetrías intergeneracionales, y que estas asimetrías no podrían justificar jamás abusos de autoridad. Los adultos debemos hacernos responsables de estas asimetrías, y aceptar la voz de los chicos que dicen: "¿Y a ustedes adultos, qué les pasa?", "¿Qué les pasa a los grandes en estos tiempos, que no quieren crecer para no tener que asumir responsabilidades?". Éstas son algunas de las dificultades de fondo que, más temprano que tarde, deberemos resolver.

La investigación educativa, hoy

Ä¿Cómo observa la investigación en educación actual en la Argentina? ¿Las nuevas generaciones de investigadores y docentes tienen interés en abordar y estudiar problemáticas educativas?

ÄCreo que históricamente estuvo presente, y también está en las nuevas generaciones, ese interés genuino por saber. Pero también hay condicionamientos vinculados con criterios de prioridad y disponibilidad de subsidios para trabajar ciertas problemáticas. La investigación es sumamente importante en sus diversas maneras de llevarse a cabo, y ninguno de nosotros podría oponerse al deseo de comprender mejor cómo funcionan las cosas.

La cuestión es que para investigar es necesario animarse a poner en jaque los "cerrojos" cognitivos, porque las investigaciones que no se permiten aperturas no generan novedad. Entonces, investigar implica esa osadía del investigador de desafiar el epistéme dominante. Tiene que haber una curiosidad genuina, aquella del que dice "de verdad quiero saber, y quiero dejarme sorprender". Sólo puedo desear que haya más investigación en nuestro país.

Reflexiones sobre la inclusión social

ÄEmancipación, educación e inclusión social son conceptos clave en su pensamiento. ¿Qué significación tienen estas categorías para la educación de hoy pensada a futuro?

ÄYo creo que estos conceptos son muy nobles, y que vale la pena restituir sus sentidos y darles vigencia. Con respecto a la noción de inclusión en particular, es interesante cuestionarla, ponerla en tensión. Muchas veces aludimos a la inclusión con buena fe, pero en realidad esta categoría conlleva implícita una complejidad que debemos dilucidar. Cuando decimos incluir a los excluidos, estamos omitiendo algunas reflexiones: la primera, que los incluidos de hoy lo son al precio de las grandes masas de excluidos; la segunda, que los incluidos no están dispuestos a distribuir nada para que las relaciones (con los excluidos) se modifiquen.

En consecuencia, incluir a los excluidos exige discutir una cuestión que caracteriza a estos tiempos, que es la producción de la injusticia y la reproducción de la desigualdad como condición del enriquecimiento de unos pocos. La desigualdad hoy es necesaria para muchos, porque éstos no podrían ser tan ricos si no fuera a costa de la explotación a la que someten a las grandes mayorías. No estoy segura de que las reglas de juego entre los incluidos sean las reglas de juego para un mundo común mejor para todos. Y este nuevo mundo común no puede ser organizado en base a la división de incluidos y excluidos".

El Dato///

Graciela Frigerio es profesora de Ciencias de la Educación de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y doctorada en Educación en la Universidad de La Sorbona (París). Actualmente, preside el Centro de Estudios Multidisciplinarios (CEM) dedicado a la investigación en Ciencias Sociales, y es directora de la Maestría en Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos (Uner). Frigerio es autora de una importante obra sobre temática educativa y consultora de organismos públicos nacionales e internacionales en la materia. En 2002 fue distinguida con la Orden de las Palmas Académicas por el Ministerio de Educación de Francia.

Luciano Andreychuk [email protected]