Educación: EDUC-01
La Cruzada, un rito que se impone en Santa Fe
Los futuros médicos salieron a festejar el fin del cursado
Al ritmo de la música, los egresados se reunieron para celebrar el fin de su etapa estudiantil. Foto: Néstor Gallegos.. 

Los estudiantes que terminan de cursar la carrera de Medicina organizan un festejo donde rebasan los disfraces y la música. La caravana partió de la Ciudad Universitaria, cruzó el Puente Colgante y recorrió bulevar Gálvez.

Para vestirse y comportarse como doctores, tendrán toda su vida. Así que hoy, unos 150 estudiantes que este año terminan de cursar la carrera de Medicina eligieron disfrazarse, bailar y soltar el grito de felicidad contenido durante tantos años de estudio.

El rito se llama "La cruzada", por el cruce del Puente Colgante que hacen los jóvenes en su recorrido desde la Ciudad Universitaria hasta el Rectorado de la UNL, ubicado sobre bulevar Pellegrini.

La tradición se importó de Rosario, en donde se denomina "La bajada", y comenzó a imponerse en Santa Fe desde que la especialidad en Ciencias Médicas se puede estudiar en nuestra Universidad Nacional del Litoral.

"Si bien estudiamos acá, nos recibiremos con el plan de la Universidad Nacional de Rosario", nos dijo un payaso, que intentaba sonar serio mientras no dejaba de revolear una matraca.

En la multitud de coloridos personajes se podía encontrar de todo: desde un Fidel Castro conviviendo con una militar norteamericana y jeques árabes que cada tanto desdoblaban su turbante, agobiados por sol del mediodía.

Un musculoso "varón" de Entre Ríos se destacaba por sus prominentes pechos de plástico y una minifalda con calzas. Alegre, confesó que no le importaba que lo vieran sus futuros pacientes, porque "total me vuelvo a mi pueblo".

El Trencito del Tío Leo acompañaba la caravana con una ruidosa cumbia que hacía bailar hasta a los paseantes circunstanciales. La originalidad de los disfraces provocaba la atención de los vehículos, que disminuían la marcha y hacían sonar sus bocinas.

Los grupos de amigos se pusieron de acuerdo con el tema del disfraz: había varias porristas vestidas iguales, un puñado de cavernícolas y un grupo de mujeres piratas. El paisaje se completaba con cándidos personajes de Disney que caminaban a la par de temibles protagonistas de películas de terror. Ni el dinosaurio Barney faltó a la fiesta.

Logros

Más allá de la alegría del momento, la mayoría adeuda una o dos materias y aún debe realizar el "medicato", es decir, la práctica obligatoria de la carrera, que dura diez meses.

Igual, preferían no hablar de lo que falta, sino celebrar públicamente el logro de haber pasado varios años metidos entre los libros académicos que describen el cuerpo humano.

Al llegar al Rectorado, los egresados coparon el hall por un rato, hasta que fueron advertidos de que interrumpían el Congreso Nacional y Latinoamericano de Agrimensura, adonde ni los soldados romanos ni las hadas mágicas estaban invitados.