Fue brillante lo del pibe surgido en los potreros de Guadalupe...
Leopoldo Luque, el primer jugador
que anotó cinco goles en un clásico
Fue en 1976, luego de haber salido campeón del Nacional de 1975 con River. Luque ya integraba la Selección Nacional y ese año iba a realizar una recordada gira por Europa.
Tomás Rodríguez
(Especial para El Litoral)
Una de las mayores satisfacciones vividas por el destacado futbolista santafesino Leopoldo Jacinto Luque fue, sin lugar a dudas, la espectacular actuación que le cupo el 22 de febrero de 1976 cuando se transformó en el primer jugador en anotar cinco goles en un partido clásico.
El encuentro correspondiente a la tercera fecha del Campeonato Metropolitano, zona “B”, tuvo por escenario el estadio “Monumental” de Belgrano y fue protagonizado por River Plate y San Lorenzo de Almagro, finalizando cinco a uno a favor de los “millonarios”.
Resultó la actuación individual más fantástica que protagonizó Luque, mostrando su talento, habilidad, inteligencia y capacidad goleadora, brindando una verdadera lección a la defensa sanlorencista, en una etapa de evidente declinación que tendrá su culminación varios años después con el único descenso de los Gauchos de Boedo.
El artillero santafesino —había integrado la temporada precedente la formación de la institución de Núñez, campeón del Nacional 1975— recibió al término del encuentro los aplausos y vítores de los hinchas y simpatizantes riverplatenses, ovacionando reiteradamente su destacada labor; mientras para la prensa fue una actuación colosal del futbolista millonario.
El campeón de la competencia fue Boca Juniors, siendo goleador del certamen el “Matador” Mario Alberto Kempes, de Rosario Central, con 21 anotaciones, en una época en que se erigió como ídolo indiscutible de la entidad auriazul. Lo escoltó Víctor Marchetti (Unión) con dos tantos menos; Daniel Astegiano convirtió 17 tantos y Miguel Angel Brindisi (Huracán) y José Palacio (Newell’s Old Boys) concretaron 16 goles cada uno.
Insólita reglamentación
Según el historiador Pablo Ramírez, se volvió a instrumentar una reglamentación disparatada y ridícula, que provocó nuevas injusticias al adoptarse un sistema caprichoso, que por anticipado auguraba las incongruencias que se produjeron; los 22 equipos se dividieron en dos zonas; los seis primeros de cada una jugaron un certamen por el título y los cinco restantes por el descenso.
Boca Juniors fue el campeón, pero Huracán, que en 22 fechas finalizó invicto con 15 triunfos y siete empates, con la delantera más positiva (47 tantos) y la defensa menos batida (20 goles), le sacó una diferencia de 12 puntos a su escolta que, injustamente, luego fue el vencedor del torneo.
Sus orígenes
El futbolista nacido en el barrio de Guadalupe, quien surgiera en el campito del Seminario (de la Arquidiócesis Santa Fe), ubicado a menos de 500 metros de su domicilio, frecuentó también el potrero de Juan José Castelli (ex 29 sin Nombre) y Sarmiento, o en la cancha de River Plate, sobre calles Los Andes (hoy Padre Genesio) en el barrio La Rinconada (actual Guadalupe Oeste). Allí se lo veía actuar frecuentemente a Luque, donde mostraba sus cualidades técnicas desde purrete.
Luque jugó varias veces en Unión y Atenas de Santo Tomé. También lo hizo en Jujuy y Rosario Central, logrando el tercer ascenso con la entidad de la avenida López y Planes en 1974, y en el Metropolitano del año siguiente, siendo dirigido por Juan Carlos Lorenzo cumplió una notable campaña, siendo transferido posteriormente a la popular entidad de Núñez, permaneciendo hasta 1980.
Como internacional
En el seleccionado argentino, donde nunca decepcionó, disputó 43 partidos, anotando 22 tantos. Luque, natural del barrio de Guadalupe Central, fue una de las figuras descollantes de la selección blanquiceleste dirigida por César Luis Menotti, en la parte final de la década del ‘70, consiguiendo la Copa Mundial de Fútbol de 1978, al vencer en la final a Holanda, por 3 a 1.
Con River Plate, en encuentros internacionales por distintas Copas, jugó 31 encuentros, con nueve conquistas. Leopoldo también jugó en el fútbol mexicano y retornó a Unión en 1981, donde tuvo otro buen paso por la institución, ya en la parte final de su carrera.
Muchos recordarán que a Leopoldo le costó encontrar su lugar en el equipo tatengue que ascendió en 1974. Es que la delantera se conformaba, habitualmente, con Juárez, Valencia y Garello. Y Leopoldo peleaba por la “10” con Ramón Zanabria, quien junto a Toyé, Sacconi y Fredes, formaban parte habitualmente del mediocampo en el equipo que dirigió Faraone.
Leopoldo siempre cuenta la anécdota de un partido con Patronato de Paraná, amistoso, a principios de febrero de 1975. Ese día, Cocco no pudo llegar al partido —viajaba en avión— y Lorenzo lo puso. Unión ganó 4 a 1 y Luque hizo dos goles. Cuando terminó el encuentro, Lorenzo se acercó a Leopoldo y le dijo: “Si usted me hace caso, va a jugar en la selección”. A los pocos meses, Luque se fue a River y Menotti lo convocó para jugar en el equipo nacional: y fue campeón mundial.