La mancha en el río Uruguay

Vinculan aparición de algas con los vertidos de Botnia

1.jpg

Sólo fueron algas pero a futuro, la situación puede ser otra.

Foto: DyN

El biólogo Norberto Oldani explicó que los efluentes de la pastera, junto a otros factores, influyeron en el florecimiento algal en la zona. Además, advirtió que de continuar la situación, podrían producirse graves daños al equilibrio ecológico.

Prensa UNL-Redacción de El Litoral

El biólogo Norberto Oldani, investigador del Intec (UNL/Conicet) es uno de los científicos santafesinos que forma parte del equipo que realiza trabajos en el marco del Plan de Vigilancia Ambiental del Río Uruguay, encargado por la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación a instituciones científicas de todo el país y universidades nacionales.

Según explicó Oldani, a la altura de la pastera Botnia se produjo una combinación entre las condiciones hidrológicas del río Uruguay que sumado al enriquecimiento de las aguas debido a los vertientes de la empresa, generó un gran florecimiento algal.

“Es una situación que no estamos acostumbrados a ver en un río, entonces llamó muchísimo la atención ver esa mancha que tiene distintas tonalidades de verde, ya que no era blanca. La gente veía como que Botnia había tirado algo distinto a lo normal, pero no fue así, sólo sigue vertiendo lo que tira siempre: nutrientes que esta vez se combinaron con otras circunstancias”, señaló el investigador.

En este sentido, manifestó que frente a la papelera finlandesa, el río posee una menor pendiente y velocidad que en el resto del Río Uruguay. Además, periódicamente por efecto de las sudestadas o por las mareas del Río de la Plata, se produce una reversión del sentido de las corrientes. “Normalmente fluye de norte a sur, pero allí, por esos factores y ante un bajo caudal, es como que se detiene y el agua queda estancada o revierte su sentido en vez de fluir hacia el mar”, detalló.

En cuanto a la floración de las algas, Oldani sostuvo que es una situación particular de ambientes con escasa velocidad de las corrientes como las lagunas o los embalses. Incluso las altas temperaturas del verano y la gran concentración de nutrientes favorecen su crecimiento. Es el caso de tramos de río donde las ciudades arrojan sus residuos cloacales sin tratamiento. “Si además esos nutrientes se dan en ambientes relativamente cerrados, se producen floraciones algales. Esto sucede en Yacyretá y, sobre todo, en Salto Grande”, continuó.

“Esta zona de Botnia está aguas debajo de Salto Grande, a unos 400 km, donde el Río Uruguay posee una gran cantidad de algas, porque se detiene la velocidad de la corriente y hay grandes cantidades de nutrientes de los líquidos cloacales arrojados por las ciudades en menor o mayor cantidad. Esas algas son arrojadas al río cuando se produce electricidad y llegan a la zona de la pastera, donde también hay un gran enriquecimiento del río, porque entre los productos químicos que tira la empresa hay altas cantidades de fósforo y nitrógeno que las favorecen. Es un fenómeno que no se dio 20 km aguas abajo, ni 50 km aguas arriba, sólo se produjo allí y llamó muchísimo la atención”, afirmó Oldani.

Mortandad de peces

Asimismo, el especialista reflexionó sobre el daño que produciría al ecosistema una proliferación de las algas a gran escala. “Las algas consumen oxígeno que durante el día vuelcan al ambiente como producto de la fotosíntesis, pero en el transcurso de la noche no se da ese proceso y se produce un déficit de oxígeno en el agua. Entonces, dependiendo de la profundidad del río, de las condiciones del ambiente y el viento, a veces no hay oxigenación y se mueren los peces”, añadió.

Sin embargo, Oldani destacó que no fue ese el panorama que se presentó en el Río Uruguay esta semana, pero sí un deterioro de la calidad del agua producto de las floraciones, que desencadena desconfianza en los turistas que usan las playas o que acuden a la zona a pescar.

“Hubo información de que había peces muertos que llevaron a Buenos Aires para hacerles análisis, pero yo no los vi. En realidad pudieron haber muerto por otra causa, no necesariamente por esto”, descartó.

Al mismo tiempo, apuntó que como parte del equipo de trabajo del Plan de Vigilancia Ambiental del Río Uruguay, se encuentra observando los problemas que podrían surgir en la repoblación de la fauna ictícola: “Esto es el principio y en el futuro veremos esto con más frecuencia y quizás aumentando en intensidad. De todos modos el río es dinámico, viene en creciente y se lleva todo. Puede haber un proceso de acumulación de los desechos de Botnia en algún lugar, no sé con qué velocidad, ni con qué frecuencia, pero indudablemente si todos los días tiran 30 ó 40 toneladas de desperdicios habrá problemas. Si hay algas y son en cantidades importantes, el equilibrio será afectado. En realidad las algas no son las culpables, sino que en realidad no hay que tirar al río residuos sin tratar. Habría que devolver al río una mejor calidad del agua. En esto no es sólo Botnia, sino los efluentes que hay aguas arriba”, culminó.

Norberto Oldani es Profesor en Ciencias Naturales, Master en Ecología Acuática Continental, Becario e Investigador Asistente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Biólogo Pesquero, Consultor de la Entidad Binacional Yacyretá e Investigador del Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (Intec).