El domingo celebrará la última misa

Una multitud recibió al padre Tomás

Según trascendió, el sacerdote será trasladado a la provincia de Córdoba. Esta noche tendrá una nueva cita con sus fieles. Ayer no realizó imposición de manos.

De la redacción de El Litoral

[email protected]

El Convento de Santo Domingo desbordó ayer de fieles seguidores del padre Tomás Olazábal. El sacerdote volvió a oficiar la misa de las 20 ante la multitud que lo despidió hace un mes atrás. Esta vez no lo hizo solo: concelebró la eucaristía junto al padre Daniel Rossi.

Apenas pisó el atrio, un aplauso ensordecedor transmitió el pedido desesperado de sus seguidores: “Que se quede en Santa Fe”, el cual fue acallado inmediatamente: “Por favor, no falten el respeto en la Iglesia”, sentenció el padre Daniel.

Tras conocerse los supuestos poderes sanadores de Tomás, la tradicional Iglesia de barrio Sur comenzó a llenarse de fieles que buscaban su bendición. Luego se resolvió trasladarlo, lo cual se concretaría el próximo domingo, tras participar de la última misa.

Mucha gente enferma, física y espiritualmente, ha acudido a él con el fin de suavizar sus dolencias. Para evitar la remoción, a principios de enero, un grupo de personas inició una cadena para juntar firmas y ya llevan reunidas más de 5.000. Además, el pasado miércoles se unieron en un abrazo solidario alrededor del convento.

“Un intermediario”

Anoche, el padre Tomás no ofició la misa, sólo leyó una lectura de las Sagradas Escrituras. Al final, cuando el público ya se estaba retirando, volvió sobre sus pasos y les pidió que formen una fila. Les aclaró que él es un simple intermediario de Dios y, esta vez, no realizó la imposición de manos, que tanto esperan los fieles, ni les marcó la señal de la cruz en la frente. Se limitó sólo a caminar entre ellos rociándolos con agua bendita.

Con fotos de familiares y allegados enfermos en las manos, algunos lloraban; otros intentaban tocarlo. “Tranquilos”, repetía el padre.

Los testimonios de fe se escucharon en todos los rincones del convento: “Vine por una promesa a Jesús de Nazaret, sin saber quién era el padre Tomás. A los tres días, una persona me pregunta si quería firmar el petitorio. Le dije que no sabía quién era y que había ido a la Iglesia porque yo no andaba bien de salud. El padre me sacó el dolor de espalda que tenía, me curó los riñones, me pasó las manos. Yo doy Fe de lo que digo”, relató una señora.

Otra mujer definió que “sus misas son especiales, realmente se siente la presencia de Jesús. Creo que él logra eso con la gente porque es instrumento, no es el que cura sino Jesús que a través de él llega a la persona”.

“Es una vergüenza que se tenga que ir”, acotó otra persona. “He notado la capacidad que tiene el padre Tomás. Por lo menos, he tenido mucha tranquilidad espiritual que antes no tenía. A muchas personas que vienen acá les pasó lo mismo cuando lo conocieron”.

“Hacía 12 años, después de un accidente, que no podía levantar los brazos. Ahora puedo ser porrista si quiero. Tengo mucha fe en él y quiero que se quede”, dijo otra mujer.

En definitiva, todos volvieron a unirse en un mismo pedido: la permanencia del padre Tomás en el convento de los dominicos de nuestra ciudad. Sin embargo, el próximo domingo deberán despedirlo y dejarlo partir. “Tengo que obedecer. El Señor sabe lo que hace”, dijo hace un mes en unas breves declaraciones que concedió a El Litoral.

///

EL DATO

Mails en Internet

“Desde hace un tiempo, tenemos en Santa Fe un sacerdote dominicano que hace verdaderos milagros. Mucha gente enferma, física y espiritualmente, acude a él con éxito para suavizar sus dolencias. Es sanador en el sentido amplio de la palabra (vidente, exorcista y curador), como lo es el Padre Ignacio de Rosario. Por esas cosas humanas de celos, quieren reemplazarlo por otro sacerdote”, reza uno de los mails que circula por Internet.

1_pa.jpg

El padre Tomás nació en San Juan. Según trascendidos su nuevo destino sería el convento que los dominicos tienen en la provincia de Córdoba.

Foto: Pablo Aguirre