En breve se concluirá el nuevo cableado en la planta baja

Se normalizan las clases en la escuela Ballarini

Semanas atrás había colapsado el sistema eléctrico del establecimiento, y por ello las clases de ambos turnos se dictaban en forma reducida. Finalmente, los alumnos volvieron desde esta mañana a sus horarios habituales.

De la redacción de El Litoral

educacion@ellitoral.com

En la entrada de la Ballarini una pizarra anunciaba la novedad: “¡Atención! Desde este lunes 13, las clases vuelven a dictarse en sus horarios habituales”. Las letras escritas con tizas de colores testimoniaban esa sensación tranquilizadora de “volver a la normalidad”, en una comunidad educativa que viene padeciendo desde hace tiempo serias dificultades edilicias, además del flagelo de la inseguridad en el barrio.

En la escuela Nº 76 Camila C. de Ballarini -ubicada en Vieytes al 5300, en el norte de la ciudad- se normalizó el horario de clases (de 7.45 a 12 horas, para el turno mañana, y de 13.15 a 17.30, para el de la tarde), que hasta el viernes pasado se había desarrollado en forma reducida . Los electricistas enviados por el Ministerio de Educación estaban terminando el cableado de la planta baja y, según lo que pudo averiguarse, el trabajo se concluiría mañana -a más tardar pasado-.

“Afortunadamente la situación de la escuela empieza a normalizarse. Nos dijeron desde el Ministerio que se irán liberando fondos escalonadamente para solucionar los innumerables problemas edilicios de la escuela. Pero la urgencia era el cableado, y los electricistas ya están terminando la primera obra en planta baja”, expresó un integrante del plantel docente. Seguidamente, continuarán el trabajo en la planta alta.

Baños en estado crítico

Cuando se interrumpió el sistema eléctrico, los pabellones sanitarios quedaron fuera de servicio, y se instalaron baños químicos en el patio de entrada -que ya fueron retirados-. Hoy los pabellones de planta baja funcionan -pese a que subsisten problemas en los desagües-, pero los de planta alta están clausurados: a partir de un recorrido que realizó El Litoral esta mañana, se constató que el cielorraso se está desprendiendo -se observan roturas y “cráteres” creados por el agua filtrada-, lo que constituye un riesgo latente. También se observaron pérdidas importantes en algunas cañerías.

“Frente al peligro que significa para los chicos un eventual desprendimiento de partes del cielorraso, los baños de planta alta están cerrados. Sería una inconciencia permitir su uso”, comentaron en la escuela.

Vidrios rotos

Otro problema: en la escuela Ballarini hay muchas ventanas rotas, “porque con frecuencia nos tiran piedras desde la calle. Hay algunos ventanales que ya están por ceder y caerse en cualquier momento. Nos cuesta mucho reponerlos con recursos propios: desde la cooperadora hacemos beneficios, pero no alcanza con lo recaudado para comprar vidrios que, según averiguamos, cuestan cerca de 400 pesos cada uno”.

El lunes 23 de marzo había colapsado el sistema de electricidad en la escuela Ballarini. Los chicos no tuvieron clases durante varios días. Éstas se reanudaron a la semana siguiente, pero en horarios reducidos. A raíz del problema eléctrico y del deplorable estado edilicio que padece la institución, la preocupación llevó a padres y cooperadores a elevar sus reclamos al Ministerio de Educación para que tome intervención en el asunto. Finalmente hoy ha comenzado a normalizarse la situación escolar, con el cableado eléctrico nuevo. Pero aún queda mucho por hacer.

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En la escuela Ballarini las clases vuelven a dictarse en sus horarios normales, pero los graves problemas edilicios persisten: aquí se observa el estado deplorable del cielorraso en un aula, sobre las cabezas de los alumnos.

Foto: Néstor Gallegos

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EL DATO

Horas perdidas

Aún no se sabe cómo se recuperarán esas horas perdidas durante los días de clases con horarios reducidos. “Creemos que esto se llevará a cabo a fines de año, durante las clases de apoyo. Pero esta cuestión se tendrá que discutir y acordar”, informaron desde la escuela.

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ADEMÁS

Inseguridad y miedo

La escuela Ballarini enfrenta a diario otro problema: el de la inseguridad. “Tenemos miedo y estamos preocupados porque nos arrojan piedras durante los fines de semana”, comentaron desde la institución. Además, al funcionar una oficina de Defensoría del Pueblo -en un sector del establecimiento escolar-, “los chicos del turno tarde debieron presenciar una fuerte pelea entre dos familias. Quedan expuestos a situaciones violentas”.

“Tuvimos un efectivo policial que hizo guardia durante las 24 horas, luego de que se hiciera pública la situación de la escuela a través de los medios locales. El servicio se fue recortando por falta de presupuesto, nos dijeron: de 24 horas pasó a controlar desde las 18.30 a 7 de la mañana y, finalmente, se levantó la seguridad el viernes pasado. Tenemos temor”, expresaron desde la institución.