Calentamiento climático

Científicos quieren almacenar

dióxido de carbono bajo tierra

Los ecologistas aseguran que el dinero invertido para el proyecto debería servir para abandonar totalmente las energías fósiles en favor de las de fuentes renovables.

Científicos quieren almacenar dióxido de carbono bajo tierra

Los gases de efecto invernadero que producen las industrias podrían ser capturados para después ser inyectados en las profundidades de la tierra.

Foto: ARCHIVO EL LITORAL

 

 

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AFP-EFE-Télam

Científicos reunidos en Nueva York elogiaron los méritos de un audaz proyecto experimental consistente en capturar los gases de efecto invernadero y almacenarlos bajo tierra, para impedir que grandes contaminadores, como China y Estados Unidos, sigan dañando el clima del planeta.

El proyecto, denominado Captura y Secuestro de Carbono (CCS) está a la vanguardia de las iniciativas dirigidas a reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera.

Esta tecnología ya existente, pero muy poco experimentada, consiste en capturar las emisiones contaminantes de las usinas o centrales a carbón que emiten CO2 y, en lugar de dejarlo dispersarse en la atmósfera, inyectar estos gases en las profundidades de la Tierra.

A pesar de haber un gran interés, los costos elevados y las dudas que subsisten sobre la seguridad del proyecto han hecho que haya apenas unas pocas experiencias en curso. La primera central de carbón que utiliza la tecnología CCS abrió el año pasado en Alemania.

Un grupo de empresas del sector energético, investigadores y representantes del Estado de Nueva York, se reunieron en la Universidad de Columbia para tratar ese tema, por lo que se espera que ese Estado se convierta en un pionero en la materia.

“Tenemos la oportunidad de mostrar una nueva tecnología que podría ser revolucionaria para todo el mundo”, declaró en esta reunión Paul DeCotis, responsable adjunto de política energética de Nueva York. “Nos gustaría mucho poder exportar esta tecnología al resto del mundo”, agregó.

Las autoridades apoyaron una prueba de CCS en una central de carbón en Jamestown, en el norte del Estado, pero se necesitarán nuevas reglamentaciones y financiamientos antes de que el proyecto pueda ser lanzado.

Los expertos reunidos en el Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia están convencidos de que este método puede salvar el planeta, cuando las economías se vuelven cada vez más hacia el carbón como alternativa al petróleo, más barata pero más contaminante.

Según Jeffrey Sachs, director del Instituto de la Tierra, el CCS será crucial para países como China e India.

China, que construye una central de carbono por semana, superó a Estados Unidos en emisiones de gases de efecto invernadero, el 80% de los cuales está vinculado al carbón, indicó Sachs. En el caso de India, la cifra llega al 70%.

Algunos grupos de ecologistas, como Greenpeace, se interrogan sobre la utilidad del CCS, afirmando que el dinero invertido debería servir para abandonar totalmente las energías fósiles en favor de las de fuentes renovables, como la solar y la eólica.

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ADEMÁS

Advierten que las plantas capturarán menos CO2

Una investigación de la colombiana Lina Mercado ha demostrado que a medida que se reduce la contaminación en la atmósfera también disminuye la capacidad de las plantas para capturar dióxido de carbono (CO2), descubrimiento “que tiene que tenerse en cuenta en la lucha contra el cambio climático”.

Mercado, miembro del Centro de Ecología e Hidrología de Wallingford (Inglaterra), explicó que su estudio concluye que las plantas han realizado una mayor fotosíntesis -y por tanto, capturan más CO2- gracias al mayor nivel de polución ambiental de los últimos años.

Esta contaminación ha provocado lo que se conoce como “período de oscurecimiento global”, registrado desde finales del siglo XX, ya que la radiación solar directa que llega a la superficie terrestre ha disminuido y ha aumentado la llamada “radiación difusa”, según el estudio, publicado por la prestigiosa revista “Nature”.

Este tipo de radiación es el que topa con las partículas de contaminación que flotan en el aire y hacen que cambie de dirección.

Las partículas son mayoritariamente “sulfatos generados por la actividad humana, como la combustión de bosques, el motor de los coches...”, precisó Mercado.

Por ello, contrariamente a lo que se pensaba, las plantas no realizan menos fotosíntesis en un ambiente contaminado, sino que ocurre justo lo contrario.

“La investigación concluye que esta polución tiene un efecto positivo, por lo que si intentamos reducirla hay que tener en cuenta que también habrá que disminuir nuestras emisiones de carbono, ya que las plantas absorberán menos”, subrayó la científica colombiana.

Mercado y sus compañeros han demostrado que la radiación difusa registrada entre 1960 y 1999 aumentó la capacidad de las plantas de capturar CO2 en un 25 por ciento.