Es un proyecto novedoso en la provincia y el país
Funciona una escuela de acuicultura en Alto Verde
Es una secundaria técnica que enseña esa especialidad. La meta es enseñar a los chicos de la zona desde la cría de sábalos en cautiverio hasta el proceso de desposte y enfriado.

Los chicos se ocupan de medir los peces, entre otras actividades relacionadas con la acuicultura.
Foto: Gentileza escuela
Mariela Goy
mgoy@ellitoral.com
La única secundaria técnica especializada en pesca y acuicultura de agua dulce del país funcionaría en nuestra provincia. Se trata de la escuela de enseñanza técnica Nº 645 Martín Jacobo Thompson ubicada en el paraje La Boca, un lugar agreste y rodeado de río al que se accede por Alto Verde.
Desde el año 2007, el establecimiento consiguió la resolución del Ministerio de Educación para comenzar a desarrollar la primera tecnicatura de nivel secundario de la provincia en Pesca y Acuicultura, adaptando su oferta académica a los requerimientos del medio geográfico y social en que está inserta. Alto Verde es un distrito isleño donde muchos de sus habitantes se dedican a la pesca de las especies autóctonas del río Paraná.
El logro conseguido por la escuela 645 es el resultado de varios años de planificación, investigación y esfuerzos de directivos y profesores que culminó en este proyecto formativo de interés regional.
“Se cambió la modalidad de la escuela que era agropecuaria y pasó a ofrecer la tecnicatura en pesca y acuicultura. Con mucho esfuerzo, logramos la autorización ministerial y el título tiene competencia desde el 2008, año en que se graduó la primera promoción de alumnos con esa especialización”, explicó Pedro De Martino, a cargo de la dirección escolar.
Desde entonces, la escuela viene creciendo en infraestructura, equipamiento y propuestas académicas relacionadas con la investigación y la producción acuícola. “Cada pasito que damos es producto de la creatividad y del trabajo del plantel docente que es muy capaz. Este proyecto es un desafío para nosotros dado que no hay modelos de comparación en el país. Tenemos entendido que existen tecnicaturas de nivel superior pero ninguna escuela media con esta especialidad, por lo menos, en lo que se refiere a aguas continentales (dulces)”, dijo orgulloso el director.
Proyecto ambicioso
La mayoría de las escuelas agrotécnicas se formaron bajo el modelo de “aprender haciendo”. Es decir, la explotación productiva como metodología de enseñanza-aprendizaje. Si bien esta escuela de Alto Verde viró del agro a la acuicultura, el espíritu sigue siendo el mismo: que los chicos aprendan y adquieran experiencia en el hacer.
La propuesta de ofrecer capacitación en acuicultura está ligada con una problemática generalizada en el valle del río Paraná como es la sobreexplotación del recurso pesquero, situación que obliga a la veda de especies en determinadas temporadas. “La idea es enseñar a los alumnos una actividad productiva como es la cría de peces en cautiverio para que sus familias puedan llegar a tener una posibilidad de subsistencia en época de veda”, indicó De Martino.
Un convenio con la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y con la empresa frigorífica Pesquera Santa Fe, de carácter privado, permitió construir dos piletones de 10 por 30 metros para ensayar el cultivo y reproducción de sábalos. La escuela ya contaba con tres estanques más chicos (dos de hormigón y otro de tierra) donde se albergan especies autóctonas para el engorde.
Hace poco el frigorífico proveyó a la institución de 1.500 sábados de 10 cm, que sirven para que los alumnos investiguen y ensayen alternativas de alimentación. Pero el proyecto es aún más ambicioso. Ahora, consiguieron fondos para instalar una cámara de frío y sala de limpieza de peces, que se ubicarían junto al galpón de alevinos, donde se desarrollará los primeros estadíos de la cría.
“Queremos que nuestros alumnos tengan una simulación laboral en todo el proceso, es decir, que hagan cultivo y cría de peces, pero además aprendan sobre: enfriado, despostado, limpieza y fileteado, para que puedan trabajar en alguna empresa de ser necesario”, sostuvo el director.
Aclaró que la escuela no comercializará ni será proveedora de sábalos, sino que “generará los conocimientos y tecnologías apropiadas para que los pequeños pescadores de la zona puedan tener una alternativa en época de veda. Nosotros buscaríamos la forma más económica de criar sábalos en cautiverio y la trasladaríamos a la gente; esa es nuestra meta”.
Hay otro desafío importante para la escuela. Que los hijos e hijas de familias de pescadores artesanales sientan que la pesca no es sólo una actividad de subsistencia como lo fue para sus padres o abuelos. Que comiencen a valorarla y puedan pensarla como una salida laboral y económica interesante.
Seguir creciendo
El bello paisaje agreste de La Boca, con su cercanía al río y vegetación autóctona, es inmejorable para desarrollar esta propuesta educativa relacionada con la acuicultura. La escuela posee un amplio predio que se ha ido adaptando a la nueva modalidad, a medida que se consiguió el dinero necesario para hacer las obras.
Sus 180 estudiantes ven el progreso de la institución creada hace 25 años. “Echamos mano a todos los programas y organismos que otorgan subsidios con el objetivo de mejorar la institución”, destacó De Martino, tras enumerar lo conseguido hasta el momento.
Se usaron varias líneas de los Planes de Mejora para la educación técnica destinada por el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (Inet), que es un fondo presupuestario creado por ley. En total se consiguió cerca de 1 millón de pesos en distintos planes con los que se compró equipamiento de laboratorio de última generación para que los alumnos midan el oxígeno disuelto en el agua, la temperatura, el pH, la conductividad eléctrica, entre otras adquisiciones. El último proyecto aprobado por el Inet es para la instalación de una cámara de frío y sala de limpieza de pescado que se construirá antes de fin de año.
También consiguieron que el Ministerio de Educación de la provincia edifique, con un presupuesto de 780.000 pesos, el laboratorio de ciencia, un sector administrativo y un aula. Todo el sector se terminaría de construir en mayo. Asimismo, a través del Programa de Mejoramiento del Sistema Educativo (Promse), que es nacional, se obtuvo una sala de computación totalmente equipada.