Fue presentado por el Arzobispado de Santa Fe

Un Ideario Educativo para

orientar a escuelas católicas

Es un conjunto de principios que guiarán los proyectos educativos institucionales de los colegios católicos de la arquidiócesis. Contiene una determinada visión del hombre, del mundo, de lo religioso y de la educación.

De la redacción de El Litoral

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El Arzobispado de Santa Fe presentó el Ideario Educativo, un conjunto de principios destinados a orientar la vida y el quehacer escolar de las escuelas católicas de la arquidiócesis. Esta herramienta pastoral, compilada en 30 páginas, será un referente imprescindible para que las escuelas elaboren sus proyectos educativos institucionales y definan las metas y medios para alcanzarlos.

La presentación estuvo a cargo del arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, y contó con la presencia del gobernador Hermes Binner. El acto se realizó ayer ante una numerosa audiencia conformada por representantes legales, directivos, docentes y delegaciones de alumnos de escuelas católicas que colmaron la Sala Garay del Colegio Inmaculada.

El trabajo fue fruto de un proceso iniciado el año pasado, con consultas a los colegios y devolución de aportes de todas aquellas instituciones que quisieron participar, además del asesoramiento de especialistas. Un equipo se encargó del análisis y compatibilización del texto final que servirá de guía a los colegios religiosos.

Monseñor Arancedo señaló a la audiencia que el ideario era “una deuda” no sólo con nuestras escuelas sino con la sociedad. “Parecería que teniendo el Evangelio, la Iglesia no necesitaría otro ideario. Sin embargo, la Iglesia es siempre en tiempo presente. Tenemos una responsabilidad para que aquello que es permanente tenga su actualización; y por eso, este ideario hoy en Santa Fe es un acto de madurez y responsabilidad educativa”, señaló.

“No se trata de un dogma que no cambia nunca -aportó Arancedo-, pero sí es un conjunto de principios fundantes y sustantivos, llamados a orientar cada proyecto educativo en lo propio de cada escuela. Es, por tanto, una carta de identidad para conocer y dar a conocer la pastoral educativa de la Iglesia en la arquidiócesis y en la sociedad”.

Si bien la educación se enriquece en lo diverso, consideró que “es triste cuando se quieren borrar las identidades, que son fruto de esa riqueza de la dignidad del hombre que en su vida, en su fe y su trabajo se va expresando”.

Aunque el ideario está dirigido principalmente a las escuelas arzobispales y parroquiales, monseñor invitó también a los colegios congregacionales a adherir al mismo. Luego de su discurso, un panel se encargó de explicar en detalle en qué consiste este texto orientativo.

Contenido

El presbítero José Luis Ayala, delegado episcopal para la Educación, indicó a El Litoral que el ideario es una suerte de “carta de presentación” de las escuelas católicas de la arquidiócesis, a partir del cual deberán plantear el proyecto educativo institucional (PEI) y el Proyecto Curricular Institucional (PCI). “No se puede hacer ninguno de los dos, si uno no tiene el ideario. Por eso, frente a esta nueva reforma educativa producto de la Ley Nacional de Educación, hemos decidido confeccionarlo para que las escuelas puedan plantear todas sus estrategias pedagógicas en función de nuestro ser particular de institución católica”, destacó.

Por su parte, la Prof. Claudia Bejarano resumió brevemente el contenido del ideario educativo que está organizado en cuatro dimensiones. La primera sobre la persona (a quién educamos), donde se desarrollan los fundamentos antropológicos, filosóficos y teológicos desde los cuales educar. La segunda dimensión de la acción y de los medios: cómo educamos, bajo qué concepción educativa, cómo organizar la escuela católica y el clima institucional que la define. La tercera dimensión de los fines (para qué educamos) donde se desprende que la escuela católica debe educar “desde y hacia” la inteligencia, voluntad y afectividad. Por último, la respuesta a la pregunta dónde educamos, a través de 12 premisas que ven a la escuela como una comunidad evangelizadora y evangelizada. Además de Bejarano, integraron la comisión que elaboró el ideario los siguientes profesores y especialistas: José Medei, Graciela Grippo de Vizcaíno, Stella Maris Cappiello y Huberto Hajdasa.

Un Ideario Educativo para orientar a escuelas católicas

Monseñor Arancedo manifestó que el ideario es una “carta de identidad” de lo que es la escuela católica en la arquidiócesis de Santa Fe.

Foto: Guillermo Di Salvatore

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ADEMÁS

21 años de obispo

El arzobispo José María Arancedo cumplió ayer 21 años de ordenación episcopal. “En el año 1988, en Lomas de Zamora fui ordenado obispo. Estuve allí de auxiliar por 3 ó 4 años, después me trasladé a Mar de Plata, donde permanecí 11 años y llevo 6 en Santa Fe”, recordó.

—¿Qué balance hace de sus años como arzobispo de Santa Fe?

—Llegué en momentos muy difíciles, con la inundación en 2003, pero gracias a Dios me siento muy cómodo con la gente de acá. Quiero agradecerles a los santafesinos que me han recibido, me acompañan y a quienes trato de servirlos desde mi tarea de obispo.

—Recibió una Iglesia herida no sólo por la inundación sino por el caso Storni. ¿Cree que esas heridas van sanando?

—Sí, creo que sí porque la Iglesia siempre mira la verdad, que está adelante de nosotros no atrás. Cuando ponemos mucho el ancla en el pasado corremos el peligro de perder la imagen profeta de crear el futuro. Y Santa Fe es una diócesis que sigue trabajando, sin complejos; si ha habido dificultades se van sorteando, se va reconstruyendo. Este año entraron 7 chicos al seminario y eso habla de una Iglesia que apuesta al futuro.

—Otra vez se pone sobre el tapete el tema del celibato ¿Cuál es su postura?

—Me formé en la idea del sacerdocio como una entrega total, al modo de Jesucristo. Por lo tanto no me siento ni solterón ni es un problema para mí el celibato, al contrario, lo vivo como una posibilidad de entrega, de libertad. Creo que es una riqueza que la Iglesia defiende. Comprendo que es una ley eclesiástica, pero no creo que vaya a haber más sacerdotes porque se saque el celibato. El tema pasa más por una actitud de fe y de entrega totalizante a un ideal. Hay Iglesias orientales donde los sacerdotes se casan y tienen un problema mayor que nosotros en cuanto a vocación, así que no creo que pase por ahí la discusión.