LABOR EDUCATIVA DEL MOVIMIENTO LOS SIN TECHO

Jardines maternales para los pequeños

Son 19 y funcionan en distintos barrios. Una actividad que busca estimular a los niños de contextos desfavorecidos desde edades tempranas.

Hace 15 años, el Movimiento Los Sin Techo comenzó a trabajar con el proyecto de los jardines maternales, convencido de que cuanto más temprana y oportuna sea la estimulación del niño, mejor será su crecimiento y desarrollo.

Paulatinamente, se fueron creando guarderías hasta llegar a las 19 existentes en distintos barrios periféricos, dos de las cuales son preescolares obligatorios autorizados para funcionar como jardines privados, aunque gratuitos. En total, 650 chicos de entre 2 y 5 años concurren a las salitas de Los Sin Techo para jugar, charlar, ensuciarse, explorar, aprender... y alimentarse.

“El fundamento que dio origen a estos jardines es intentar combatir los daños que causa la pobreza en la niñez marginada”, señaló Nilda Díaz, coordinadora de los jardines maternales del movimiento.

Aseguró que las investigaciones científicas han demostrado que la mayor parte del desarrollo cerebral ocurre durante los primeros años de vida. Es en ese pequeño lapso cuando los chicos adquieren la capacidad de pensar, hablar, aprender y razonar; y además se forman los fundamentos del comportamiento social que los marcarán toda la vida adulta.

“Si pensamos en los niños que viven en nuestras villas, deberíamos redoblar los esfuerzos para ofrecerles los mismos estímulos que brinda una familia que puede pagar un jardín o una escuela privada en edades de escolaridad no obligatoria”, sostiene la profesora Díaz. Según un relevamiento de la Encuesta Permanente de Hogares (2005) la asistencia a las salas de 3 años es del 63 % en el quintil más rico de la población, y apenas del 13,6 % en el quintil más pobre.

“Nuestra idea fue extender la educación a edades menores porque veíamos que el chico llegaba al 5to. o 6to. grado y, al no poder aprender los contenidos, repetía y se tornaba en desertor. Además, hay una gran cantidad de niños desnutridos porque duermen hasta el mediodía y se pierden el desayuno. Al venir al jardín, desayunan, almuerzan y gastan energías, lo que es bueno para recuperar el peso”, sostuvo Díaz.

Objetivos y actividades

Entre las experiencias exitosas se cuenta la “matronatación”, que es una actividad que pone en contacto a los niños, junto con sus mamás, en sus primeras experiencias con el agua. Otros jardines tienen computadoras o los chicos se cruzan a centros informáticos de Los Sin Techo. También hay salitas en Alto Verde con el método Montessori y cada tanto hacen visitas para salir del barrio e integrarse con otras escuelas de distinto contexto social.

El objetivo primordial es promover el desarrollo de la inteligencia del pequeño, desarrollar su integración en otros espacios sociales, estimular hábitos de convivencia, educar en valores. “Partimos de lo que el niño trae de su contexto sociocultural, su familia, sus conocimientos. Tenemos en cuenta eso y de ahí particularizamos las experiencias”, sostiene Díaz.

Las salitas cuentan con maestras jardineras que trabajan junto a las “mamás cuidadoras” que son mujeres que viven en el barrio y se convierten en referentes de consultas de las familias.

Jardines maternales para los pequeños

No son sólo guarderías: las actividades están planificadas, secuenciadas y acordes a la edad y necesidades de los grupos.

Foto: Luis Cetraro