Llegaron cuatro estudiantes galos a la facultad regional
Llegaron cuatro estudiantes galos a la facultad regional
Historias de aquel lado del
mundo: franceses en la UTN
Provienen de la Université de Technologie de Belfort -al este de Francia- y estudiarán ingeniería industrial durante seis meses en nuestra ciudad. Por su marcado perfil universitario y buen nivel académico, Santa Fe es un polo de atracción para estudiantes del exterior.
Damien, Michaël, Jessica y Aurélien, los estudiantes franceses que llegaron a Santa Fe para continuar sus estudios en la UTN Santa Fe.
Foto: Amancio Alem
De la redacción de El Litoral
Damien (20), Jessica (22), Michaël (24) y Aurélien (23), estudiantes franceses de intercambio llegados a la UTN Santa Fe, entran a la cantina de “El Cordobés” -mítico lugar de reunión de la muchachada universitaria- y se sientan alrededor de una mesa, en la que aún quedan restos de servilletas y migas. El aroma del café inunda todo el lugar. Se inhiben un poco al ver el grabador, y más cuando el fotógrafo empieza a disparar los primeros flashes de su cámara. Uno de ellos rompe el hielo con un español escaso pero perfectamente entendible: “¡Ustedes, cómo usan el “che’!”, bromea. De a poco, la barrera idiomática se diluye, las diferencias de origen se suavizan y se empieza a hablar -periodista argentino y estudiantes franceses- en un mismo código, sin distancias culturales.
Los cuatro jóvenes estudian la carrera de Ingeniería Industrial en la Université de Technologie de Belfort, Francia, y llegaron a la facultad regional mediante un programa de intercambio estudiantil de seis meses. Una vez concluido ese plazo y con la carrera avanzada, con otra perspectiva del mundo y el acopio de las experiencias vividas por estas pampas, volverán a Francia para culminar sus estudios.
“La ciudad de Santa Fe nos ha recibido muy bien. La gente es muy abierta y amable. Y la relación con los compañeros ha sido excelente, nos hemos sentidos cómodos dentro del aula. Los chicos nos aceptan y tratan de integrarnos”, cuentan los jóvenes a El Litoral. Ellos habían empezado a estudiar el español antes de emprender viaje a nuestro país, y por eso lo hablan bien. En una carrera con tantos tecnicismos y conceptos complejos, un buen manejo del idioma era imprescindible. “Además, notamos que el nivel académico aquí es muy bueno”, aseguran.
“El campo laboral de los ingenieros es amplio. Allá en Europa y aquí también, según pudimos saber. Hay mucha demanda de profesionales en distintas disciplinas. Con un poco de suerte se puede conseguir un trabajo en pocos meses”, dicen entusiasmados, aunque admiten que, en algunas materias, la carrera se vuelve muy difícil.
Intercambistas
El fenómeno de los estudiantes de intercambio -aquellos que buscan ingresar a algún programa de para continuar sus estudios por un tiempo en alguna universidad de América y luego retornar- se ha extendido por toda Europa. “Ocurre que en todo el Viejo Continente hay muchas universidades y colleges que ofrecen estos programas estudiantiles. Entonces se hace mucho más fácil, hay estímulos institucionales para que los estudiantes puedan viajar al exterior. También hay muchos programas de becas, ayudas para conseguir prácticas laborales en otros países”, afirmó uno de los entrevistados.
Al final de la charla, una pregunta que ninguno quiso dejar de responder: ¿Qué es lo que más les ha gustado de la Argentina y de Santa Fe? Los cuatro estudiantes franceses -quienes ya conocieron buena parte del país y fueron cautivados por los paisajes de la Patagonia- coincidieron casi al unísono: “El asado, el mate (dulce) y la cerveza”. Nuestras debilidades mundanas no conocen de fronteras.
además
Crisis e inmigración
“La gente está preocupada y con mucho miedo por esta crisis financiera internacional, no sólo en Francia, sino también en otros países. Allá se nota más que aquí”, comentó Aurélien.
-¿Y cómo se vive el problema creciente de la inmigración ilegal?
-Es un problema social muy complejo en Francia y en otras naciones de Europa. A diferencia de su predecesor, el presidente Sarkozy ha impulsado leyes mucho más restrictivas, más duras para los inmigrantes, sobre todo los que llegan del norte de África, desde Marruecos o Argelia.
Antes había mediadores sociales que intervenían y asistían a los inmigrantes. Hoy esos mediadores se convirtieron en policías. Para mí esa no es la mejor solución, pero para el francés promedio es muy importante el tema de la inseguridad. Lamentablemente esta problemática se agrava con el racismo y la violencia, y no hay visos de solución.