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Afroargentinos en busca de sus orígenes

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el escritor y periodista Jean Arsene Yao.


La comunidad de descendencia africana en Argentina es poco conocida. Una de las dos agrupaciones que trabaja la temática en el país, está en Santa Fe. Ahora, un libro pone luz sobre este colectivo.TEXTOS. ISABEL MARTÍNEZ PITA. FOTOS. EFE REPORTAJES.

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Lucía Molina, presidenta de la Casa Indo-Afro-Americana de Santa FE.

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Tambores del Litoral, en la Casa de la Cultura Indo-Afro-Americana.

La comunidad negra en Argentina ha sido una de las más ignoradas en el continente americano. En la actualidad, esos hombres y mujeres que hace años eran evidentemente negros han ido diluyendo su color con el paso del tiempo y la descendencia procedente de su unión con otras razas. Pero, en todo caso hay rasgos que son distintivos de este origen.

“En Buenos Aires no es difícil encontrarse con gente blanca pero con rasgos africanos, la nariz chata o los labios más gruesos, este pequeño toque de africanidad que lo sigue habiendo”, dice el escritor y periodista Jean Arsene Yao.

Yao, nacido en Costa de Marfil, doctor en Historia por la Universidad de Alcalá de Henares (España) y especializado en la temática afroamericana, ha dedicado siete años al estudio de la presencia negra en Argentina.

Fruto de esa investigación científica ha sido la obra que acaba de presentar, “Los afroargentinos”. La razón que le llevó a estudiar la presencia de la población de esta raza en el país austral fue precisamente la contradicción que existía entre la historia de los esclavos africanos y las declaraciones de los personajes que han conformado la hipotética historia en Argentina.

El mito de la Argentina blanca

- ¿Cómo surge este libro?

-Este libro es el resultado de una investigación científica que surgió a raíz de mi tesis de licenciatura, durante la cual descubrí que se decía que en Argentina no había negros, cuando por la historia general de América, tanto del norte como del sur, sabía que todo el continente americano había recibido población africana negra, particularmente a través de la esclavitud y que precisamente y, sin embargo, en ese país se le había dado cobijo”.

- ¿Ha habido alguna motivación política para negar este hecho?

- Con este estudio, quise saber si era cierto que se había desarrollado un mecanismo ideológico político y social para ocultar esta presencia negra.

En el libro se desarrolla y se demuestra que en el siglo XIX la elite decimonónica de los próceres argentinos, a través de sus discursos, han desarrollado el mito de la Argentina blanca sin negros.

En 1883, José Ingenieros, uno de los sociólogos más importantes de Argentina ya decía que en Buenos Aires no había negros por la calle, que ver un negro era objeto de curiosidad y Domingo Faustino Sarmiento, a principios de 1900, afirmaba que en los diez siguientes años no habría afroargentinos y que aquel argentino que quería ver un negro tenía que ir a Brasil. Más recientemente, en 1995, el presidente Carlos Menem manifestó que en Argentina no existía el “problema” de las personas de piel negra.

UNA COMUNIDAD VIVA

- ¿Se mantiene viva la comunidad negra en Argentina?

- Hasta los años “70, en Buenos Aires existía el Shimmy Club, discoteca y lugar de ocio donde se reunían los afroamericanos, cuando se había predicho su desaparición en 1873. O sea que desde muchos años atrás ya se habían preparado las mentalidades para que eso ocurriera, o por lo menos que las elites desearan que Argentina se pareciera a una nación blanca sin negros.

En la actualidad, existen dos asociaciones importantes. La primera es la asociación África Vive en Buenos Aires, dirigida por María Magdalena Lamadrid, cuya asociación lucha contra los escasos recursos de la gente de su grupo, tanto en el país como en el exterior.

La segunda es la Casa Indo-Afro-Americana, fundado por Lucía Molina en Santa Fe, que organiza y participa en numerosos congresos y encuentros internacionales sobre los afroamericanos en Argentina y en el exterior.

- ¿Cuál es el porcentaje de afroargentinos?

- Según esta última asociación, se habla de en torno a medio millón de personas con descendencia africana, aunque personas de piel negra hay menos. La mayoría son mulatos o casi de piel blanca, descendientes de europeos.

POR LA IDENTIDAD

- ¿Cómo llegaron los africanos hasta Argentina?

- Fueron los esclavos los que llegaron a América, a través del comercio negrero que en el siglo XVIII tuvo un gran auge. Aunque la cifra no se puede determinar a ciencia cierta porque al margen de la trata de los negros controlada por la corona española en el virreinato de lo que era el Río de la Plata hubo mucha introducción de esclavos negros de manera ilegal. Los investigadores que han desarrolla sus estudios sobre este tema a lo largo de la historia no lo han podido cuantificar.

- ¿Cuál es la finalidad de su libro?

- Este es un trabajo que pone de relieve la existencia de los afroargentinos que siguen existiendo a pesar de la historiografía oficial que afirma que desaparecieron en el siglo XIX como una comunidad viva. Yo quiero contribuir a esa labor de identidad. Soy negro de piel, de mentalidad y de origen. No voy a decir que estoy orgulloso de ser negro porque eso es una tontería. Yo creo que no tengo ninguna necesidad de afirmarme porque a la legua ya se sabe quién soy.

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La presencia de africanos en latinoamérica ha sido motivo de interés por parte de estudiosos.

Una comunidad que “no se ve”

La presidenta de la Casa de la Cultura Info-Afro-Americana, Lucía Dominga Molina, explica que “en realidad no se conoce (nada acerca de la vida de los negros en el país) porque fue sistemáticamente callado a través del tiempo. Pero existen hasta el día de hoy descendientes de los africanos esclavizados, que llamamos afrodescendientes. También tenemos nuevas inmigraciones africanas y sus descendientes, llamados afroargentinos. Estas inmigraciones se dieron a fines del siglo XIX y principios del siglo XX y a mediados del siglo XX”.

“Mucho se dice, se conoce y se estudia sobre la inmigración europea en Argentina. Sin embargo, la ciudad de Buenos Aires fue uno de los principales puertos donde llegaron los barcos que partieron del continente africano. Según el padrón de 1778, de un total de 210 mil habitantes, por lo menos 80 mil eran negros, mulatos y sambos. Hacia 1810, uno de cada tres porteños era negro. La historia oficial niega la presencia de la población africana en nuestras raíces. Una fuerte política de invisibilización y de genocidio impulsada en el siglo XIX da cuenta de ello. Sin embargo la resistencia negra, acá en Argentina, no solo se da a través de las comunidades afroamericanas y afrodescendientes que se encuentran principalmente en Buenos Aires, sino también a través de la cultura afro que fortalece una cosmovisión del mundo diferente”, explica.

“Sobre afrodescendientes y afroargentinos no se sabe nada porque se planteó y se ejecutó una política sistemática de invisibilización Es un proyecto político de nuestros gobernantes de la Generación del 36 y de la Generación del 80, donde se pasó a afirmar que nosotros los argentinos somos descendientes de europeos. En nuestros planes educativos no está contemplada la temática. Y es necesario que lo sepamos: porque tenemos que saber que en las escuelas de los barrio alejados, la mayoría de las personas son indígenas o afrodescendientes”, expresa Molina.

Por otra parte, Molina acota que la población negra es parte fundacional del sistema capitalista. “Durante el siglo XVIII llegamos a ser un tercio de la población. En Santa Fe alrededor de un 40 o 45%. En Tucumán, un 64%. Muchas familias, sobretodo en Buenos Aires, hicieron su fortuna gracias a la compra y venta de esclavos.”

Fuente: enredando.org.ar