Tras la huella de los primeros europeos en el Río de la Plata
Tras la huella de los primeros europeos en el Río de la Plata
Entre otros objetos se recuperaron fragmentos de cerámica, cuentas de collar y dados de hueso que datan de los pasos iniciales de la colonización española en estas latitudes. Estarían relacionados con la llegada de Sebastián Gaboto en 1527.
Juan Ignacio Novak
Puerto Gaboto (Enviado especial)
El espacio físico donde se desarrollan las investigaciones poco tiene que ver con la idea que un visitante ajeno al tema puede tener de un sitio arqueológico: una vivienda humilde al frente con un amplio patio trasero, muy parecida al resto de las casas emplazadas en el extremo sur de la planta urbana de Puerto Gaboto. Sin embargo, en ese preciso lugar, un grupo de investigadores que lleva más de dos años de trabajo de campo en la zona descubrió varias piezas arqueológicas que, según precisaron, corresponden al período temprano de la colonización europea.
De hecho, los vestigios tendrían vinculación con la llegada del explorador Sebastián Gaboto y la fundación del fuerte Sancti Spiritu, al que la documentación histórica señala como el primer asentamiento europeo en el Río de la Plata. “Durante mucho tiempo este conocimiento fue sobre documentación histórica y la idea de esta iniciativa era recuperar evidencias materiales que aporten nueva información desde la perspectiva arqueológica”, explicó Gabriel Cocco, uno de los investigadores al frente del trabajo.
Las principales evidencias recuperadas hasta el momento consisten básicamente en cerámica vidriada, mayólica (loza con esmalte metálico), una vasta cantidad de cuentas de collar venecianas de distintas variedades y dados confeccionados en hueso, aparentemente usados en momentos de ocio. “Todas esas evidencias nos han llevado a mantener la hipótesis de que en este lugar se encontraba el asentamiento español y que las mismas corresponderían al asentamiento de Sebastián Gaboto”, señaló Cocco. Recientemente se sumaron a la lista de objetos desenterrados algunos restos óseos, pero el mismo carácter reciente de este hallazgo impide dar, todavía, mayores precisiones.
A través de trabajos específicos se detectaron a su vez una serie de anomalías no naturales ubicadas en el subsuelo del terreno que estarían relacionadas con antiguas estructuras erigidas en el lugar. En este sentido, Cocco señaló que “nos interesa ver cómo siguen las estructuras que hemos encontrado y detectar distintas áreas de actividad que puedan corresponder a habitaciones dentro del fuerte o a ocupaciones de ese momento o posteriores”.
Con la puesta en marcha de este proyecto, que cuenta con financiamiento del Consejo Federal de Inversiones (CFI), también se logró desentrañar dentro de este predio -denominado sitio Eucaliptus- información significativa sobre las culturas originarias, en la medida en que se pudieron sacar a la luz numerosos indicios de grupos aborígenes que habitaron en la región. Varios de estos objetos permitirán indagar la incipiente interacción cultural entre los primeros europeos que pisaron este suelo y los indígenas.
“Superó las expectativas”
El hallazgo trasciende los límites de la población de Puerto Gaboto, e incluso de la provincia de Santa Fe, fundamentalmente porque remite al arribo de los españoles a esta parte de América, dando inicio a una instancia de exploración que luego va a derivar en el complejo proceso de ocupación y posterior colonización europea en estas tierras.
“Es un momento clave en la historia, donde se produce un conflicto muy grande entre europeos y las poblaciones que habitaban este lugar. Ésta es una forma de analizar un proceso mucho más complejo y amplio en un sitio arqueológico”, señaló Gabriel Cocco. Y añadió que “hay evidencias de uno de los primeros contactos entre los españoles y los americanos, y eso le da una importancia a nivel cultural, histórico y social”.
Al trazar una evaluación del saldo que dejan los más de dos años de trabajo, Gabriel no vacila en señalar que “superó las expectativas”.
“Teníamos la idea de que íbamos a encotrar mucho material indígena y algunos restos de material europeo por el tiempo que estuvo el fuerte y por como terminó, incendiado y posteriormente saqueado. La idea era encontrar evidencias europeas pero no tantas como estamos encontrando ahora”, remarcó.
Bajo la premisa de que la investigación arqueológica es, por regla general, un proceso a largo plazo la proyección de aquí en más consiste, para el grupo de investigación, en terminar esta etapa del proyecto y luego intensificar los trabajos, continuar la excavación y ampliar las investigaciones para obtener “un mayor número de evidencias que nos permitan ampliar el conocimiento”. Sin embargo aún no está diagramado ni definido cómo se dará esta continuidad.
Además de los tres arqueólogos que encabezan el proyecto, interviene un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional de Rosario. Se trata de una labor de vital importancia para el desarrollo de las excavaciones. Foto: Pablo Aguirre
Sebastián Gaboto
El explorador
que abrió camino
fue un navegante nacido en Venecia que, al servicio de la corona española, arribó al Río de la Plata en el año 1527. Durante el transcurso de su travesía, remontó el río Carcarañá y fundó a sus orillas el fuerte Sancti Spiritu. También exploró los ríos Paraná, Uruguay y Paraguay. Luego de una rebelión de los indígenas, se marchó hacia Brasil y más tarde retornó a España. Su expedición cerró prácticamente el ciclo de exploraciones, dando paso a las expediciones colonizadoras como la que realizó Pedro de Mendoza.
En una reciente visita dedicada a representantes de instituciones y periodistas, los arqueólogos mostraron todos los objetos recuperados hasta el momento, entre los que se destacan fragmentos de cerámica y dados de hueso. Foto: Pablo Aguirre
Significativo hallazgo arqueológico en Puerto Gaboto
El prolijo y paciente trabajo de los arqueólogos permitió recuperar no solamente objetos que evidencian el paso de europeos por la zona, sino también algunas formaciones que podrían ser parte de antiguas estructuras. Foto: Pablo Aguirre
Profesionales, estudiantes y autoridades
El equipo se encuentra conformado por tres arqueólogos, Guillermo Fritegotto, Fabián Letieri y Gabriel Cocco, quienes trabajaron con la historiadora María Eugenia Astis, un geólogo y una topógrafa. En el trabajo de campo, interviene un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional de Rosario, algunos de los cuales se encuentran abocados a los trabajos de laboratorio. Incluso, en la próxima etapa estaría previsto incorporar a estudiantes que están cerca de graduarse en la carrera de Antropología en la mencionada casa de estudios, para que formen parte del proyecto.
Es necesario destacar a un grupo de autoridades y representantes de instituciones que se involucraron de una forma u otra en el tema como Alicia Talsky (Dirección Provincial de Patrimonio), Luis María Calvo (Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales), Paula Busso (Museo Etnográfico y Colonial), Zunilda Allasia (Museo Histórico Provincial de Santa Fe Brigadier Estanislao López), María del Carmen Caputto (Asociación de Amigos Santa Fe La Vieja), Pascualina Di Biasio (Archivo General de la Provincia), Ana María Cecchini de Dallo (Junta Provincial de Estudios Históricos) y Rolando Maggi (Museo Histórico Provincial de Rosario Dr. Julio Marc).
A muy poca distancia del emplazamiento del sitio arqueológico se erige una réplica a escala del fuerte Sancti Spiritu, que identifica a los habitantes de Puerto Gaboto. Foto: Pablo Aguirre
A los vestigios del asentamiento español se sumaron en el hallazgo diversas piezas que permitirán ampliar los conocimientos sobre las culturas originarias que habitaron el lugar. Foto: Pablo Aguirre
Una parte de la identidad local
Es curioso que el hallazgo tuvo lugar a muy poca distancia del monumento histórico que recuerda, desde hace varios años, la gesta realizada por Sebastián Gaboto y que consiste en una réplica a escala del fuerte Sancti Spiritu.
El hecho fue señalado por los investigadores a cargo del trabajo, ya que los habitantes de Puerto Gaboto tienen muy arraigada en su identidad a la historia de lo sucedido hace más de cuatro siglos. Por eso, “a medida que fueron surgiendo los hallazgos, la gente lo tomó bien” recordó uno de los investigadores. Y agregó: “Fuimos dando charlas en los colegios y con la comunidad para ir aclarando nuestro punto de vista, para mantenerlos al tanto de cómo es el proceso de investigación”.